martes, 31 de julio de 2018

La debilidad de España y la acción de la U.E. favorecen la invasión.



                                                                         


España atraviesa un momento en el que está en juego su misma supervivencia, un momento en el cual se han confabulado fuerzas poderosísimas que tratan de   lograr lo que durante siglos no han conseguido nuestros más atávicos enemigos.
Para alcanzar esta destrucción, nuestros enemigos se sirven de algo que ellos mismos han propiciado y están engordando, lo hacen para en un primer momento bloquearnos económica y socialmente y después acabar completamente con nuestra soberanía y por último vaciarnos de identidad.
 Por supuesto me estoy refiriendo a que se están sirviendo de ese ariete que ahora padecemos y es la gigantesca inmigración ilegal, mayoritariamente subsahariana y musulmana, que está llevando a cabo una invasión, inicialmente pacífica, que diariamente introduce en nuestro territorio alrededor de mil sujetos de manera ilegal, tanto por tierra como por mar.
La masa humana que hora tras hora penetra por nuestras fronteras de manera incontrolada ha alcanzado unas dimensiones tales que nuestras infraestructuras ya no son capaces de gestionar la cantidad de ilegales que llegan, todo esto tiene consecuencias tanto sobre la economía como sobre la seguridad y salubridad de nuestra población, algo que a no mucho tardar provocará serios problemas en la paz social, en la seguridad y en la sanidad, viéndose muy seriamente afectada toda la población española.
 Lo que tristemente ocurre es que cuando todo eso se produzca ya no habrá marcha atrás, y las medidas que será necesario aplicar serán de un calibre tal que nadie se atreverá a ponerlas en práctica.
Hasta ahora todo esto se ha venido ocultando bajo un manto de buenismo y humanitarismo mal entendido, cuestiones que al formar parte del pensamiento único políticamente correcto muy pocos se han atrevido a cuestionar o criticar por miedo a ser tachado de racistas, xenófobos o de no tener humanidad para tomar en consideración las desgracias vitales de los que llegan.
Pero la situación está empezando a alcanzar un nivel tal que esas estrategias de control han dejado de ser capaces de dirigir el pensamiento de la totalidad de la población, aunque por desgracia una gran parte de los españoles continúan sometidos a esa dictadura de lo políticamente correcto, sometimiento que continúa sirviendo para esconder la realidad o al menos para evitar toda reacción.

Ante esta situación crítica el nuevo presidente del gobierno no ha hecho otra cosa que echar gasolina al fuego. Ya que, con los multitudinarios saltos a las vallas de Ceuta y Melilla, la última en Ceuta en la que entraron ilegalmente en territorio español más de seiscientos, tras herir gravemente a numerosos guardias civiles.

                                                              

Después de haber entrado ilegalmente y haber atacado y herido a agentes de la autoridad, esos delincuentes fueron recibidos con los brazos abiertos en el CETI, donde se les dio comida y se les proporcionó asistencia sanitaria, pudiendo además optar a recibir ayudas económicas en cuanto soliciten ser reconocidos como refugiados.

                                                                  




A esto hay que sumar acciones buenistas como permitir la entrada en el puerto de Valencia del barco de la ONG Open Arms “Aquarius”, esa ONG está subvencionada por el globalista George Soros, para que entrasen en territorio español más de doscientos inmigrantes ilegales que no aceptaban ni Italia ni Creta.

                                                                   


Pero si nos   seguimos refiriendo a la entrada por mar, nuestro país continúa suicidándose al ir a las aguas internacionales e incluso a las libias, de donde parten los ilegales con ayuda de las mafias, para recogerlos en alta mar y traerlos a los puertos españoles.
Pero con esto no acaba la cosa, puesto que en los últimos días   han sido varios los desembarcos de cientos de inmigrantes subsaharianos ilegales que montados en grandes lanchas han desembarcado en las playas españolas, llenas de turistas, para después escapar e internarse en territorio nacional.  Ni la armada en el mar ni la guardia civil en tierra han sido capaces de impedirlo.

                                                                     


Con todo esto las autoridades están enviando un mensaje que entienden perfectamente los inmigrantes y las mafias que en Marruecos y Libia están esperando para entrar en nuestro continente, el mensaje es claro, España no es capaz de asegurar y defender sus fronteras, es a ella a la que hay que acudir para entrar en Europa.

