Resulta cuando
menos llamativo que esos mismos que claman a favor del aborto, defienden la
agenda LGTBI y suspiran por la aplicación de la ideología de género sean los
que después defienden la inmigración que actualmente invade Europa. Para
defender y propiciar esta inmigración masiva se basan
en que la baja natalidad de las sociedades europeas no permite el recambio
generacional ni permite asegurar el pago de las pensiones.
He dicho que
resulta llamativo, aunque lo adecuado sería decir contradictorio, puesto que lo
que conduce a esa situación de tan bajo número de nacimientos que según ellos
justificaría la gran inmigración ilegal que padecemos es consecuencia de esas acciones
y corrientes ideológicas que con tanto ahínco defienden.
No tengo
duda alguna de que todos esos que defienden el aborto, la corriente LGTBI y la
ideología de género en su inmensa mayoría no pasan de ser meros tontos útiles
que plegados a lo políticamente correcto se someten a todo aquello que los
medios revisten de un halo de progresismo y modernidad.
Estas personas, al igual que casi todos los
medios de comunicación, no son conscientes de que sus creencias y esfuerzos forman
parte de la estrategia del gobierno mundial en la sombra para y dominar las
sociedades acabando con todo lo humano que hay en ellas y pueda resultar un
obstáculo para sus ansias de dominio sobre ellas.
Pero si nos ceñimos
al tema inicial, el de la inmigración, nadie puede negar que defender el
aborto, además de apoyar la realización de un crimen, es empujar a que millones
de niños dejen de nacer, colaborando así a una cada vez más baja natalidad.
Sólo en España desde 1984 hasta el año 2012 dejaron de nacer al ser asesinados
en el vientre materno 1,8 millones de personas, datos de un estudio del
Instituto de Política Familiar titulado: “El aborto en España hoy (1984-2012)”
La política
que favorece la estrategia LGTBI y el consiguiente aumento de parejas del
mismo sexo lleva aparejada una clara reducción del número de nacimientos, ya
que como es lógico de una pareja de hombres o de mujeres no puede dar lugar al
nacimiento de ser humano alguno
Pero ahí no
acaba todo, puesto que la tan difundida y aplaudida ideología de género lleva
aparejada esa misma consecuencia de reducir la natalidad al enfrentar de hecho
la realidad masculina y la femenina, como puede verse en su hija que es la
denominada violencia de género. Se pretende crear enfrentamiento donde hay
complementariedad. Es una forma de enfrentar a los sexos, con lo que se llega a
la homosexualización de la sociedad y al fin de la procreación.
Los enemigos
de la sociedad occidental recurren nuevamente a crear un problema para después
ofrecer como solución aquello que pretenden imponer: en este caso una
inmigración masiva que terminará con nuestra identidad.
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