jueves, 28 de enero de 2016

Los refugiados, la deuda y la soberanía.


                                                                                         


El gravísimo problema que para Alemania significa la cada vez más abultada  llegada de refugiados-inmigrantes, ya son cerca de un millón y medio, y los problemas de orden público que ha provocado especialmente el contingente musulmán, ha hecho que la Unión Europea se halla planteado  la supresión del Tratado de Schengen que permite la libre circulación entre los países de la Unión Europea. La Unión Europea ha dado un toque de atención a Grecia dado que es por esa nación por la que penetran en Europa la mayor parte de los inmigrantes-refugiados que ahora están causando esta seria problemática.

                                                                       

Grecia tendría que blindar su frontera norte y la correspondiente a sus costas.
En los seis últimos meses Europa, en concreto la Unión Europea, ha tenido dos grandes problemas que han  tenido como protagonistas a Grecia y a Alemania, por un lado el verano pasado nos encontramos problema de la deuda,  problema que casi llevó a que Grecia fuese expulsada del euro por la negativa de Alemania a que se le concediesen más préstamos y por otro se encuentra el problema de la avalancha de inmigrantes-refugiados.






 Ahora Alemania, que sufre las consecuencias de la llegada de más de un millón de “refugiados sirios”, precisa de Grecia para frenar esa llegada masiva.
Y en este momento Alemania ha hecho una propuesta a Grecia caso de que ponga fin a que los refugiados-inmigrantes atraviesen su territorio, evitando así que puedan llegar a Alemania. A cambio de este cierre de fronteras Alemania llevaría a cabo una condonación masiva de la deuda griega, y de forma inmediata proporcionaría al Estado heleno una ayuda financiera para que hiciese frente a la actual crisis por la que atraviesa.

                                                                                                                          

Todo esto pone de manifiesto hasta que punto es Alemania la que de hecho dirige la Unión Europea y como los intereses de los ciudadanos  están al servicio de las finanzas, unas finanzas que pueden permitir que la población griega cayese en la miseria, acabando de paso con la soberanía de un país  obligándolo a ponerse de rodillas ante la troyka y aplicar una política de recortes que la población griega democráticamente había rechazado en referendum.

                                                            

Pero a las autoridades griegas se les puso ante la tesitura de  o plegarse a los mandatos de las élites financieras perdiendo la soberanía o el caos y  la emergencia humanitaria.  
La actual propuesta hecha por Alemania a Grecia deja bien a las aclaras hasta que punto no era imposible  concederle una condonación de la deuda o facilitarle una ayuda económica para poder enfrentar el pago de la deuda.

Pero  quién manda manda y el dinero, que es deuda, es una herramienta de la élite que parece estar por encima del bienestar de las personas  y de la soberanía de los Estados.
                                                         

                                                                    

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