Nuestro país
está atravesando por una situación
crítica, una situación que exige la adopción de medidas extraordinarias,
se precisa que un gobierno de concentración alejado de la política bipartidista
tome las riendas del país sin reincidir
en la toma de las mismas medidas económicas que nos han llevado a mantener, cuando no empeorar la actual
situación(recortes y subida de impuestos), y esto ha de ser así aunque deba llevarse a cabo contraviniendo las indicaciones - exigencias procedentes del Banco Central
Europeo, del Fondo Monetario Internacional
o aquellas que marca la Unión Europea.
Lo primero que
un gobierno que se precie de serlo debe hacer es
poner en primer lugar a los ciudadanos, y especialmente a aquellos que
atraviesan por situaciones graves.
En España el
porcentaje de personas que carecen de trabajo es ya del 24,63%, o sea 5693100
personas están despempleadas.
Y lo que es más grave si cabe, en 1737600 hogares ningún miembro de la familia trabaja, con lo que carecen de ingresos fijos, con los que hacer frente a las necesidades más básicas y afrontar el pago de la hipoteca de la vivienda, con el riesgo de desahucio que esto conlleva.
Y lo que es más grave si cabe, en 1737600 hogares ningún miembro de la familia trabaja, con lo que carecen de ingresos fijos, con los que hacer frente a las necesidades más básicas y afrontar el pago de la hipoteca de la vivienda, con el riesgo de desahucio que esto conlleva.
El índice de
miseria en la población española es ya del 26,4%, hemos llegado al nivel de miseria de la posguerra.
Si no fuese por
el “colchón-refugio” que ofrecen las
familias y gracias a las exiguas pensiones de padres y abuelos la situación más
que grave sería crítica.
Pero pese a la
triste y alarmante situación que hemos
descrito, mantenemos un sistema autonómico despilfarrador, la casta
política se rodea de prebendas
económicas y legales y la estructura financiera se beneficia miserablemente de
la pobreza jugando a ganar con la seguridad de que si pierde el empobrecido
pueblo le rescatará.
José Antonio
Primo de Rivera dijo una frase
setenta años setenta años atrás que parece pensada para el momento actual: “Mientras
millones de familias españolas vivan miserablemente no puede ni debe haber
paz en España”.
Estas
palabras a oídos burgueses y
acomodaticios con el status quo seguramente les resultarán fuertes y algunos las podrán
tildar de extremistas, pero la paz se rompe desde el mismo momento en que la miseria afecta a una parte, no pequeña, de
la población.
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