Con la frase con la que se inicia esta entrada pretende el candidato socialista conferir un poder omnímodo a los parlamentos,cuyas decisiones pasarían a ser inapelables pues por su origen popular no podrían ser puestas en cuestión.
La derecha,liberal, de nuestra nación pretende que esta tiranía parlamentaria dejaría de ser tal si el Tribunal Constitucional dejase de estar politizado y al servicio del partido político con mayor representación parlamentaria.
Pero desde mi punto de vista no se encuentra ahí el problema ni por tanto la solución. El problema surge de no reconocer que existen una serie de norma morales con origen superior a la voluntad humana expresada en las elecciones y unas realidades, como la Unidad Nacional, que no pueden ponerse en cuestión por el hecho de que así lo considere la población o sus parlamentarios.
La Justicia ha de estar sometida a lo inmutable y defender así mismo la dignidad social, pero hay otra cosa que no podrá nunca verse cuestionada por las decisiones de la población, la Unidad Nacional.
PATRIA
PAN
JUSTICIA
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