El
resurgimiento de la Leyenda Negra antiespañola entre no poca parte de la población
hispanoamericana no es para nada una cuestión accidental o casual, y es que
como ya he señalado a lo largo de muchas entradas en el blog, las casualidades
en cuestiones de importancia o cuando se dan de manera simultánea y generalizada
no son tales, estas supuestas casualidades obedecen a estrategias perfectamente
planificadas e instigadas por ciertas élites para alcanzar determinados
objetivos.
En el tema
que nos ocupa, el resurgimiento de la Leyenda Negra en Hispanoamérica, son las
élites globalistas anglosajonas, de ascendencia y cosmovisión protestante, las que han
proyectado y se encuentran detrás de ello.
Por mucho
que numerosos activistas y “pensadores” se crean protagonistas o ideadores de
la campaña antiespañola e indigenista que actualmente se está llevando a cabo,
no pasan de ser los tontos útiles de los que el globalismo se sirve para
alcanzar su objetivo fundamental, que no es otro que imponer al mundo un Nuevo
Orden Mundial.
No pocos se
preguntarán de qué manera la extensión de la Leyenda Negra por Hispanoamérica puede
servir al advenimiento e imposición de ese Nuevo Orden Mundial que tanto anhela
el globalismo.
Resulta que
para la imposición del N.O.M. se precisa que previamente hayan desaparecido las
identidades nacionales y los mismos Estados-nación, ya que en caso de que estos
pervivan resultaría del todo imposible la existencia de una masa informe y sin identidad
que permita unificar bajo un mismo poder, gobierno global dotado de una
autoridad, una economía y una religión impuestas por ese Nuevo Orden Mundial.
Es por todo
ello que a los globalistas les resulta imprescindible que la Leyenda Negra se
extienda por Hispanoamérica, una extensión que busca acabar con el concepto
mismo de hispanidad, una Hispanidad que no es otra cosa que la cosmovisión
hispana, una forma de ver la vida y la realidad, una manera de afrontar la
vida, ver el mundo y al otro formado por un sustrato católico aderezado con una
filosofía fruto del derecho romano, la filosofía griega y la inspiración
española.
Desde el
momento en que los países y la población hispanoamericana se aparte y aborrezca
sus principios identitarios hispanos y sucumban al indigenismo que reniega de
ellos y dice defender la primigenia y “verdadera” identidad de esos países todo
habrá terminado, los Estados que la componen desaparecerán para convertirse en
multitud de reinos tribales que terminarán sometidos al poder y al dinero
anglosajón que buscan acabar con la Hispanidad usando como ariete la Leyenda
Negra.
El objetivo
de estas líneas no es entrar a rebatir las afirmaciones de esa leyenda
anglosajona y luterana, anticatólica y actualmente globalista que trata de
convertir la acción evangelizadora y civilizadora de una España que se desangró
literalmente en América en una suerte de genocidio humano y cultural, para eso bastaría
con acudir a estudios, documentales y ensayos históricos fácilmente accesibles.
Pese a ello
no me resisto a citar a un historiador inglés, el cual señaló algo que desde mi
punto de vista resulta crucial si se pretende entender la positiva y humana
actuación de España en América, dijo: “La conquista de América del norte se
hizo con el Antiguo Testamento y la del sur con el Nuevo”. Es ello lo que
determinó la actitud de mestizaje, respeto a los indígenas y la evangelización
de los pobladores de aquellas tierras. No tratamos de defender ningún tipo de
Leyenda Rosa, pero desde luego la actuación española en América no es
equiparable a la de los anglosajones.
Todo lo
señalado explica el odio a la Hispanidad y a todo lo hispano. No se trata
exclusivamente de imponer un Nuevo Orden Mundial abstracto, si no un orden,
desorden diría yo, sometido a la primacía de lo económico y material, a unos
principios que desde una visión protestante considera más importante el tener
que el ser, una visión basada en la usura, el beneficio económico y en considerar
al ser humano vacío de una dignidad propia de ser un hijo de Dios hecho a Su
imagen y semejanza.
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