En una entrada anterior hice referencia a la intención del emir de Qatar, públicamente expresada, de levantar en la Ciudad Condal la mayor mezquita de toda Europa. Según esta petición tal mezquita se levantaría en los terrenos que en la actualidad se localiza la Plaza de Toros de Barcelona.
De un tiempo a esta parte se se están dando en Cataluña una serie de curiosas coincidencia entre los nacionalistas, radicales o no tanto, catalanes y los islamistas, más o menos radicales también.
Lo que resulta irrefutable es que la inmigración musulmana en Cataluña se ha convertido en un problema de primer orden para los ciudadanos de esta región, este hecho ha sido favorecido por la clase política nacionalista al cerrar los ojos a la influencia de esta inmigración y a los problemas que produce, mientras que por otro lado ha fijado la mira de sus acciones en perseguir todo aquello que tuviese algo que ver, aunque fuese de modo lejano, con la identidad española ( lengua, signos nacionales, fiesta de los toros, etc.).
Este fin de semana acudimos a un paso más del nacionalismo antiespañol, acudimos a la celebración de la última corrida que se celebrará en la plaza de toros barcelonesa.
No pretendo establecer una relación voluntariamente buscada, que todo podría ser, entre las intenciones del emir de Qatar y el suceso al que acabo de hacer referencia. Lo único que quiero señalar es que la caída en desuso de la Plaza y la intención del emir convergen en una misma dirección. Y es que la plaza dejará de ser rentable y por tanto su o sus dueños buscarán, como es lógico, obtener de ese terreno el mayor de los beneficios que sea posible. Y que mayor beneficio económico que el que puedan aportar los petrodólares procedentes de Qatar.
De esta forma nuevamente convergerían intereses musulmanes e intereses nacionalistas. Por un lado desaparecería un símbolo más de la españolidad de Cataluña y por otro la mezquita se podría levantar sin problema alguno.
La existencia en Barcelona de la mayor mezquita de Europa no haría otra cosa que atraer aún más musulmanes a la par que adoctrinar en el radicalismo a los que ya han emigrado a Cataluña.
El voto de esa inmensa masa de población musulmana será decisiva para lograr o mantener el poder en ayuntamientos e incluso en la Generalidad, quizá teniendo esto en cuenta se entiendan muchas cosas.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/24/barcelona/1316879409.html?a=ae84c3db004b40f115f187d54d6836bb&t=1316883574&numero=
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