España
atraviesa un momento en el que está en juego su misma supervivencia, un momento
en el cual se han confabulado fuerzas poderosísimas que tratan de lograr lo que durante siglos no han conseguido
nuestros más atávicos enemigos.
Para
alcanzar esta destrucción, nuestros enemigos se sirven de algo que ellos mismos
han propiciado y están engordando, lo hacen para en un primer momento bloquearnos
económica y socialmente y después acabar completamente con nuestra soberanía y
por último vaciarnos de identidad.
Por supuesto me estoy refiriendo a que se
están sirviendo de ese ariete que ahora padecemos y es la gigantesca
inmigración ilegal, mayoritariamente subsahariana y musulmana, que está
llevando a cabo una invasión, inicialmente pacífica, que diariamente introduce
en nuestro territorio alrededor de mil sujetos de manera ilegal, tanto por
tierra como por mar.
La masa
humana que hora tras hora penetra por nuestras fronteras de manera incontrolada
ha alcanzado unas dimensiones tales que nuestras infraestructuras ya no son capaces
de gestionar la cantidad de ilegales que llegan, todo esto tiene consecuencias
tanto sobre la economía como sobre la seguridad y salubridad de nuestra
población, algo que a no mucho tardar provocará serios problemas en la paz
social, en la seguridad y en la sanidad, viéndose muy seriamente afectada toda
la población española.
Lo que tristemente ocurre es que cuando todo
eso se produzca ya no habrá marcha atrás, y las medidas que será necesario
aplicar serán de un calibre tal que nadie se atreverá a ponerlas en práctica.
Hasta ahora
todo esto se ha venido ocultando bajo un manto de buenismo y humanitarismo mal
entendido, cuestiones que al formar parte del pensamiento único políticamente
correcto muy pocos se han atrevido a cuestionar o criticar por miedo a ser tachado
de racistas, xenófobos o de no tener humanidad para tomar en consideración las
desgracias vitales de los que llegan.
Pero la
situación está empezando a alcanzar un nivel tal que esas estrategias de
control han dejado de ser capaces de dirigir el pensamiento de la totalidad de
la población, aunque por desgracia una gran parte de los españoles continúan
sometidos a esa dictadura de lo políticamente correcto, sometimiento que continúa
sirviendo para esconder la realidad o al menos para evitar toda reacción.
Ante esta
situación crítica el nuevo presidente del gobierno no ha hecho otra cosa que
echar gasolina al fuego. Ya que, con los multitudinarios saltos a las vallas de
Ceuta y Melilla, la última en Ceuta en la que entraron ilegalmente en
territorio español más de seiscientos, tras herir gravemente a numerosos
guardias civiles.
Después de
haber entrado ilegalmente y haber atacado y herido a agentes de la autoridad,
esos delincuentes fueron recibidos con los brazos abiertos en el CETI, donde se
les dio comida y se les proporcionó asistencia sanitaria, pudiendo además optar
a recibir ayudas económicas en cuanto soliciten ser reconocidos como
refugiados.
A esto hay
que sumar acciones buenistas como permitir la entrada en el puerto de Valencia
del barco de la ONG Open Arms “Aquarius”, esa ONG está subvencionada por el
globalista George Soros, para que entrasen en territorio español más de
doscientos inmigrantes ilegales que no aceptaban ni Italia ni Creta.
Pero si
nos seguimos refiriendo a la entrada
por mar, nuestro país continúa suicidándose al ir a las aguas internacionales e
incluso a las libias, de donde parten los ilegales con ayuda de las mafias,
para recogerlos en alta mar y traerlos a los puertos españoles.
Pero con esto
no acaba la cosa, puesto que en los últimos días han sido varios los desembarcos de cientos
de inmigrantes subsaharianos ilegales que montados en grandes lanchas han
desembarcado en las playas españolas, llenas de turistas, para después escapar
e internarse en territorio nacional. Ni
la armada en el mar ni la guardia civil en tierra han sido capaces de
impedirlo.
Con todo
esto las autoridades están enviando un mensaje que entienden perfectamente los
inmigrantes y las mafias que en Marruecos y Libia están esperando para entrar
en nuestro continente, el mensaje es claro, España no es capaz de asegurar y
defender sus fronteras, es a ella a la que hay que acudir para entrar en
Europa.
