Todo ello se lleva a cabo bajo la excusa del cambio climático y del respeto a los derechos de los animales.
¿Pero qué tienen en común las normas que se adoptan y las consiguientes medidas aplicadas? Lo primero que salta a la vista es que las consecuencias de ellas derivadas llevan a hacer muy difícil, cuando no imposible, que la economía familiar y personal pueda desarrollarse de manera sencilla pues alimentos, energía y viviendas llegaran a un nivel prácticamente inasumible para una gran parte de las economías personales y para la supervivencia de pequeñas y medianas empresas , y que nadie olvide que son precisamente estas pequeñas y medianas empresas las que crean la mayor parte de los empleos.
Pero nada de esto es casual ya que lo que se consigue con todo esto, a primera vista inconexo, es crear una situación tal que los sujetos, las familias y las pequeñas empresas dependan de las ayudas y concesiones del Estado y de este modo tenerlos a su merced, ya que si el sujeto, la familia o la empresa no sigue los dictados del Estado (sometido a su vez a las corporaciones multinacionales financieras e industriales).
Se estaría tratando de implementar- imponer la Agenda 2030, que no se basa en el tan famoso y cacareado desarrollo sostenible, si no que como se dijo en la reunión del Fondo Económico Mundial, anteriormente Foro de Davos, se pretende imponer la sociedad del NO TENDRÁS NADA Y SERÁS FELIZ,
es decir una humanidad esclava de una élite que controlará toda tu vida puesto que ella depende totalmente de lo que el Estado te aporta.
Estamos a las puertas de una distopia ante la cual el mundo que aparece en el “1984 “de Orwell es Shangri La.
Pues bien, todas esas decisiones gubernamentales y normas legislativas que en la actualidad se están imponiendo y que dan lugar a consecuencias muy negativas e injustas no son errores de aquellos gobernantes que las adoptan si no que se trata de pasos perfectamente planificados para alcanzar la implantación de la agenda que tienen proyectada.
En estos últimos años estamos viendo cómo se está aplicando la estrategia que en la práctica ha tenido un mayor éxito, y no es otra que crear miedo y terror en la población, por que un pueblo con miedo es un pueblo al que se puede manipular. Esto queda muy claro en una estrofa del himno de los antiguos tercios españoles: “sólo es libre el hombre que no tiene miedo”.
Pues bien, todos hemos asistido a como con el pretexto de una supuesta pandemia se ha creado de modo intencionado un grado de terror tal entre la población que ha permitido que el gobierno aplicase unas medidas que violaban de manera clara los derechos de los españoles mediante la imposición a desarrollar determinadas conductas o a no poder realizar otras a las que tenían derecho. Todo con la excusa de la plandemia y bajo el paraguas de un Estado de Alarma declarado posteriormente a su finalización como ilegal por el Tribunal Supremo.
Una vez que el grado de terror aplicado a la población mediante el covid 19, todo tema tiene un tiempo de caducidad puesto que bien la población termina por habituarse o las dudas terminan por despertar a la gente, las élites globalistas han comenzado a desarrollar otra temática que pretenden que lleve el miedo y el pánico a la población, por supuesto me estoy refiriendo a la omnipresencia del supuesto cambio climático debido a la acción del hombre, cosa esta sobre la que una gran cantidad de científicos duda o directamente niegan.
Pero esto es igual, puesto que nuevamente asistiremos a la desvergonzada persecución de todo aquel científico que se oponga a lo que mantiene el sistema y los científicos a su servicio, asistiremos a otro acoso y censura como el acontecido durante la dictadura sanitaria que hemos padecido.
Ahora se tratará de llevar a la población a un grado de terror e incertidumbre tal que lleven a que los ciudadanos se plieguen a toda medida que las autoridades impongan.
Asistiremos a como se obligará a los conductores a comprar cierto tipo de coches y a conducir sólo a ciertas horas para finalmente llegar a no usarlo ni tenerlo, el Estado será el que los alquilará o facilitará un transporte público gratuito, eso si sólo para los “buenos ciudadanos”.
Si queremos resistir a la acometida que ahora se nos viene encima es fundamental no permitir que el miedo penetre en nosotros, para lo cual la duda y el escapar de los medios oficiales y a los medios hegemónicos vendidos al poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario