Antes de
iniciar la exposición referente a la realidad del adrenocromo y a las
consecuencias criminales derivadas de la consecución de esta substancia por
parte de grupos elitistas es preciso poner de manifiesto que la conducta humana
es resultado del condicionamiento llevado a cabo por unos funcionamientos psicológicos
básicos que nos hacen repetir aquellas conductas que nos han facilitado
resultados positivos a la par que nos hacen evitar aquellos otros que tienen como consecuencia
resultados negativos o molestos, llevándonos a no repetir esas conductas. Es
preciso considerar que en algunos casos en que se produce la repetición de determinadas conductas
puede ser fruto de creencias o
explicaciones vicarias- aprendidas- que realmente no
llevan aparejada una consecución de efectos positivos materiales, sino que derivarían de elementos basados más en cuestiones sociales relacionadas la aceptación por parte del grupo o de la aceptación de creencias que
se pueden relacionar con una especie
de aprendizaje vicario basado en lo que
otros nos enseñan, esto ocurre especialmente cuando estas creencias van acompañadas de
consecuencias positivas, y más si estás
son sumamente placenteras como es el caso.
De esta
manera el ser humano puede llegar a aceptar como realidades positivas que han
de ser repetidas, cuestiones que de otro modo serían directamente rechazadas
como contrarias a toda conducta moralmente aceptable, siendo así que muchas conductas
fantasiosas pueden ser perfectamente explicadas, aunque pudiese parecer falso y
carente de cualquier sentido el hecho que se considera. Un ejemplo muy claro es
la idea de algunas zonas asiáticas de que el polvo del cuerno machacado de
un rinoceronte es un fuerte elemento para
aumentar la libido y la potencia sexual o la costumbre, en algunas zonas de Indochina de torturar al tigre antes de matarlo para de esta manera lograr ciertas propiedades mágicas cuando se consuma su carne.
Conocido
todo este planteamiento, al que más adelante recurriremos, vamos ahora a
centrarnos en el adrenocromo.
Una vez que
se ha puesto de manifiesto que cosas reales más o menos neutras pueden ser
investidas de características positivas fantasiosas, y que por tanto estas
pueden dirigir nuestra conducta desde el momento en que a esas cuestiones
reales se les ha conferido una carga positiva. Concluiremos que ese elemento
neutro puede llevar a que se lleven a cabo ciertas conductas e incluso se
repitan de manera compulsiva.
es el momento de centrarnos directamente en la
realidad del adrenacromo.
El
Adrenocromo es producto de la oxidación de la adrenalina.
La cuestión es que la
adrenalina es producida en enormes cantidades en los momentos de terror, dolor
y pánico. Siendo a través de la sangre una forma de acceder a ella, aunque el
acceso más directo es accediendo a las glándulas suprarrenales.
La
adrenalina es una hormona y un neurotransmisor el cual incrementa la frecuencia
cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata las vías aéreas. Es una
catecolamina producida por las
glándulas suprarrenales, es importante que la extracción se realice de
la glándula suprarrenal de una persona viva, y es importante que así sea para
que sea sometido al mayor stress posible y de esta manera produzca la mayor
cantidad de adrenalina posible.
A la
adrenalina en sangre, bebida siendo líquida o esnifada cuando se presenta en
polvo se le atribuyen unos fuertes efectos psicoactivos que acercan al sujeto
que la ingiere a un estado cuasiesquizofrénico.
Es así que a
los verdaderos efectos psicoactivos de un tremendo “subidón” hay que añadirle
toda la parafernalia y legenda que lleva aparejado el consumo de adrenocromo
unido al sacrificio ritual de menores. Es aquí donde quiero referirme a los
comentarios que al inicio del escrito realicé, y es que lo que moviliza la
conducta de los sujetos puede no ser tanto la realidad cuanto la verosimilitud
que el sujeto le concede. De esta manera ese aporte de supuesta fuerza vital, ese
freno del envejecimiento y la creencia en la consecución de mejoras de todo
tipo, a pesar de no ser ciertas pueden ser vividas y aceptadas como tales,
hasta el punto de que esas expectativas y la presión grupal lleve a las
personas de esos grupos elitistas a la realización de actos extremadamente
cruentos, y más si estas expectativas van acompañadas por consecuencias psicoactivas
delirantes y adictivas. De esta manera
la presión grupal de un grupo muy minoritario y supuestamente secreto haría que
fuese muchísimo más sencillo que sus miembros aceptasen cuestiones que
agravarían las de por sí criminales acciones para conseguir el adrenocromo,
como por ejemplo aceptar la necesidad de utilizar niños de corta edad.
Con todo lo
dicho pretendo poner de manifiesto que los tan repetidas teorías de que existen
ceremonias de élites oscuras que
sacrifican humanos, no tienen
porque ser falsas por el mero hecho de
significar la falsedad de lo que los
miembros de esos grupos manifiestan lograr. Es más, se dan todas las
circunstancias para afirmar que pueden ser un hecho. La realidad es que cuestiones como la moralidad de esas actividades pasarían a un segundo plano si la consecución de un beneficio se impone.