Hace un par
de días se ha hecho pública en ciertos medios de comunicación general de
Estados Unidos, así como en las redes
sociales a nivel general, una secuencia
en la que supuestamente son quemados vivos dos militares norteamericanos
vestidos con sus uniformes de campaña, de pie, y encadenados al suelo.
La
truculenta secuencia es presentada como la acción que movió a la acción
norteaméricana, tratando de justificar de este modo el asesinato del general Qasem
Soleimani, el cual sería la represalia más que legítima a tan execrable y
criminal acto.
Pero para
aceptar que el cobarde crimen que muestra la secuencia es lo que provocó la acción
estadounidense concretada en el asesinato del alto militar iraní habrían de
darse varias circunstancias, la primera de ellas es que la secuencia que se ha
dado a conocer sea verdadera, realmente se trata de una acción criminal del ISI quemando vivos a dos soldados turcos hace dos años, presentada como actual con intención
de justificar el asesinato de Soleimani, la segunda que la filmación dada a
conocer fuese anterior al ataque en el que resultó muerto Soleiman pues en caso
contrario no justificaría alguna, la
tercera derivaría del establecimiento de una relación entre el asesinato de los militares norteamericanos
e Irán, por no decir con el general
Soleimani o la fuerza de élite Quds que este dirigía. En este punto no puede
hablarse de venganza cuando no se ha establecido relación entre los asesinos y
el general asesinado. Haciendo referencia a este punto hay que señalar que el
Estado iraní y especialmene sus fuerzas militares son chiíes y han combatido
con fuerza y dedicación a los terroristas del ISIS, Daesh en árabe, grupo sunnita
creado, armado y apoyado por Israel, Arabia Saudí y Estados Unidos. Con lo que
resulta bastante difícil creer que Irán hubiese estado detrás de un asesinato
con toda la parafernalia de Daesh.
y por último
es preciso considerar seriamente la posibilidad de que el dar a conocer
precisamente ahora la señalada secuencia no sería otra cosa que una forma de
preparar al pueblo norteamericano y a la comunidad internacional para que
acepte como una fase más de la ya anunciada venganza-asesinato sobre general
que ha sustituido al general Soleimani al frente de las fuerzas Quds de los
guardianes de la revolución. De hecho, de una manera sumamente sospechosa se
han dado a conocer con cierta convergencia temporal ambas cosas: la escena
filmada y la intención de asesinar al nuevo dirigente militar.
Pero creo
que tras todo esto hay una cuestión que si se piensa un poco no puede pasar
desapercibid, me refiero al hecho de
que el gobierno norteamericano no
hiciese público el documento gráfico de la supuesta incineración en vida de los
militares en el momento mismo de dar a conocer el asesinato de Soleimani o con
mucha mayor proximidad , el hecho de que la grabación de la escena se haga
ahora pública sólo tiene sentido si es para justificar una nueva acción, un
nuevo asesinato que se vendería como
venganza.
Y un nuevo
ataque contra Irán, y más si es contra el sustituto del mítico general
asesinado sólo puede provocar un ataque de Irán contra fuerzas
norteamericanas y/o un gran golpe contra Israel, que es lo que han manifestado
que provocaría un nuevo ataque contra Irán.
Todo ello
podría poner fin al Estado de Israel y los lobbys judíos que tantos problemas
están causando a la lucha que Donald Trump desarrolla contra el Estado
Profundo. Pero también podría provocar una escalada bélica en la zona que diese
lugar a la tan traída y llevada tercera guerra mundial, una conflagración
mundial largamente deseada por los globalistas y promotores de un Nuevo Orden
Mundial, tal y como señaló el líder illuminati Albert PIike al alto masón Giuseppe Mazzini , en
una carta del 15 de agosto de 1871 Pike señalaba que a partir de 1900 se
desencadenarían dos guerras mundiales que acabarían con las potencias y reinos
cristianos, y señalaba finalmente que
tras estos dos conflictos se produciría una
tercera guerra mundial que se produciría por la presión de los
líderes sionistas políticos y los
líderes del mundo islámico, un conflicto que acabaría con el cristianismo. “la guerra se sucedería de tal manera que el
Islam y el sionismo político se destruirían mutuamente, mientras tanto las otras naciones, divididas por
este tema, se verán obligadas a luchar hasta el agotamiento físico y moral” La
finalidad es que este agotamiento físico
y moral hará que voluntariamente se
sometan a una autoridad mundial que impida
una nueva conflagración de ese
tipo, y es en ese momento en que
el cristianismo y la
moral cristiana serán sometidos
por una iglesia y una moral global y
humanista. Es decir, la masonería y el sionismo se apoderarían del poder civil,
de las leyes y de la moral, sometidos a la sombra del mandil y de la estrella
de David gobernarían el mundo. Y quizá sea la verdadera razón que mueve a
Estados Unidos para enfrentar a Irán con Israel, sería una treta más del
sionismo.