Y no seamos ingenuos pensando que esto no es tan grave como los “xenófobos fascistas” quieren que se piense. Realmente no es tan grave, lo es muchísimo más. La realidad es que más de 50.000 subsaharianos están en los montes marroquíes cercanos a Ceuta y Melilla para saltar las vallas y entrar en territorio español, pero que nadie piense que una vez que entran  se quedan en Ceuta o Melilla, la realidad es que a los diez o a lo sumo quince días de entrar en el CETI son trasladados a centros de Málaga, donde tras ser identificados (si esto es  posible puesto que carecen de documentación pues se deshacen de ella antes de realizar el salto) antes del salto) parten  a los cinco días a distintas partes de la península donde   son soltados con  ropa nueva, una ayuda económica y de este modo el problema llegará a todos nosotros.
Pero con ser grave todo lo señalado hasta ahora, no deja de ser una minucia respecto a la realidad a la que nos vamos a tener que enfrentar, porque las mafias no paran de buscar clientes-inmigrantes ilegales, y tienen un mercado tan amplio como lo es la población africana, unos cincuenta millones estarían dispuestos a dar el salto a Europa, y el camino disponible una vez cerrado el que se utilizaba a través de Italia, Creta o Grecia es únicamente el que le ofrece la débil  España.

                                                              


Por la desidia de nuestros gobernantes y la obediencia borreguil de nuestras fuerzas armadas y de seguridad enfrentamos una invasión monstruosa que puede acabar con nuestra nación y su identidad, pero antes sufriremos problemas de orden público y sanitarios.
Aquellos que consideren que la solución para poner freno a esta calamidad que se nos viene encima sólo la podremos enfrentar con ayuda exterior y que esta nos vendrá de la Unión Europea no es que estén equivocados, es que  no se han dado cuenta de que es precisamente esa Europa de los mercaderes vendidos a los globalistas uno de los ejes fundamentales del plan globalista que pretende acabar con España como estado-nación.  Del engendro de la Unión Europea no recibiremos otra cosa que más inmigrantes ilegales.
La única realidad es que a los dos días de asumir el cargo de presidente del gobierno Pedro Sánchez se entrevistó en la Moncloa con George Soros, el globalista impulsor de la invasión de Europa, en esa entrevista seguramente recibiría indicaciones y órdenes de este verdadero mafioso del mundialismo.  Para aclararse y no dejarse engañar por la palabrería y las falacias que se vierten sobre una posible solución exterior es necesario recordar que hace poco menos de dos meses la verdadera dueña de la Unión Europea y directora de la invasión, la presidenta alemana Angela Merkel, señaló que España recibiría  una gran parte de los inmigrantes ilegales que se habían llegado y se habían instalado en Alemania, poco después el parlamento europeo  propuso que cada inmigrante que arribase a Europa tendría que quedarse en el país al que hubiese llegado o en el primero en el que solicitase asilo, eso significa que nuestra patria se convertiría en el lugar donde se habrían de quedar todos los inmigrantes que entran en España para alcanzar otras zonas de Europa.
La cosa va más lejos aún puesto que la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Cristine Lagard, tuvo la desfachatez de decir que España habría de acoger 5,1 millones de refugiados, y ya sabemos lo que significa que las altas finanzas internacionales te indiquen algo, que toda indicación suya se termina convirtiendo en una orden que obligatoriamente ha de ser cumplida.

                                                               

 Y lo último ha sido que la ayuda de la Unión Europea a España consistirá en que la U.E. dará 7.000 euros por cada inmigrante que solicite estatuto de refugiado y sea reconocido como tal. En esta lucha tan solo contamos con nosotros mismos y si no luchamos por nuestra supervivencia nadie lo hará por nosotros.

Tenemos que quitarnos de encima todo ese buenismo y sentimentalismo que nos paraliza, hemos de implementar las medidas precisas para defender, mientras esto sea posible, nuestras fronteras aplicando las medidas precisas sin hacer caso alguno a las directrices u órdenes de una Unión Europea, una organización que tan solo se preocupa por los intereses de la Europa del centro y norte del continente y que  tan solo nos considera como muro de contención para frenar la llegada de los invasores a su territorio, el hecho de que los inmigrantes ilegales  ocupen nuestro territorio para ellos es algo que carece de importancia mientras sirva para contener a los invasores.

                                                                  


3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. muy buen texto, tendria que aparecer en la prensa basura o en los telemierdarios. europa destruida, un puro regimen comunista internacional para borregos al estilo de estados hundidos de israel. por eso yo que soy joven ya vivo en Japon

    ResponderEliminar
  3. Creo que España es una causa perdida. Con estos partidos la invasión está garantizada. Un 10% de la población extranjera está nacionalizada, más la que vive de forma ilegal.

    ResponderEliminar