Han
transcurrido más de siete años desde que el gobierno de Rodríguez Zapatero interviniese
AFINSA, acabando de este modo con los ahorros que cientos de miles
de ciudadanos habían invertido en esa empresa. Dejaron a no
pocas familias y ancianos en una situación económica de penuria,
situación complicada para poder afrontar
este contexto de crisis por el que atravesamos.
Desde
los medios de comunicación se ha tratado de
convertir a las víctimas de este verdadero atraco en culpables, presentándolos como avariciosos y negligentes que desde la incultura arriesgaron su dinero cegados por
el afán de lucro.
Lo
más triste es que esta manipulación ha calado tanto en la sociedad como en gran parte de
los afectados, cuestión esta última muy útil para los expoliadores ya
que ha dado lugar a que la mayoría de
los miles de afectados no tomasen una
verdadera actitud reivindicativa y la apatía les llevase a la resignación.
Lo
que verdaderamente se esconde tras la intervención continua siendo algo desconocido para la practica totalidad
de los afectados como para todos los españolitos de a pié. Ya he señalado
que se ha difundido de modo interesado
una “explicación” que denigra a los inversores a la par que presenta
a la empresa como estafadora y
manipuladora, pero lo que realmente hay tras la decisión judicial y la posterior
actuación gubernativa va más allá
de lo que pueda suponerse. Se urdió una verdadera conspiración.
Intereses financieros internacionales de altos
vuelos, poderosas presiones de aquellos que en la actualidad dirigen la política
internacional y doméstica están
detrás de todo lo acontecido.
Y es a eso a lo que estas líneas pretenden
dedicarse, a poner negro sobre blanco toda esta impostura. Baste con decir que AFINSA pereció a causa de
su éxito y debido a que este le hizo
entrar en conflicto con la intocable casta de aquellos que están detrás de la finanzas internacionales, de los
intereses bursátiles y del estatus
quo del poder financiero.
Pero
concretemos todo esto:
En
primer lugar es preciso que pongamos nuestra mirada en los Estados Unidos, puesto que fue de allí
de donde partió todo el montaje que dio lugar a la intervención que se
produjo en Mayo del 2006.
Un
fondo de alto riesgo norteamericano, Kingsford Capital, a través de Louis
Corrigan
y del reportero de Barron´s Nell A. Martin estuvieron orquestando a lo largo de dos años una campaña contra Escala Group.
y del reportero de Barron´s Nell A. Martin estuvieron orquestando a lo largo de dos años una campaña contra Escala Group.
Esa campaña incluía artículos en una serie de
publicaciones y la presentación de quejas ante agencias reguladoras de Estados
Unidos y España. Esta actuación contra
Escala Group, filial de AFINSA en USA, que cotizaba en el Nasdaq, se llevó a
cabo con la intención de que su cotización cayese y de este modo poder lograr grandes beneficios económicos a través
de sus apuestas en corto.
Cuando comprobaron que por este medio no
lograban alcanzar el objetivo que se
habían marcado optaron por actuar en
España contra AFINSA bienes tangibles,
que era poseedora de más del 70% de las
acciones de Escala Group.
La
actuación contra AFINSA en nuestro país no era otra cosa que un medio a través
del cual hacer descender la cotización
de Escala en la bolsa norteamericana.
Esta
actuación contra AFINSA se concreto en Mayo de 2005 cuando Kingsford Capital
por medio de Louis Corringan interpuso en España una denuncia ante la Fiscalía,
en esta señalaba que AFINSA
estaba estafando a sus clientes y
que incurría en prácticas ilegales.
Desde
Abril hasta Mayo del 2006 se vendieron millones de acciones de Escala a pesar
de los excelentes resultados financieros que la compañía presentaba, este
feroz hecho fue resultado de haberse
llevado a cabo continuos y metódicos
ataques a corto.
Uno
de los temas centrales tanto de la denuncia de Corringan como de los artículos
de Nell A. Martin fue señalar que AFINSA estaba engañando a sus clientes al
venderles sellos con un valor muchísimo menor del que indicaba o mediante la acusación de que Afinas funcionaba como un negocio piramidal.
Acontece
que la Fiscalía no pudo hacerse eco de
la denuncia que Corringan había presentado dado que el señalado denunciante pertenecía a Kingsford
Capital y tanto él como la empresa no
tenían domicilio ni nacionalidad española. Lo que si hace la
Fiscalía es dar traslado de la denuncia a sus superiores.
Estos
superiores no la toman en consideración en un primer momento. Aunque tiempo después, sin citar nunca a Corringan,
presenta como propios todos y cada uno de los puntos que este presentaba en su denuncia
(funcionamiento piramidal, engaño respecto al valor de los sellos, etc.)
BBVA,
Santander y City Group tratan de tomar contacto y mantener relaciones
financieras con AFINSA, pero esta se
niega. El poder de estos, sobre todo del Banco de Santander relacionado con la
Banca Rotschield, es muy fuerte (forma parte del grupo Inter-alpha que preside la banca Rotschield).
Resultado
de esta negativa es que la inspectora de la Agencia Tributaria María Teresa Yabar
lanza la tesis de que la actividad de AFINSA es financiera y no mercantil, aunque la CNMV, el Banco de España y los servicios de Hacienda se oponen a tal tesis.
lanza la tesis de que la actividad de AFINSA es financiera y no mercantil, aunque la CNMV, el Banco de España y los servicios de Hacienda se oponen a tal tesis.
El
gobierno de Zapatero pasa por encima de tales informes y poco después se interviene
AFINSA, lo que lleva a que Escala Group cayese en el
índice bursátil Nasdaq más de un 50%.
Pero
además de haber logrado su fin Kingsford Capital se lleva por delante los
ahorros de 190000 inversores.
En
la actualidad el robo parece continuar,
puesto que hasta estos momentos, Junio de 2013,
no se ha permitido que la filatelia adquirida por los inversores pueda pasar a manos de sus legítimos
propietarios.
Ahora bien, con la destrucción de la empresa desaparece la posibilidad de comercializar la filatelia comprada y lograr el beneficio que los contratos estipulan, todo esto resultado de la intervención para "proteger los intereses de los que habían invertido". Cuanta mentira, ¿a quién se protegía realmente?
Ahora bien, con la destrucción de la empresa desaparece la posibilidad de comercializar la filatelia comprada y lograr el beneficio que los contratos estipulan, todo esto resultado de la intervención para "proteger los intereses de los que habían invertido". Cuanta mentira, ¿a quién se protegía realmente?
Todas
y cada una de las acusaciones que se vertieron contra AFINSA se han ido
demostrando falsas: su funcionamiento piramidal, la ausencia de sellos, la
sobrevaloración de éstos, el zulo donde los
directivos escondían millones,
etc.,. etc.
Como
puede verse son muchos y demasiado fuertes los intereses que en el tema AFINSA convérgen.