No acierto a
comprender como la camarilla canalla que marca la agenda política de la nefasta
Unión Europea tiene la poca vergüenza de culpabilizar a las sociedades
europeas, muy especialmente a las del sur, de los miles de inmigrantes subsaharianos
que anualmente mueren ahogados en el Mediterráneo.
Y no lo
puedo entender desde el momento en que son precisamente ellos, y la élite
globalista a la que sirven, los únicos responsables de todas esas muertes que
de manera hipócrita después utilizarán para culpabilizar a una población
europea que no deja de ser una víctima más de su perversa estrategia para
acabar con la civilización e identidad de nuestro continente.
La inmensa
mayoría de la población europea pasa por alto que todas esas muertes son
consecuencia directa de una diabólica concatenación de hechos que voluntariamente
la élite globalista paneuropea ha desencadenado y que provoca tres gravísimas
realidades: la muerte, la esclavitud de los que emigran y el empobrecimiento de
los países africanos de donde provienen esos inmigrantes.
Pero a esta
élite globalista y a sus vasallos todos esos
sufrimientos les traen al pairo si con ellos consiguen alcanzar los
objetivos que ese mundialismo globalizador se ha marcado.
Esta suerte
de criminales de despacho y coche oficial, dirigidos desde las logias y las
sinagogas, han vendido a los europeos la idea de que esa élite, lejos de ser
maligna está compuesta por filántropos humanitarios preocupados por los
desfavorecidos que tratan de alcanzar una Europa supuestamente tan rica como insolidaria.
Y lo peor no
es que hayan vendido esa idea si no que la inmensa mayoría de los europeos se
la ha comprado.
Al igual que
la mayoría de los europeos han interiorizado que los gerifaltes de la Unión
Europea, los globalistas como Soros y las O.N.G.s que les sirven son
humanitarios benefactores, la sociedad europea está sometida a un complejo de culpa
y a un buenismo suicida que unidos conforman un veneno que provocará más pronto
que tarde la muerte de nuestra civilización y la desaparición de la raza blanca
de Europa.
Pero todo esto no ha ocurrido de manera espontánea,
sino que es consecuencia directa de la aplicación de una ingeniería social a la
que la sociedad europea lleva años sometida, un bombardeo ideológico freudomarxista
que ha logrado implantar en Occidente en general, pero en Europa muy en
particular, una visión que nos conduce directamente a la desaparición de
nuestra identidad, al caos social y a la sustitución racial de la población
blanca por otra negra procedente del continente africano.
Para salir
de este camino que irremediablemente nos lleva al precipicio en primer lugar
hemos de sobreponernos al complejo de culpa que nos han inoculado, para
lograrlo tenemos que considerar la realidad de lo que acontece tal y como es,
quienes son los que dirigen estos acontecimientos y cuáles los intereses que
les mueven a hacerlo. De esta forma
seremos plenamente conscientes de que la realidad de lo que ocurre no es como
nos la pintan, que Europa no dirige los acontecimientos ni tiene interés alguno
en que esta nueva invasión de los bárbaros inunde nuestro continente (bárbaros
en el sentido latino de extranjeros). Siendo así que Europa, lejos de ser
culpable resulta ser una víctima más de la estrategia del poder globalista.
Creo que
cualquier persona mínimamente informada que analice los sucesos referidos al
tema migratorio de manera crítica, sin someterse borreguilmente al pensamiento
único de los medios de intoxicación, y que se halla esforzado en conseguir
información libre a través de los medios alternativos tendrá perfectamente
claro que lo que se esconde detrás de esta verdadera invasión que padece Europa
es la implementación del Plan Kalergi, un plan que busca acabar con la
identidad cultural, religiosa y racial europea, para de ese modo poder dominar esta civilización y este pueblo y de
esa manera controlar su fortaleza identitaria y conjurar su más que probable resistencia.
Pero para
superar esta autoculpabilización inducida de que es víctima la población
europea resulta también imprescindible conocer hasta qué punto la inmigración irregular
procedente del África subsahariana está provocando entre esos seres humanos
unos males que se nos ocultan, que son asumidos y aprovechados, cuando no
provocados, por esas élites que se sirven de las vidas y del dolor de esas
personas. Y esto es así puesto que su único interés es acabar con la identidad
europea, con los Estados-nación y de esa manera poder implantar un globalismo homogeneizador
sobre el que levantar un Nuevo Orden Mundial totalitario.
Ya hemos
señalado que los inmigrantes ilegales subsaharianos, inducidos a venir a Europa
en gran parte por el “efecto llamada”, están siendo víctimas de tres crueles realidades
que para nada parecen afectar a las élites globalistas ya que consideran de
manera utilitaria todo lo humano, y tan solo lo tienen en cuenta en tanto pueda
afectar al logro de sus planes. Como ya
dijimos los tres aspectos que de modo generalizado y cruel afectan a los
inmigrantes subsaharianos son la muerte, la esclavitud y el acabar con el
futuro de la parte de África de donde proceden.
Ahora vamos
a profundizar un poco en cada uno de estos tres efectos negativos que ha
provocado la política globalista de esa Unión Europea vendida al globalismo
judeomasónico.
