Cuando
se habla de un E.R.E (Expediente de Regulación de Empleo) en muchas
ocasiones parece que se hiciese referencia tan solo aun dato , a una mera información
macroeconómica. Pero cada uno de esos datos se esconde un drama personal, una tragedia
que en los momentos por los que atravesamos
acerca a personas concretas, a familias enteras más y más a la pobreza y
a la desesperación. Es así que los datos que ahora se van a presentar no deben
ser vistos ni tomados como una información más.
Las
medidas económicas de la famosa reforma laboral que ha puesto en marcha el
gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy
han producido un aumento
desmesurado de los despidos al conceder
a los empresarios unas posibilidades
que han utilizado para aumentar sus beneficios aún a costa de los
empleos de los asalariados. Se puede argumentar, y no sin razón, que muchos
empresarios han aplicado tales medidas para que las empresas, y con ello el
empleo de los trabajadores asalariados, pudiesen sobrevivir a la problemática
económica que la actual crisis está
produciendo.
Ahora bien, el haber proporcionado a los
empresarios, siempre la parte más fuerte en las relaciones laborales, la
posibilidad de despedir de modo procedente a asalariados si se da o se
prevén(¿) pérdidas durante varios meses
seguidos es algo injusto que va contra
los derechos de quienes trabajan para la
empresa y al ser la parte más débil a
nivel económica ha de ser protegida por el estado.
Los
datos a los que me refiero son los siguientes:
Los
ERES hasta Febrero (o sea en dos meses) se han incrementado en un 55%, se autorizaron 4528
expedientes, de los que 3035 estaban motivados
por causas económicas. Estos 4528 expedientes autorizados implicaron a
60569 asalariados. Es decir se produjo un aumento del 44.9% respecto al mismo
periodo del año anterior, 2011.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/22/economia/1335092996.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/22/economia/1335092996.html
No
la panacea ni la solución a todos los problemas que plantea la crisis económica por la que
atravesamos, pero sí un fuerte y sensible método, que en Suecia ha tenido un
muy importante resultado hasta el punto de convertirse en la mejor economía
europea a la hora de capear la crisis,
es que los bancos, y las entidades
financieras en general, no reciban
““inyección” alguna de capital y se les obligue a ser ellos los que carguen con
sus propios problemas.
Y
es que es lógico que la banca no produzca si cuenta con que si sus resultados
son negativos siempre estará el estado para sacarle a flote.
Es
socializar las pérdidas manteniendo la privacidad de los beneficios.
Por
otro lado el estado debe obligar a la banca a que los créditos sean más bajos y
reviertan en las familias y las pequeñas y medianas empresas, lo cual pondría
en marcha la economía y con ello aumentaría el consumo y el empleo.
Los trabajadores asalariados no debemos ser
los paganos de una crisis que no hemos
creado.
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