Siempre que se habla de la
pérdida de soberanía que desde hace décadas viene padeciendo España se culpa a entidades
supranacionales señalándose a la Unión Europea, al Banco Central Europeo, a la
Organización de las Naciones Unidas y otras tales como la Trilateral, el Club
de Bilderberg, etc.
Sin pretender menoscabar un
ápice la influencia negativa que las entidades antes señaladas juegan a la hora
de acabar con la soberanía de nuestra patria hemos de señalar que llama
poderosamente la atención que incluso los patriotas e identitarios de nuevo
cuño pasen por alto una asociación de la que España forma parte y que a mi modo
de ver en la práctica hace causa mucho
más daño a la soberanía nacional de la que origina la misma Unión Europea.
Me estoy refiriendo a la O.T.A.N.
(Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Hago referencia a nuestra
pertenencia a la O.T.A.N. y a la
participación de nuestros ejércitos en las denominadas “misiones de paz” puesto
que de hecho la política militar y por tanto exterior que nos marca la
O.T.A.N., es decir los que realmente la dirigen, nos lleva a poner nuestros ejércitos
al servicio de los intereses sionistas y masones que en la mayor parte de las
ocasiones no solamente no coinciden con los intereses nacionales sino que se
oponen a los mismos.
Antes de afrontar
directamente el tema del ataque a la soberanía por parte de la O.T.A.N. hemos
de tocar un tema que va más allá incluso de ello, resulta que España ha caído
en el deshonor de participar como aliados junto a una potencia, la de los
piratas británicos, que ocupa de manera plenamente ilegal una parte del
territorio nacional como es Gibraltar. Para más inri nos encontramos con que el
tratado de defensa mutua llevaría a que las tropas españolas habrían de luchar
hombro con hombro con los británicos para defender Gibraltar de un ataque
exterior, la lucha se produciría con la intención de salvaguardar el status quo
colonial actual y que continuase hondeando la bandera de los hijos de la gran
bretaña en esa parte del territorio español.
Eso si, como somos tan
espléndidos, idiotas diría yo, ni Ceuta ni Melilla, tampoco las Islas Canarias
entran bajo el denominado paraguas de la O.T.A.N. Es decir tendremos que
combatir para defender la continuidad del robo de una parte de nuestro
territorio pero ningún miembro
de la O.T.A.N. está obligado a ayudarnos a nosotros caso de que las señaladas
islas y plazas de soberanía fuesen atacadas por una potencia extranjera.
Hecha esta apreciación, que
para nada es anecdótica, ahora vamos a señalar como nuestra política exterior
viene siendo marcada por los intereses de los que realmente dirigen la política
bélica y los escenarios de actuación de nuestras tropas. Los que realmente lo
dirigen son el sionismo internacional y la política exterior de los Estados
Unidos, que viene marcada y dirigida por el lobby judío norteamericano.
Esta afirmación de que es el
sionismo internacional y estadounidense el que realmente marca los escenarios y
misiones que las tropas españolas han de desarrollar puede en principio sonar a
exageración o directamente a mentira, pero observar un poco la realidad nos
llevara a reconocer la realidad de lo señalado.
La practica totalidad de las
misiones en las que participa el ejército español en el extranjero no buscan
otra cosa que proteger las fronteras del Estado judío, como es el caso de las
tropas desplegadas en el Líbano para frenar la actividad de la resistencia
libanes de Hezbollah. Todas esas en las que participan barcos de la armada y
aviones del ejército del aire, los primeros en el mar Caspío y los segundos patrullando las fronteras
rusas con Polonia y Lituania.
Con la participación en estas
maniobras llevadas a cabo junto a otros ejércitos de la O.T.A.N. nos estamos
sumando al intento de frenar a una Federación Rusa que se enfrenta en Oriente Medio
al grupo de salvajes terroristas del ISIS, grupo creado, financiado y apoyado
por Israel, Estados Unidos y las monarquías árabes. De la misma manera la
Federación Rusa es un gran peligro para Israel debido al apoyo militar y
diplomático que da al gran, y quizá único, enemigo serio del Estado judío en la
zona como es Irán.
Pero si algo pone de
manifiesto de manera clara hasta qué punto los movimientos bélicos y maniobras
de la O.T.A.N. no sólo no van en
dirección distinta si no opuesta a los intereses reales de España simplemente
hay que tomar en consideración que mientras Argelia nos roba aguas
jurisdiccionales en la zona de las Baleares, mientras Marruecos hace otro tanto con las próximas a las
Canarias, mientras la policía nacional y la guardia civil no son capaces de
frenar los asaltos a Ceuta y Melilla o miles de
inmigrantes-invasores atraviesan
el Mediterráneo para entrar ilegalmente en nuestro territorio el ejército de
tierra, la Armada y el ejército del aire se dedican a instruir en Irak y Afganistán, a navegar por el Caspio o a vigilar la frontera
rusa en Polonia y Lituania. Su sitio está protegiendo la frontera de Ceuta y Melilla, interceptando en el Mediterráneo los cayucos
que fletan las mafias y salvaguardando la integridad nacional en Cataluña.
Si a pesar de todos los argumentos que se han expuesto
alguien mantiene que la pertenencia y el sometimiento a la Organización del
Tratado del Atlántico Norte y la soberanía de nuestra patria no resultan algo opuesto e incompatible debería quitarse
las anteojeras ideológicas que le impide ver la realidad tal y como es.