Ahora que
estamos al final del 2016 se nos bombardea con datos sobre los inmigrantes
ahogados en el Mediterráneo a lo largo de este año que acaba, 2300 se dice. Lo
que no se señala es que la verdadera culpable de estas muertes es la Unión
Europea, que con su política de puertas abiertas y la obligación de acogida que
impone a los distintos Estados, supuestamente soberanos, es responsable de esos
miles de inmigrantes subsaharianos y procedentes de Oriente Medio que
anualmente mueren ahogados en el Mediterráneo.
Aunque los
medios de comunicación, vendidos a los gobiernos e intereses globalistas que
mueven los sionistas, lo nieguen o voluntariamente lo ignoren todas esas
muertes se producen debido a las acciones que lleva a cabo el parlamento
europeo. Y esto es así por mucho que nos
presenten una visión radicalmente opuesta, una visión con la que pretenden
culpabilizar a los europeos por no ser más acogedores con todos los inmigrantes.
Pero la
realidad es muy distinta, la encontramos en ese efecto llamada que es
consecuencia lógica de promover que todo aquel que arribe a territorio europeo
será recibido sin problema y que esto ocurrirá tanto si su llegada a Europa se
produce legal o ilegalmente, e igualmente se señala que una vez hayan llegado a
nuestro continente recibirán unas ayudas sociales que le facilitarán un nivel
de vida que ni en sueños alcanzarían en sus países trabajando durante años.
Pero la idiotez no para ahí, puesto que tanto
las autoridades de Bruselas como las de cada país, siguiendo instrucciones del
Frontex, han puesto en marcha un sistema según cual unidades de las distintas
armadas europeas y unidades de rescate marítimo se encargarán de recoger a los
inmigrantes que son trasladados ilegalmente tratando de alcanzar las costas de
Estados europeos.
Asistimos, y
nos lo venden como un gran logro y servicio humanitario, a como los inmigrantes
ilegales que las mafias traficantes de personas lanzan al mar a gentes con elementos que apenas se mantienen a flote en la seguridad de que serán recogidos y llevados a destino, de hecho están siendo recogidos tanto en alta mar o
cerca de las costas de Libia para posteriormente trasladarlos a costas
italianas o españolas en lugar de hacerles regresar a los lugares de donde partieron, las
naves de las armadas europeas se están convirtiendo en colaboradores del
tráfico de seres humanos y a su vez colaboradores
con aquellos que de hecho invaden el territorio europeo.
Es decir que no sólo se les dando razones para
acudir a nuestro continente, sino que además se les proporcionan medios para
que puedan llegar.
Todo esto da
lugar a que una gran cantidad de africanos, varios millones, estén a la espera
para lanzarse al mar en busca de ese paraíso que la Unión Europea tan
inconscientemente les ha presentado. Un paraíso que no es tal y de lo que se darán
cuenta enseguida, puesto que cuando llegan, aquellos que no fallecen en el
intento, encontrarán que no dispondrán de un empleo que les permita vivir y caerán
en manos de la explotación laboral, de la venta ilegal o de la delincuencia.
Pero además
se sucederán dos situaciones, en un primer momento se desarrollará un fuerte
malestar derivado de ver defraudadas las expectativas que les habían movido a
realizar esa peligrosa singladura, ese malestar que se convierte en rencor
hacia la población europea que les acoge al ver que ellos, al menos una parte,
si mantienen la forma de vida que ellos esperaban y terminan por exigir. Pero
ese rencor terminará convirtiéndose en odio al ser manipulados por los enemigos
de Occidente, tanto musulmanes radicales como antisistema de extrema izquierda,
en ambos casos carne de cañón para integrar las filas de los terroristas.
Es muy
importante tener claro que el argumento que los medios utilizan, Bruselas
mantiene y la opinión pública sigue, es
una mentira y una manipulación total, los responsables de las miles de muertes
de inmigrantes que producen en el Mediterráneo
no somos los europeos sino que la culpa recae única y exclusivamente en
las decisiones que se toman en Bruselas
y en todo el aparato a su servicio.
La Unión Europea es un ente criminal si nos
referimos a este tema, pero también lo es en tanto que está sometiendo a los
pueblos europeos a un verdadero genocidio cultural, religioso y racial.