Empezaremos
con la muerte, quizá este sea el aspecto más obvio puesto que son los mismos
medios de manipulación los que nos lo han estado presentando desde hace unos
años un día sí y otro también con la finalidad de culpabilizarnos. Por supuesto
me estoy refiriendo a la incalculable cantidad de inmigrantes que perecen en el
viaje que llevan a cabo desde el África subsahariana para alcanzar territorio
europeo.
Fallecen, y
mueren no sólo ahogados en el Mediterráneo, también en los largos viajes a
través de África para llegar a Libia o la costa marroquí desde donde partirán
para alcanzar territorio europeo.
Las muertes
que se producen tanto en el trayecto terrestre como las de aquellos que
fallecen ahogados en el mar Mediterráneo son responsabilidad de la Unión
Europea, dado que sus políticas de puertas abiertas, de ayudas sociales,
sanitarias e incluso habitacionales gratuitas para los inmigrantes ilegales constituyen
un efecto llamada prácticamente imposible de rechazar para los habitantes de la
zona subsahariana.
Lo que ocurre es que con ese tipo de mensajes
las autoridades de la U.E. están colocando a esa gente en manos de mafias sin
escrúpulos que se aprovecharán de los sueños equívocos y de las falsas esperanzas
de esos desgraciados para sacarles un dinero que no tienen y para
posteriormente ponerles en serio peligro de muerte, cuando no acabando con ellos
una vez que han conseguido la cantidad de dinero solicitada para llevarlos a
Europa.
Las mismas
autoridades europeas a través del Frontex y las diferentes armadas, con la
inestimable ayuda de los globalistas sionistas como George Soros y sus barcos
de rescate, están de hecho colaborando con unas mafias que diariamente lanzan al
mar a miles de subsaharianos en embarcaciones que con toda seguridad se irán a
pique, muriendo sus ocupantes si no fuese porque los barcos globalistas y las
naves de las distintas armadas acuden en su socorro.
Pero con
todo ello no están haciendo otra cosa que facilitar la tarea, y con ello aumentar los
beneficios, de esas mafias que comercian con la vida de personas. Lo fomentan dado
que están aumentando sus beneficios al tener que invertir cada vez menos dinero
en unas embarcaciones que otros, gobiernos y globalistas, se encargarán de llevar a Europa.
El colmo es
que los barcos de las O.N.G.s incluso están entrando en aguas jurisdiccionales
libias para recoger embarcaciones cada vez menos seguras puesto que las mafias
cuentan con la actuación de los gobiernos europeos y las O.N.G.s globalistas , de hecho ellos mismos hacen zozobrar las embarcaciones para después avisar a los barcos de rescate para que ellos las lleven a los puertos europeos.
Pero por supuesto esto no siempre sale bien y
cada vez son más los inmigrantes subsaharianos que mueren ahogados en el
Mediterráneo, y es que el camino al infierno está empedrado de buenas
intenciones, el buenismo nunca es la solución, y no se puede colaborar
indirectamente con las mafias al hacer el papel por el que los inmigrantes
ilegales han pagado, pues de esta manera se está colaborando con los
mafiosos que negocian con vidas humanas.
A estas
muertes en el Mediterráneo, las que más se han visibilizado, habría que sumar
la de miles de inmigrantes subsaharianos que perecen al atravesar territorio
africano y los que son asesinados por las mafias una vez han conseguido el
dinero solicitado para el viaje a Europa.
De todo esto
son culpables las políticas buenístas y babosas de una Unión Europea que se
pliega a las órdenes de la élite globalista, que no nos vengan después echando
las culpas a los europeos.
Ahora nos
vamos a centrar en el segundo punto, el que hace referencia a la esclavitud a
la que de hecho se ven sometidos los inmigrantes ilegales en su migración a
Europa.
La esclavitud,
una expresión que quizá para muchos resulte exagerada cuando se la relaciona
con la inmigración irregular subsahariana. Pero como se verá ahora mismo para
nada es excesivo utilizar este término puesto que ella se da desde la salida de
sus zonas de origen pasando por los lugares de tránsito y concluyendo en las relaciones laborales que se dan al llegar a Europa.
Hay que
comenzar señalando que desde el primer momento en el que los sujetos inician la
migración pasan a estar sometidos a toda una suerte de situaciones de esclavitud,
puesto que para poder llevar a cabo el
largo viaje que les lleve desde sus
países de origen a las costas europeas, o a la frontera entre Marruecos y España, los inmigrantes subsaharianos forzosamente han de recurrir a unas mafias que les faciliten el desplazamiento, les indiquen el camino y
dirección que han de seguir amen de facilitarles la infraestructura de agua y
alimento para poder afrontar con una mínima probabilidad de éxito ese larguísimo
viaje.
