En las
elecciones presidenciales que se desarrollarán el 8 de noviembre en los Estados
Unidos no sólo se dirime si el próximo ocupante de la Casa Blanca será
demócrata o si por el contrario será republicano, no se trata tan sólo de si
saldrá victoriosa Hillary Clinton o si por el contrario vencerá Donald Trump,
detrás de ello hay un trasfondo del que no es conscientes la práctica totalidad
de la población norteamericana llamada a votar ni lo es el resto de la
población del planeta.
Lo que en
esta convocatoria electoral está en juego es algo fundamental para el futuro de
la humanidad, algo que determinará el funcionamiento social y económico, así
como el equilibrio de poder entre las distintas naciones del planeta.
Todo lo
señalado puede parecer fantasioso y exagerado. Ahora bien, el lector de la
presente entrada sólo habrá de terminar de leerla para darse perfecta cuenta de
que la adjetivación arriba utilizada no es para nada excesiva.
Lo que se
encuentra en juego en estos momentos es nada más y nada menos que el poder, el
poder que una élite detenta merced al control que ejerce sobre el dinero y las
instituciones financieras. Y es que, a través de ese dinero, que es deuda, controlan
países, instituciones e individuos.
Es así que nos encontramos inmersos en una verdadera guerra
en la que no hay regla moral o derecho que no pueda ser violado, ni acción
criminal que no se pueda llevar a cabo con tal de obtener la victoria y de ese
modo afianzarse en el poder del que ahora disfrutan.
Dado que la cuestión es compleja, pues afecta a numerosos
aspectos, las cuestiones las iremos describiendo por partes, para finalmente
realizar una conjunción de todas ellas y concluir la tesis que hemos expuesto
al inicio.
Empezaremos por facilitar una serie de nociones fundamentales
respecto al dinero, que no olvidemos que no es otra cosa que deuda y que es sobre
ésta sobre la que se levanta el poder que detentan las élites que nos gobiernan
y que a su vez dirigen a aquellos que son supuestamente nuestros gobernantes,
cuando en realidad no son otra cosa que meros intermediarios.
Pues bien, en la actualidad, desde hace poco más de cien
años, la moneda de referencia a nivel internacional es el dólar USA. Nos
encontramos con que desde 1914 todo el dinero-deuda y la emisión de la moneda
en EEUU está centralizada en un Banco privado que crearon cuatro familias judías
de banqueros. Como todos sabrán nos estamos refiriendo a la Reserva Federal, a
la cual ha de pagar un impuesto el gobierno de los Estados Unidos por imprimir
su propia moneda, una moneda que desde 1972 no está respaldada por el oro, de hecho,
en la actualidad el dinero no pasa de ser un conjunto de dígitos en una
computadora.
Pero “gracias” principalmente a la continua emisión de moneda
y al dinero que por ello ha tenido que ir pagando a la Reserva Federal, los
Estados Unidos tienen una deuda desorbitada, habiendo emitido gran cantidad de
bonos del Tesoro para hacer frente a una pequeña parte de esa inmensa deuda.
Fuera ya del aspecto exclusivamente financiero, es importante
señalar que hasta ahora, y aún sigue siendo así, la estructura internacional se
organiza en lo que podríamos denominar un mundo unipolar, es decir, un mundo
que se centra en la preponderancia total de los Estados Unidos, gracias fundamentalmente
al hecho de que el dólar USA, sin respaldo del oro, es el eje fundamental de
las transacciones comerciales y de la organización financiera.
Otras informaciones fundamentales giran en torno a la masiva
compra de oro y bonos del Tesoro por parte de la Federación Rusa y de China.
Es el momento de englobar todas estas informaciones en una
realidad que está a punto de llevarse a cabo, me estoy refiriendo a un suceso
capital que vamos a denominar “reseteo”, reseteo de la economía y del sistema financiero.
Sería el paso a una nueva organización del sistema económico-financiero,
sustituyendo el patrón dólar por el patrón oro, lo que llevaría aparejado unas
consecuencias en el tablero geoestratégico que haría que se rompiese el actual
sistema unipolar para dar lugar al sistema multipolar del que tanto habla
Alexander Dugin y que busca el grupo BRICS (grupo compuesto por las cada vez
más fuertes economías de Brasil, Rusia, India, India, China y Sudáfrica). Por
supuesto que todos estos cambios tratan de ser evitados a toda costa por la
élite dirigente en la sombra, dado que perdería el poder total que ahora tiene
sobre la humanidad.
El punto fundamental a la hora de decidir que ambas
cuestiones se pongan o no en marcha va a estar determinado por cuál de los dos
candidatos, Trump o Hillary, gane las elecciones.
Esto es así puesto que ambos mantienen posturas opuestas
respecto a cuestiones que afectarán de modo definitivo a que el reseteo y la
nueva organización mundial puedan llevarse a cabo. Hillary Clinton y sus
posturas no harían posible ambos cambios, mientras que Donald Trump y las suyas
sí lo facilitaría, es por ello que Hillary es la candidata de la élite oscura.
