La creación de esta unidad resulta una subrepticia e inteligente forma de poner en funcionamiento la nunca olvidada tarea de hacer de los ejércitos de España, especialmente del Ejercito de Tierra, un ente diferente a lo que realmente ha constituido siempre su forma de ser.
Dado que la izquierda española siempre ha mantenido un antimilitarismo escasamente disimulado, y dado que en la actualidad se encuentra en el poder, está buscando la manera de lograr sus objetivos respecto al tema de la milicia.
El hecho es que la historia, tanto la lejana como la más reciente , les ha enseñado que a través de un ataque directo no lograrían sus propósitos, es así que se han visto obligados a optar por métodos más sibilinos que no desencadenasen una reacción interna de protesta o excesivo malestar. Para aplicar estos métodos han esperado a que las Fuerzas Armadas, especialmente las máximas jerarquías de estas, hubiesen tragado suficientes “sapos” sin haber hecho ningún tipo de manifestación pública o que si lo hubiesen hecho como fue el caso del Actualmente en la reserva Teniente General Mena fuesen fuertemente sancionados.
Es así que surge la idea, que se adjudica directamente al actual Presidente del Gobierno Sr. Rodríguez Zapatero, de crear una unidad militar cuya finalidad se apartaría de las que tradicionalmente han sido las adjudicadas a las unidades del ejército cuales serían la defensa del territorio, el mantenimiento de la independencia y soberanía nacional, velar por la unidad de la Nación y la defensa del poder constituido.
Contrariamente a todo lo anterior, la UME, unidad que fue creada por acuerdo del Consejo de Ministros el 7 de octubre de 2005, tiene como misión la de intervenir en cualquier lugar del territorio nacional en casos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otra necesidad pública. Resulta curioso, cuando no chocante el hecho de que en lugar de dotar de más medios o si se considerase necesario atribuir nuevas funciones a algo ya existente como era la Dirección General de Protección Civil y Emergencias se crease una unidad militar específica la cual se encuentra de hecho fuera del organigrama y de la cadena de mando de cualquiera de los ejércitos. Se trata de un “miniejército bajo el mando directo del Presidente del Gobierno o de aquel ministro en el que este delegase tal potestad.
Al mismo tiempo que la U.M.E. vendría a ocupar funciones que se supone que tenían adjudicadas ya la Dirección General de Protección Civil y Emergencia, la Guardia Civil así como las unidades de bomberos sitas en las distintas zonas del territorio nacional.
Pero no acaba aquí la cuestión puesto que según el diseño hecho por el gobierno de la nación: “cuando la U.M.E. intervenga, tendrá capacidad legal para ordenar la colaboración sobre otras unidades de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil”. Es así que se supone que puede contar con 580 agentes adicionales de la Benemérita, 91 aviones de transporte militar, 154 helicópteros y 669 vehículos, que podrían ser empleados siempre que los solicite.
No debe pasarse por alto un dato que resulta revelador, y no es otro que el que se refiere a la rapidez y secretismo con el que se estuvo trabajando en el Ministerio de Defensa en torno a la creación de esta Unidad, trabajos que fueron realizados sin el conocimiento del JEMAD, según manifestaciones de él mismo, ni de los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos y de la Armada. Desde luego todo esto no resulta para nada signos de buen augurio.
La creación de esta unidad que se supone militar rompe con la concepción militar tradicional al adjudicarle de modo específico unas misiones del todo distintas a las propias de los ejércitos y situarla al margen de la jerarquía militar.
Pero no termina con todo lo presentado la problemática que esta unidad causa a los tres ejércitos, especialmente al de tierra. En este punto me quiero referir a las cuestiones que tratan las remuneraciones que los integrantes de tal unidad reciben, debidas a las cuales la unidad a la que nos estamos refiriendo recibe en círculos castrenses el apelativo de “la bienpagá”.
Los generosos emolumentos que reciben los miembros de la U.M.E., amén de constituir un fragrante discriminación con respecto a jefes, oficiales y tropa del mismo nivel de otras unidades llevan aparejados otras consecuencias de mayor trascendencia para los ejércitos y la Armada.
Las distintas convocatorias que se han ido convocando para completar el contingente con el que se piensa dotar a la U.ME. da lugar a una situación sumamente delicada puesto que pretende hacerse con los militares de mejor preparación presentes tanto en los ejércitos de tierra y aire como en la armada.
El contingente previsto para la Unidad Militar de Emergencia para diciembre del año 2008 sería el que sigue: 435 oficiales, 822 suboficiales y 3054 Militares Profesionales d Tropa y Marinería, entre los cuales se contaría los que ya pertenecerían al 43º Grupo de Fuerzas Aéreas.