Como esas mafias a las que los migrantes recurren
se mueven exclusivamente por intereses económicos y de beneficio de algún tipo, aquel
que recurre a ellas para tratar de llegar a Europa desde la zona subsahariana
ha de entregar lo poco que tenga y empeñar su propio trabajo y persona durante
el viaje funcionando durante este a modo de esclavo. Pero ahí no acaba la cosa
puesto que no se debe pasar por alto que las creencias animistas y chamánicas,
así como el terror que sienten ante las practicas de vudú presentes en la
mayoría de los países subsaharianos, especialmente en Nigeria, son utilizadas
por las mafias para manipular y someter a los individuos que emigran
sometiéndoles a un estado de terror amenazándoles con sufrir ellos o sus
familias las consecuencias del supuesto recurso al vudú, de esta manera los migrantes están absolutamente a merced de las mafias.
Otro aspecto
de la esclavitud la encontramos cuando los inmigrantes logran llegar a Libia,
donde son esclavizados por los señores tribales y los grupos yihadistas
extremistas árabes dado que los islamistas no los consideran humanos y por ello son sometidos
a esclavitud, maltratados y vendidos en mercados públicos, las mujeres pasarán a ser esclavas sexuales para sus compradores.
Pero la
llegada a Europa no pone fin a la situación de esclavitud de todos esos
inmigrantes que han acudido a las mafias ni para aquellos que no lo hayan
hecho.
Hemos de
señalar que lo primero que se rompe en el inmigrante irregular procedente del
África subsahariana cuando llega a Europa es esa expectativa fantástica de que
en nuestro continente encontrarán el paraíso, un edén en el que la vida les
resultará poco menos que regalada, lo cual puede ser cierto durante las
primeras semanas e incluso meses, pero llega un momento en el cual para
sobrevivir resulta preciso conseguir dinero que le permita hacer frente al pago
de su alimentación, su vivienda, su ropa
y la electricidad.
Es en ese
preciso momento cuando esos ilegales toman conciencia de que han sido engañados
y de que les han vendido la existencia de un paraíso que no es tal, y no lo es
puesto que han llegado a sociedades en las que el desempleo es alto, existen capas pobres en esas sociedades, y que por lo tanto
difícilmente podrán lograr empleos con los que poder costearse las necesidades
alimenticias y de vivienda una vez que las ayudas dejen de aportarles el dinero
que precisan para ello.
Las ayudas sociales y sanitarias junto a los sueldos después conformarán ese efecto llamada que convertirá a muchos africanos en esclavos.
Las ayudas sociales y sanitarias junto a los sueldos después conformarán ese efecto llamada que convertirá a muchos africanos en esclavos.
Es así que tras el periodo en que reciben ayudas los subsaharianos que han llegado de modo ilegal se someten nuevamente al
dictado de las mafias, unas mafias que los utilizan en forma de semiesclavitud
o esclavitud, un ejemplo es el régimen laboral al que se ven sometidos los
manteros ya que se ven obligados a realizar un trabajo sin ningún tipo de
protección social ni sanitaria y realizando unas jornadas que ocupan
prácticamente todas las horas del día. Y no olvidemos que esa venta ilegal
realiza una competencia desleal a las tiendas minoristas que está provocando que
gran parte de ellas se vean obligadas a cerrar por falta de ingresos que les
permitan pagar los impuestos, que los manteros no pagan, y los sueldos a sus
empleados, lo que a su vez provoca un aumento del desempleo nacional.
Otro aspecto
de la esclavitud que padecen una vez que han llegado a nuestro continente radica en que gran parte de las mujeres que llegan ilegalmente de los
países subsaharianos son forzadas a prostituirse. Puesto que son obligadas a
ejercer la prostitución con la excusa de así pagar la deuda contraída con las
mafias a las que recurrieron para poder llegar a Europa. Para obligarlas recurren, especialmente
los grupos nigerianos, al vudú señalándoles que si no hacen lo que se les dice, ellas
y sus familias, recibirán muy serios daños puesto que se comprometieron mediante
actos mágicos a hacer lo que se les indicase.
Terminaremos
señalando que con todo el apoyo a la inmigración subsahariana que realiza la Unión Europea y los distintos gobiernos también están
consiguiendo cronificar la situación de pobreza de esa zona de África, puesto que están
abandonando el territorio la juventud con más posibilidades e iniciativa y con
mayor fortaleza, de hecho están condenando a la pobreza eterna a la zona.
Ojalá que la
población europea despierte y deje de creer las mentiras que tanto los
dirigentes de la Unión Europea como las autoridades nacionales les presentan.
Todos ellos
se muestran como protectores de los desfavorecidos, como seres humanitarios que tratan de solucionar los
problemas de la población africana aceptando para ello la inmigración ilegal, cuando la
realidad es muy distinta, lo único que desde su globalismo paneuropeo tratan de
hacer es que llegue mucha población africana, negra y musulmana si es
posible, para acabar con la identidad
cultural, religiosa y racial europea.
Y para
lograr todo esto que sus amos les han encargado se sirven de las vidas y libertad
de los inmigrantes que traen, pero del mismo modo ponen en serio riesgo la
seguridad de los europeos, la continuidad de su forma de vida y la civilización
que ha sido la luz del mundo.
Dejemos de
creer en ese paternalismo buenista del multiculturalismo y de la integración
que desde Bruselas se fomenta, puesto que en la Unión Europea no hemos de ver
otra cosa que el mayor enemigo que en estos momentos tiene Europa.
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