Ahora vamos a señalar cuáles son esas posiciones y promesas
electorales fundamentales que ambos candidatos mantienen y que favorecen o impiden
el reseteo de la economía y la nueva organización internacional.
Comenzaremos refiriéndonos a las medidas que durante la
campaña electoral ha señalado Donald Trump y que podrían afectar de manera
negativa a las cuestiones arriba señaladas:
- El candidato republicano
ha declarado que sometería a la
Resera Federal a una auditoría que
analizase la deuda
contraída por
el gobierno estadounidense.
Lo que pondría en
cuestión y
podría hacer peligrar los beneficios que los
dueños obtienen a través de esta
entidad privada.
-
Ha
hecho hincapié de modo obsesivo en la necesidad de que el pueblo norteamericano
sea nuevamente dueño de su gobierno frente a un establishment corrupto.
-
Del
mismo modo habla en contra de los tratados de libre comercio que forman parte
de la agenda globalista.
-
El
hecho de que Donald Trump sea dueño de una multimillonaria cantidad de dinero
le hace menos dependiente de las aportaciones de los lobbies judíos como es el
caso del AIPAC (American Israel Public Affairs Commitee) y por tanto mucho más
independiente que Hillary Clinton frente a las propuestas y presiones
sionistas.
-
Este
candidato hace gala de una gran simpatía, que parece ser mutua, hacia el líder
ruso Vladimir Putin y la política que desarrolla,
, del mismo modo ha realizado
numerosas declaraciones, al contrario que ocurre con la candidata demócrata, opuestas
a las incesantes provocaciones de que es objeto Rusia por parte del ejército
norteamericano y por parte de la O.T.A.N. Con todo esto el candidato
republicano se alinea con una posición multipolar a la par que trata de aliviar
las tensiones que podrían dar lugar a una confrontación militar global que
podría dar paso a una tercera guerra mundial, cosa esta que parece estar en la
agenda de la élite oscura mundialista.
-
Resulta
clarificador su posición de neutralidad con Israel, o sea no sometimiento a las
directrices sionistas, y su apuesta por un acuerdo palestino-israelí. De hecho
esto ha provocado que una gran cantidad de rabinos anunciasen el boicot de la
reunión de Tramp con un importante lobby judío.
Si ahora nos fijamos en las medidas que la candidata
demócrata anuncia nos encontramos con lo siguiente:
-No propone medida alguna para controlar la Reserva Federal.
-Se muestra enemiga irreconciliable de Putin y amenaza la paz
mundial con despliegues y maniobras en zonas de influencia cercanas a la
frontera rusa.
-Se somete totalmente a la política sionista del Estado de
Israel, hasta el punto de aceptar que Israel asesine cierto número de
palestinos para su defensa.
-Es partidaria de los tratados de libre comercio.
- Defiende ardientemente el aborto, que es apoyado e
impulsado por la élite mundialista.
- Al oponerse a todo acuerdo o convivencia pacífica con Rusia
se muestra partidaria de la continuidad el orden internacional unipolar.
Por todo lo señalado hasta ahora se comprende perfectamente
que Hillary Clinton es la candidata favorita de la élite, puesto que serviría a
todos sus intereses y sobre todo estaría impidiendo tanto el reseteo como una organización
pacífica y multipolar del orden internacional.
Es por ello que la élite que gobierna y detenta el poder en la
tierra no puede permitir que el candidato republicano gane las elecciones y
gobierne los Estados Unidos de Norteamérica, para evitarlo no repararán en
medios ni habrá cuestión ética que les frene con tal de impedir su victoria.
Siendo esto así, creo que la orden ejecutiva que ha firmado
el presidente Barak Husseim Obama ordenado a toda la administración
estadounidense que se prepare ante los efectos de una posible gran tormenta
solar no es sino un señuelo para que la población acepte más fácilmente una
caída de las comunicaciones a través de internet o medios similares. Mediante
ataques con armas que funcionan a través de pulsos electromagnéticos se
provocaría una interrupción de la llegada de datos del recuento electoral o
impediría la comunicación de estos. De este modo se podrían variar los
resultados de los comicios y tras la recuperación de la línea presentar los
datos dando por vencedora a Clinton. otra manera de evitar la posible e incluso
probable victoria de Trump sería crear gravísimos acontecimientos que
justificasen la suspensión temporal de los comicios o bien anular los resultados
y convocar unos nuevos.
Para frenar el reseteo, que de hecho ya ha comenzado con la
venta masiva de bonos del Tesoro por parte de China y de Arabia Saudí, las
élites financieras podrán llegar al punto de crear un conflicto bélico
internacional en la zona de Oriente Medio en el que se viesen atrapados potencias
tales como Rusia o China. Para evitar el reseteo, y con él la pérdida del poder
que detentan, estas élites serían capaces inclusive de provocar una guerra
mundial.