En el
primer ángelus el nuevo Papa Francisco
recomendó, ante mas de 150000 fieles que
abarrotaban la Plaza
de San Pedro y ante toda la
Cristiandad , la lectura de lo que denominó “un teólogo muy bueno”. Tal afirmación es
realmente una clara toma de posición que define su pensamiento.
Es por ello que vamos a hacer referencia a lo que este teólogo, Walter Kasper,
mantiene y que para el nuevo Papa es algo no sólo bueno, sino muy bueno.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=AzqJHvM0ORQ
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El Cardenal
Walter Kasper preside el Pontificio
Consejo para la Unidad
de los Cristianos, siendo realmente una figura desconcertante, destacando sobre
todo la crítica que hizo a la declaración
publicada en 1999 por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la
Fe “Dominus Iesus”.
Esta
congregación estaba entonces dirigida por el Cardenal Ratzinger, posterior Benedicto
XVI.
El hecho
más grave y significativo llevado a cabo
por este “curioso”, nos guardamos otro
adjetivo, Cardenal fue la aceptación mediante un documento del pontificio consejo que preside de la anáfora nestoriana de Addai y Mari. Esta aceptación da validez a un canon
en el cual no se pronuncian las palabras de la consagración.
Pero por lo
que más conocido es este Cardenal es por la peculiar manera que tiene de
entender el ecumenismo. Siendo la última de sus grandes contribuciones al apostolado y la extensión del mensaje de
Cristo y de su Iglesia la forma en la
que actúo ante el número cada vez mayor de conversiones
procedentes de sacerdotes y fieles
anglicanos.
Un
significativo número de fieles adheridos a la Comunión Anglicana
Tradicional escribió a Roma solicitando que se considerase la posibilidad
de su entrada en la Iglesia Católica.
A esta
solicitud, según contó el representante de los solicitantes el Cardenal Kasper contestó:
“No es
nuestra política traer a tantos Anglicanos a Roma”
Pero no
paró ahí, su respuesta fue aderezada con las siguientes palabras:
“Tenemos
muy buena relación con el Arzobispo de Canterbury, y en tanto que podamos
ayudándole a mantener la comunidad
Anglicana unida”.
Pero cuando
el Cardenal trata el tema que parece más le importa sus comentarios son ya de
aurora boreal, unos ejemplos:
“Un
verdadero ecumenismo no es posible sin Israel”, habla de Israel y no del
judaísmo o los judíos, habla del estado sionista.
En el prefacio de un libro sobre la relación entre Jesús y
el judaísmo (señala Lóbservatore Romano) dice:
“La débil
resistencia manifestada por la
Iglesia frente a la
persecución contra los julios ha tomado su origen, durante siglos, en su
alejamiento de sus raíces judías”.
Señalando
también:
“Un
antijudaísmo teológico cristiano ha contribuido a lo largo de los siglo en este
sentido, animando una difundida antipatía hacia los judíos, por lo que el
antisemitismo motivado por la ideología racial tomó un ímpetu en esta forma
terrible que la resistencia en contra de la inhumana realidad no alcanzó la
amplitud y la caridad que se esperaba”.
El Cardenal
añadió: “Israel sin la Iglesia
corre el riesgo de convertirse en demasiado particular y aislado (habla del
estado, de ahí el singular), mientras que la Iglesia
sin Israel podría perder arraigo histórico y convertirse en ahistórica y agnóstica”.
Terminando para concluir con la siguiente “perla”:
“ISRAEL Y
LAS IGLESIAS SE NECESITAN NUTUAMENTE Y POR ELLO ESTÁN EN UNA RELACIÓN DE
RECÍPROCA DEPENDENCIA”.
Israel sin la Iglesia es un pozo de
perdición, todo lo demás son aparte de mentiras es promover el sionismo.
No hay que
olvidar que para los judíos Jesús no es Dios, no era el Mesias, sólo un
impostor.
Si el Santo
Padre denomina al escritor de estas citas un muy buen teólogo no es de extrañar que el Rector del Seminario
Rabínico Latinoamericano Abraham
Skorka el 14 de Marzo de este 2013 señalase ante la prensa judía de Argentína: : “Bergoglio es el Papa que la Cristiandad necesita”.
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