Para la
inmensa mayoría de la población puede parecer que desde hace una década el oscurantismo,
secretismo y absoluto silencio que
existía sobre todo aquello que tuviese
que ver con la familia real en general y con el rey en particular ha
desaparecido.
La idea
generalizada es que en estos años el
monarca y su familia han favorecido que
todo lo relacionado con ellos haya dejado de ser “materia reservada” y que sus negocios han pasado a ser más
conocidos amén de estar controlados.
Pero toda
esta impresión no pasa de ser una
patraña fruto de campañas perfectamente
orquestadas que pretenden que la población se crea dueña de la situación, para que desde la
inconsciencia pase por alto temas
realmente cruciales que el pueblo no admitiría caso de ser conocidos.
Para lograr
que el pueblo entre en esa especie de letargo es preciso convencerle de que realmente las actividades,
la economía y los negocios reales están sometidos a un control con luz y taquígrafos..
El método
utilizado para lograrlo es presentar a la Familia real y al rey como
muy próximos, y qué manera mejor que
hacerlos presentes en los comentarios rosa, presentarlos como un tema más en los asuntos tratados en las
tertulias de radio y televisión e incluso bombardeando de forma machacona a la
opinión pública con temas judiciales en
los que se encuentran inmersos. De esta manera
se les termina por ver como próximos, “campechanos” y sometidos como
todos al imperio de la ley. Pasan a ser considerados como “uno de los
nuestros”.
Ahora bien,
todo esto no pasa de ser una maniobra de distracción para que la opinión
pública no atienda a los temas realmente fundamentales, pasados y
presentes, que no conviene sean conocidos, pues de serlo el resultado sería
que el chiringuito que es el régimen
juancarlista se iría al garete.
Pero la
continuidad de este montaje no les conviene exclusivamente a la familia real, sino que
los políticos de todo signo
integrados en los distintos partidos o sindicatos, la politizada
justicia y los periodistas del
pesebre también defienden el presente status quo ya que viven cómodamente a la sombra que este
“chiringuito” proporciona en forma de dinero y poder.
Aunque una
inmensa mayoría de la población española piense lo contrario, continúan
existiendo unas “líneas rojas” que bajo ningún concepto han de ser
cruzadas. Esa luz que supuestamente ilumina la realidad de la Monarquía juancarlista
es una quimera, un engaño que tan solo llega a los lugares que a esta le
convenga. Si es necesario se removerán
líos de faldas, cacerías de elefantes o
se airearán asuntos
judiciales que finalmente no
llegarán a parte alguna. Hay que tener
entretenido al populacho para que no se pregunte por lo que realmente
ocurre y ha ocurrido.
Realmente
los reyes tienen mucho que ocular tras esa imaginaria línea roja. Y es que
resulta extremadamente difícil justificar los 1790 millones de euros que según
publicó la revista británica Eurobusiness conforman la fortuna real, 540 de los cuales constituyen la fortuna personal
del Rey. Muy difícil para una pareja
que cuando ascendió al trono carecía en absoluto de fortuna propia, sus arcas
no tenían otra cosa que telarañas.
Este
espinoso asunto se encuentra entre
los temas “sensibles” que por cualquier
medio ha de ser alejados de la luz
pública, pues del secreto y la opacidad depende la continuidad del corrupto
régimen actual.
En esta
entrada vamos a aportar un poco de luz a tan espinoso a la par que oscuro tema.
El acopio
de dinero que conformaría la fortuna a
la que antes nos hemos referido comenzó, tal y como indica el periodista Jesús
Cacho en su libro “El negocio de a liberad”, a partir del momento en que el
monarca ocupó el trono.
En el libro citado dice textualmente: “ una de las primeras formas
conocidas fue el petróleo, las comisiones del crudo que importaba España para
cubrir sus necesidades de energía”, este
mismo periodista y muchos otros señalan que la comisión es de 5 dólares por cada barril de petróleo que España adquiere.
Del mismo
modo se refiere a las peticiones a diversas monarquías para que le donasen
dinero. “…Nada más ocupar Juan Carlos I el trono a la muerte del dictador,
Manuel Prado y Colón de Carbajal se dedicó a remitir misivas reales a otros
tantos monarcas reinantes del mundo, especialmente del mundo árabe, para
pedirles dinero en nombre del rey de España”.
Existe
constancia documental de una carta
que el 4 de julio de 1977 envió el
monarca, firmada por este, en la cual decía textualmente: “me tomo la libertad, con todo respeto, de someter a tu generosa consideración la
posibilidad de conceder 10 millones de dólares como tu contribución personal
para el fortalecimiento de la monarquía española”.
Otro sistema
a través del cual el monarca y su famita consiguieron una fuerte cantidad de dinero, esta vez para
su fortuna en el extranjero. fue el
robo-estafa de la pinacoteca del Duque de Hernani, caso este que pasamos a
desarrollar pues es desconocido por la práctica totalidad de la población de
nuestro país.
Comenzaremos señalando, a modo de introducción, que la
familia real se hizo en 1976 de modo fraudulento con una valiosísima colección
de cuadros propiedad del Duque de Hernani. En este verdadero robo participaron
además de la familia real , la Dirección General de Bellas Artes, y
el Ministerio de Economía y Hacienda.
Teniendo un papel fundamental, como maquinador y cerebro de todo el desarrollo, el entonces Jefe de la Casa del rey Sabino Fernández Campos.