Y no seamos
ingenuos pensando que esto no es tan grave como los “xenófobos fascistas”
quieren que se piense. Realmente no es tan grave, lo es muchísimo más. La
realidad es que más de 50.000 subsaharianos están en los montes marroquíes
cercanos a Ceuta y Melilla para saltar las vallas y entrar en territorio
español, pero que nadie piense que una vez que entran se quedan en Ceuta o Melilla, la realidad es
que a los diez o a lo sumo quince días de entrar en el CETI son trasladados a
centros de Málaga, donde tras ser identificados (si esto es posible puesto que carecen de documentación pues
se deshacen de ella antes de realizar el salto) antes del salto) parten a los cinco días a distintas partes de la
península donde son soltados con ropa nueva, una ayuda económica y de este
modo el problema llegará a todos nosotros.
Pero con ser
grave todo lo señalado hasta ahora, no deja de ser una minucia respecto a la
realidad a la que nos vamos a tener que enfrentar, porque las mafias no paran
de buscar clientes-inmigrantes ilegales, y tienen un mercado tan amplio como lo
es la población africana, unos cincuenta millones estarían dispuestos a dar el
salto a Europa, y el camino disponible una vez cerrado el que se utilizaba a
través de Italia, Creta o Grecia es únicamente el que le ofrece la débil España.
Por la
desidia de nuestros gobernantes y la obediencia borreguil de nuestras fuerzas
armadas y de seguridad enfrentamos una invasión monstruosa que puede acabar con
nuestra nación y su identidad, pero antes sufriremos problemas de orden público
y sanitarios.
Aquellos que
consideren que la solución para poner freno a esta calamidad que se nos viene
encima sólo la podremos enfrentar con ayuda exterior y que esta nos vendrá de
la Unión Europea no es que estén equivocados, es que no se han dado cuenta de que es precisamente
esa Europa de los mercaderes vendidos a los globalistas uno de los ejes
fundamentales del plan globalista que pretende acabar con España como
estado-nación. Del engendro de la Unión
Europea no recibiremos otra cosa que más inmigrantes ilegales.
La única
realidad es que a los dos días de asumir el cargo de presidente del gobierno
Pedro Sánchez se entrevistó en la Moncloa con George Soros, el globalista
impulsor de la invasión de Europa, en esa entrevista seguramente recibiría indicaciones
y órdenes de este verdadero mafioso del mundialismo. Para aclararse y no dejarse engañar por la
palabrería y las falacias que se vierten sobre una posible solución exterior es
necesario recordar que hace poco menos de dos meses la verdadera dueña de la
Unión Europea y directora de la invasión, la presidenta alemana Angela Merkel,
señaló que España recibiría una gran
parte de los inmigrantes ilegales que se habían llegado y se habían instalado en
Alemania, poco después el parlamento europeo
propuso que cada inmigrante que arribase a Europa tendría que quedarse
en el país al que hubiese llegado o en el primero en el que solicitase asilo, eso
significa que nuestra patria se convertiría en el lugar donde se habrían de
quedar todos los inmigrantes que entran en España para alcanzar otras zonas de
Europa.
La cosa va
más lejos aún puesto que la presidenta del Fondo Monetario Internacional,
Cristine Lagard, tuvo la desfachatez de decir que España habría de acoger 5,1
millones de refugiados, y ya sabemos lo que significa que las altas finanzas
internacionales te indiquen algo, que toda indicación suya se termina convirtiendo
en una orden que obligatoriamente ha de ser cumplida.
Y lo último ha sido que la ayuda de la Unión
Europea a España consistirá en que la U.E. dará 7.000 euros por cada inmigrante
que solicite estatuto de refugiado y sea reconocido como tal. En esta lucha tan
solo contamos con nosotros mismos y si no luchamos por nuestra supervivencia
nadie lo hará por nosotros.
Tenemos que
quitarnos de encima todo ese buenismo y sentimentalismo que nos paraliza, hemos
de implementar las medidas precisas para defender, mientras esto sea posible,
nuestras fronteras aplicando las medidas precisas sin hacer caso alguno a las
directrices u órdenes de una Unión Europea, una organización que tan solo se
preocupa por los intereses de la Europa del centro y norte del continente y
que tan solo nos considera como muro de
contención para frenar la llegada de los invasores a su territorio, el hecho de
que los inmigrantes ilegales ocupen
nuestro territorio para ellos es algo que carece de importancia mientras sirva
para contener a los invasores.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmuy buen texto, tendria que aparecer en la prensa basura o en los telemierdarios. europa destruida, un puro regimen comunista internacional para borregos al estilo de estados hundidos de israel. por eso yo que soy joven ya vivo en Japon
ResponderEliminarCreo que España es una causa perdida. Con estos partidos la invasión está garantizada. Un 10% de la población extranjera está nacionalizada, más la que vive de forma ilegal.
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