Durante
estos días estamos asistiendo a la
conmemoración del asesinato en Dallas del Presidente de los
Estados Unidos John Fitgerald Kennedy, el cual tuvo lugar hace ya cincuenta
años.
A
la impresión que causa un magnicidio
como fue aquel se le suma el carisma que
tenía la víctima y esa cercanía y
jovialidad que JFK poseía.
Es
así que su asesinato hizo y sigue
haciendo correr ríos de tinta, la mayor parte de la información y comentarios se centran en toda una
serie de teorías conspiratorias originadas
por la gran cantidad de cuestiones poco claras que rodearon aquel magnicidio.
Pero hay una serie de cuestiones
que pese a su importancia objetiva no han recibido el análisis y difusión que merecen, y
que por contra si han recibido puntos que
a mi parecer son mucho menos importantes y clarificadores.
Pues
bien, en esta entrada vamos a hacer referencia a esas cuestiones, a mi modo de
ver fundamentales, que parece que se han
dejado de lado y son desconocidas por el público general e incluso por parte del público denominado “conspiranoico”.
Antes que nada es preciso señalar que los
datos que se van a presentar y las posibles deducciones que de estos pueden
derivarse son ignorados, cuando no ocultados, dado que el poder de la judería internacional sobre los medios de comunicación y
el complejo de culpa inoculado en
Occidente a través del tan cacareado holocausto
judío convierten cualquier
exposición de hechos o análisis que contravenga los intereses sionistas en un ataque
antijudio y racista, y al momento aflorará
el victimismo del que se sirve el sionismo
para desde el aborregamiento de lo políticamente correcto anular
cualquier cuestión que pueda ir contra los intereses judíos al sacar a la luz sus oscuros tejemanejes.
El
primer punto al que vamos a hacer referencia
gira en torno a la Orden ejecutiva 11110
de 4 de Junio de 1963 que Kennedy firmó para que el gobierno de los Estados Unidos, y a través suyo el
pueblo norteamericano, recuperase la soberanía que la Reserva Federal le
había arrebatado.
Y
es que la Reserva Federal tenía, y continúa teniendo, el poder para imprimir el dinero de circulación legal, y así el Estado norteamericano tenía, y sigue teniendo, que pagar a esta corporación un impuesto por la
impresión de las monedas o billetes de curso legal en USA.
Pero
la gravedad de todo esto es que la Reserva Federal es una entidad privada dirigida por los
Rothschild a través de bancos que
controlan las 12 ramas de la Reserva Federal de los EEUU.
Los
bancos a los que hacemos referencia son los siguientes:
-NM
Rothschild con sede en Londres.
-Rothchild
Bank con sede en Berlín.
-Warburg
Bank con sede en Amsterdam.
-Warburg
Bank con sede en Hamburgo.
-Lehman
Brother con sede en Nueva York.
-Kuhn
Loebb Bank con sede en Nueva York.
-Israel
Moses Self Bank con sede en Italia.
-Goldman
Sasch con sede en Nueva York.
-JP
Morgan Chase Bank con sede en Nueva York.
Los
Rothschild operan en los Estados Unidos bajo la fachada de JP Morgan, mientras que en la City
de Londres y en Berlín ni siquiera esconden su titularidad al nominar el nombre de sus
bancos con el apellido de la familia de banqueros judíos alemanes.
Los
nombres del resto de bancos dueños de la
Reserva Federal son claramente judíos: Leheman, Kuhn Loebb, Goldman e Israel
Moses.
Al
controlar los Rothschild la Reserva Federal y esta dirigir de hecho la economía, y por tanto
también la política , de Estados Unidos esta familia de banqueros judíos llevan las riendas
de la economía y la política internacional del planeta.
Es
por ello que la Orden ejecutiva
11110 resultaba tan peligrosa para la política sionista y ponía en serio peligro poder alcanzar los objetivos que los sionistas se habían marcado.
Kennedy llegó a imprimir y a poner en circulación los
denominados “dolares Kennedy” en los cuales se eliminaba gran parte de la simbología masónica presente en los dólares vigentes.
Marcando además una clara diferencia entre la Reserva Federal y el Estado norteamericano como origen del dinero de curso legal.
La
Orden ejecutiva 11110 era una orden al Departamento del Tesoro “para permitir
certificados de plata contra cualquier lingote o dólares en metal existentes en
la Tesorería”.
