martes, 6 de diciembre de 2022

LOS JÓVENES INMIGRANTES MARROQUÍES, UN PELIGRO PARA LA SEGURIDAD NACIONAL.

 


   

      


Ayer se produjo un acontecimiento, por supuesto no me estoy refiriendo al encuentro futbolístico entre España y Marruecos, que debería abrir los ojos a todos los españoles, pero muy especialmente a las autoridades buenistas y cobardes que nos gobiernan y que tienen la obligación de defender a España y a los españoles.

Estoy haciendo referencia a los incidentes y agresiones que se produjeron en toda España a manos de jóvenes inmigrantes, en gran parte ilegales, de procedencia o ascendencia marroquí.


                                                              


 Esto puso de manifiesto algo que ya debería estar claro para todos, algo que no es otra cosa que la presencia entre nosotros de una quinta columna, un caballo de Troya, que está preparado para actuar contra España y los intereses e infraestructuras nacionales en cuanto así lo decidan las autoridades de nuestro enemigo del sur. 


                                                             

      

Para poner en pie de guerra a esta masa de jóvenes tan resentidos que tanto nos odian no es preciso la realización de modo explicito de una orden,  es suficiente con la puesta en marcha de cualquier acontecimiento que provoque la reacción defensiva de España y que se venda como agresión contra Marruecos.

 

Uno de los aspectos que más atrae a los inmigrantes marroquíes jóvenes es la actitud buenista que les aporta ayudas y tolera sus actividades delictivas.

                                                          




 Es por ello resulta fundamental tanto frenar tales ayudas como reforzar y dar a las autoridades encargadas de defender nuestras fronteras los medios legales y físicos precios para cumplir con su deber e impermeabilizarlas.



Mientras que autoridades y ciudadanos no seamos plenamente conscientes de que esos jóvenes que viven y entran en nuestro territorio son un peligro para la seguridad de nuestra nación y de la población nada se podrá hacer. La seguridad de la población, de sus propiedades y la integridad del territorio han de convertirse en algo prioritario que en ninguna circunstancia pueden ser algo sometidos a este buenismo suicida que parece instalado en una gran parte de la sociedad.

Aprendamos en cabeza ajena y consideremos como los experimentos políticos de países nórdicos y centroeuropeos han demostrado de manera clara y en no pocas ocasiones brutales que el multiculturalismo ha fracasado y que los inmigrantes, sobre todo los procedentes de países del Magreb, no se integran ni siquiera en la segunda o tercera generación de estos. Es por todo ello que la nacionalidad no se puede conceder a ningún inmigrante ilegal o a uno legal que no sea de al menos tercera generación.

La expulsión inmediata, en caliente también, de todo inmigrante que penetre o se encuentre en territorio nacional ha de ser inmediata.

 

LA SEGURIDAD NACIONAL Y LA DE LOS ESPAÑOLES NO PUEDE PONERSE EN  RIESGO POR UN BUENISMO QUE NO PASA DE SER UN ENTREGUISMO VESTIDO DE HUMANITARISMO. 

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