Todo este
asunto se encuentra denunciado ante el Juzgado de Instrucción numero 46 de
Madrid, el número de las diligencias previas es el 6049 95.
Los
familiares del Duque de Hernani interpusieron
en ella una querella criminal contra la familia real por robo y estafa.
Posteriormente
los cuadros fueron vendidos por los testaferros de la familia real a
diversos museos y a coleccionistas privados, privando de esta
forma a todos los españoles de una parte importante del patrimonio artístico
nacional.
Pero todo
esto no podría mantenerse en secreto sin el silencio cómplice de políticos, periodistas y jueces. Las presiones son fuertes y por lo
que se ve tienen efecto.
Lo que
aconteció, según se deriva de lo
denunciado por la familia del Duque de Hernani
fue que en 1976 la familia real
española, en colaboración con ls segunda mujer del Duque de Hernani Teresa
Mariategui y varios funcionarios públicos se elaboró un plan para hacerse con la colección de
Pintura y Arte del Duque de Hernani para después venderlo con el objeto de
obtener un capital en que tener en el extranjero.
El plan que
se preparó consistía en falsificar
la sucesión del anciano Duque al tiempo que se destruiría la
documentación de la colección para de este modo evitar la reclamación de los
legítimos dueños y/o herederos.
El primer
paso era robar los títulos de propiedad, cosa que se hizo la noche del 23 de
Febrero de 1977, la llevaron a cabo dos
falsos sirvientes que habían sido
contratados dos meses antes. Estos
fingieron realizar el robo de 17 cuadros
de la colección, cuando la verdadera
finalidad del robo era hacerse con los títulos de propiedad de los cuadros de
la colección.
La misma
Casa real filtró a través de la policía la noticia del robo. eso sí, hablando
tan solo de los cuadros sustraídos y evitando cualquier referencia al
hurto de los señalados documentos.
Fallece el
6 de enero de 1979 a los 91 años el
anciano Duque y la familia real se apodera de los cuadros, una parte de ellos
se encontraba depositada en el Museo del
Prado. Se falsifica el testamento del Duque de Hernani colocando como única
heredera a la segunda esposa del finado.
Para evitar
cualquier posible sospecha sobre la posterior aparición de los cuadros en el
patrimonio privado de la familia real, el rey otorga a través de un real
Decreto que el Ducado de Hernani sea ostentado por la hermana del rey
Doña Margarita, esto se lleva a cabo bajo el pretexto de cumplir el
deseo que el Duque trasmitía en una carta, falsificada también,
en la que este solicitaba modificar la línea del ducado.
El cambio
antes señalado se realizó para de este modo poder vender los cuadros robados a
través de la empresa Sotheby en la que trabaja la infanta Pilar de Borbón.
El primer
error de la familia real fue el no haber
abonado los impuestos sucesorios del testaferro, con lo que se pone en
evidencia el no haber recibido la herencia. Ante esta circunstancia la familia del difunto Duque presenta contra ella denuncia pública, aunque
la Hacienda recibe orden de paralizarla para no dar al
traste con toda la operación.
En segundo
lugar nos encontramos con que otro error
se cometió al robar del domicilio de
Conde los títulos de propiedad de los cuadros, sin darse cuenta
de que eran copias de los documentos originales, que se encontraban en
los archivos del Patrimonio Histórico , se descubre la cuestión. Este tema es
solucionado nuevamente con la presión del poder
real, haciéndose desaparecer los expedientes 518 y 110 de la colección
del Duque de Hernani. Para no dejar
huella alguna de la verdadera propiedad
de los cuadros se falsifica el Inventario General del Museo del Prado.
Pero los intentos de encubrimiento
resultaron infructuosos ya que la familia del Duque de Hernani logró
reconstruir los expedientes sustraídos con los duplicados de esos documentos
que se encontraban en el Instituto y que
por error se olvidaron de sustraer.
Debido a
los fallos señalados resulta imposible
ocultar que la familia real llevó a cabo el robo y estafa de la colección del Duque de Hernani. Siendo esto
así la única solución que se le ocurre
al cerebro de toda esta operación, Sabino Fernández Campo, Jefe de la
Casa Real, consiste en amenazar a todos
aquellos medios de comunicación españoles para que no publiquen nada sobre este
asunto. Esta amenaza se aplicó por
primera vez en la emisora COPE, en el programa de Antonio Herrero del día 28 de
septiembre de 1994, esto fue así dado que este periodista estaba dando
publicidad al caso. El 2 de mayo de 1998 moría en un extraños accidente de
submarinismo el señalado periodista. En aquellos momentos muchos señalaron que
Antonio Herrero fue asesinado por algún
servicio secreto dirigido por alguna poderosa fuerza.
. Se dio
la extraña coincidencia de que el día
anterior a la muerte de Luis Herrero, Jiménez los Santos fue recibido por José
María Aznar en el Palacio de la Moncloa donde fue
recriminado por los comentarios que realizaba.
Hay que
señalar que resulta sumamente importante la partida que la Casa
Real recibe anualmente de los Presupuestos Generales del
Estado, alcanzando el año pasado los 4, 8 millones de euros. Desde el año 1976
la partida asignada a la Casa Real
ha crecido justo el doble que el crecimiento de la inflación.
El ocupar
el puesto 115 de los 400 más ricos de Europa no es algo que surja
de la nada.