Esto
significaba que por cada onza de plata presente en la Tesorería USA el gobierno
podría poner en circulación un nuevo dólar respaldado físicamente por su valor en plata u oro.
El
presidente Kennedy sabía que si los
billetes avalados por plata se introdujesen circularían ampliamente y tendrían una
demanda tal que terminarían por sustituir a los
impresos por la Reserva Federal en un relativamente corto espacio de tiempo ,
con esto el poder económico y político del que disponían los Rothschild terminaría, y con ello la posibilidad de que triunfasen los planes sionistas de dominio mundial.
De
hecho menos de seis meses después de haber firmado la Orden ejecutiva J F Kennedy era asesinado en Dallas el 22 de Noviembre de 1963, siendo sacados de circulación inmediatamente después
los “dólares Kennedy” por Jhonson en una de las primeras medidas que tomó como Presidente, con lo que los billete de la Reserva Federal- los
dólares Rothschild- siguieron y siguen siendo la moneda legal en USA.
Pero
esta no fue la única decisión política
emprendida por el asesinado presidente que molestó gravemente a los sionistas
estadounidenses y que le convirtió en un peligro para los planes de dominio en
la potencia yanki y a través de este en todo el planeta. En Mayo de 1963 el Comité de Relaciones
Exteriores del Senado abrió una investigación sobre las operaciones
clandestinas de agentes extranjeros en territorio estadounidense , centrándose
especialmente en el American Zionist Council y en la Jewish Agency for Israel.
La puesta en marcha de estas investigaciones estuvo motivada por un informe de
Marzo de 1961 redactado por el presidente de este comité, Willian Fulbrigh. En
el informe señalaba que en los años anteriores agentes extranjeros habían tratado
de influir a través de distintas acciones en la política de los EEUU utilizando
métodos no diplomáticos, haciendo referencia a
casos como el “caso Lavón” en el cual agentes judíos egipcios fueron
interceptados intentando atentar contra intereses estadounidenses para después
presentar tales ataques como realizados por los Hermanos Musulmanes egipcios y
de este modo lograr que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña se
enfrentasen con el país árabe.También se refirió a la actividad de
blanqueo de dinero que la Jewish Agency realizaba y que no se podía
disociar del Estado de Israel que la
financiaba.
Del
mismo modo la comisión exigió que el American Zionist Council fuese considerado
como un agente extranjero pues estaba
financiado por el Estado judio y fuese estrechamente vigilado.
No
olvidar que todo esto se desarrollo bajo los auspicios del gobierno del
Presidente Kennedy.
Todos
estos esfuerzos por evitar que los agentes y asociaciones israelíes
determinasen la política de Estados Unidos fue frenada en seco tras el
asesinato de JFK, lo cierto es que si Kennedy no hubiese sido asesinado la
influencia de Israel hubiese sido seriamente limitada.
La
política de Kennedy con respecto a Israel fue mucho más allá en lo que se
refería a la intención del Estado judío de convertirse en potencia atómica, y
es que JFK era un enemigo declarado de las armas nucleares, buscó reducir las
ya existentes tanto en el bloque occidental como en el oriental y por supuesto
impedir la aparición de nuevas potencias con
armamento atómico como era intención de Israel.
Informes
de la CIA situaban en el complejo de Dimona el lugar en el cual Israel estaba
desarrollando su incipiente armamento
atómico. Conociendo que esto era así, el Presidente Kennedy, tanto de
viva voz en algunas conferencias y comparecencias públicas, como por carta, la
última fechada el 5 de Julio de 1963, exigía al primer ministro judío Ben
Gurión la realización de una inspección
inmediata del complejo de Dimona que
habría de ser seguida por sucesivas
inspecciones periódicas semestrales. Pero el asesinato meses más tarde alivió
la presión sobre Israel en lo referente a este tema.
Todos
estos puntos, a todas luces fundamentales para comprender posibles razones del
magnicidio, no fueron tomadas en consideración por los medios de desinformación,
baste con ver como en la película del director Oliver Stone JFK, se toman en
consideración la practica totalidad de las
supuestas causas del asesinato de Dallas (presión de la mafia, venganza de
exiliados cubanos, golpe militar, acción de la CIA,etc.), pero ninguno de los
importantes datos antes señalados aparece ni por casualidad.
Nuevamente
nos encontramos con que el sionismo no permite que nada ni nadie se interponga en sus
planes para que el “pueblo elegido” someta la humanidad a sus designios.