El aliciente que resulta de la abismal diferencia respecto a los emolumentos atraerá a la unidad que estamos refiriendo a gran cantidad de militares en activo, de los cuales las pruebas de ingreso seleccionarán a los mejor dotados física y psíquicamente, cosa esta que irá en detrimento de las unidades en las que se encuentran en la actualidad.
La diferencia a la que nos estamos refiriendo no es “moco de pavo”, para demostrarlo y a modo de ejemplo vamos a poner de manifiesto algunas de ellas:
Los soldados cobrarán 7600 euros más que el resto, los comandantes y tenientes alrededor de 12000 euros más que lo que cobran sus compañeros de otras unidades y los capitanes 11000 euros más. Es decir un coronel cobra 57.793 euros, Un brigada 35866y un soldado 22603. Pero además el informe que fue elevado al Consejo de Ministros señalaba que las reseñadas retribuciones “podrían ser incrementadas en concepto de gratificación por servicios.
Si nos referimos a los efectivos previstos para la U.M.E. serían los siguientes: Un total de 4130 componentes de la unidad, de los cuales 305 serían oficiales, 850 suboficiales y 3155 soldados.
Este “proyecto personal del Presidente del Gobierno” llevará a que el ejército de tierra se quede sin los mejores hombres del Estado Mayor, Zapadores, Transmisiones, Médicos, Conductores y Pilotos de helicópteros. Especialidades todas ellas críticas para el buen funcionamiento del ejercito siempre que sea considerado como el puntal de la defensa de la Nación y no pase a ser visto como una O.N.G.
Se hace preciso poner de manifiesto que en un momento en el cual los planteamientos del partido en el gobierno y sus socios parlamentarios mantienen una política de un presupuesto que resulta del todo insuficiente para mantener, renovar y mucho menos aumentar el material militar necesario se cree una nueva unidad que tiene un presupuesto verdaderamente exagerado si se le compara con el que reciben el resto de unidades de nuestros ejércitos.
El coste anual de la unidad es de 150 millones de euros, con una inversión en material de nada menos que 1234 millones de euros.
Tales costes, que no tendrán problema alguno a la hora de recibir los fondos necesarios irán en detrimento de los recursos económicos para los programas de adquisición de armamento y material de otras unidades no tan mimadas.
Ahora bien, no debemos caer en el infantilismo bobalicón de pensar que esto es tan solo el resultado de una mera ocurrencia del Presidente del Gobierno, que un día pensó que España necesitaba una unidad de este tipo, o que solamente fue fruto de la megalomanía de este personaje. que quería una unidad militar bajo su mando directo con la que poder jugar a los soldaditos, las cosas son más complicadas a la par que resultan mucho más sencillas si los acontecimientos son considerados en función de los resultados que producen y de los intereses de aquellos que los hacen aparecer.
El hecho de que la población civil tenga en los momentos de crisis a esta unidad como referente de lo que son los ejércitos va a crear una imagen digamos que “descafeinada” y sumamente equívoca de lo que realmente son las Fuerzas Armadas. Y es ahí donde radica la suma importancia que los actuales dirigentes de la Nación dan a esta unidad. La concepción de los ejércitos con un papel distinto al que hasta ahora ha venido desarrollando lo vemos cuando se presentan anuncios tanto en radio y televisión como en la prensa escrita con la finalidad de atraer a jóvenes para que se integren en los ejércitos como tropa profesional, en tales anuncios nunca se habla de España ni de su defensa o de la protección de su soberanía, se habla de una organización humanitaria que colabora para mantener la paz y atender a aquellos que están en situaciones de emergencia en cualquier lugar del mundo, todos estos fines son de suyo encomiables pero no es la finalidad de un ejército. Parece que se habla de un Ejército con tanques y cañones que disparan tiritas, aviones que lanzan caramelos y barcos cuya única finalidad es la de recoger náufragos.
Con referencia a lo que estamos tratando no hay que pasar por alto una cuestión que puede parecer anecdótica pero que de hecho no lo es, estoy refiriéndome al uniforme, llamémoslo mejor vestimenta, que llevan los miembros de esta unidad. Nos encontramos con que parece un hibrido entre el traje de los bomberos y el de los retenes que actúan contra los incendios forestales, para nada presentan un aspecto que los relacione de algún modo con las Fuerzas Armadas. Hasta ahora, cuando había algún tipo de calamidad o emergencia, la autoridad podía solicitar la ayuda del ejército, el cual acudía una vez que los mandos lo autorizaban pero lo hacían manteniendo su uniformidad así como los vehículos propios más apropiados para cada una de la situación de la que se tratase.
En definitiva, la U.M.E. no deja de ser un miniejercito a disposición directa del Presidente del Gobierno que ha surgido de una idea, ¿capricho?, del Sr.Rodriguez Zapatero y que no deja de ser un nuevo modelo de ejército cuya existencia lleva aparejada no pocos problemas para el mantenimiento de las actuales Fuerzas Armadas.
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