Pese
a encontrarnos inmersos en lo que se ha dado en llamar la “aldea global”, pese a estar saturados de información y pese a creer
que tenemos noticia de todo lo que ocurre en el mundo, continúan
desarrollándose en él sucesos que no son
conocidos por la opinión pública y que aunque son gravísimos son ignorados
voluntariamente por las autoridades correspondientes, por las Naciones Unidas y
ocultadas por los medios de comunicación.
Me
estoy refiriendo en concreto a lo que en
estos momentos y ya desde décadas viene
ocurriendo en el desierto del Sinaí: el tráfico de esclavos que llevan a cabo grupos de árabes.
Los
patriarcas católicos de Tierra Santa han levantado la voz para denunciar el
tráfico de seres humanos que se desarrolla en esa parte del mundo.
La
denuncia y llamamiento que hicieron fue suscrito por:
El
Patriarca latino de Jerusalén, los obispos auxiliares de esta, su Patriarca
emérito, el Delegado Apostólico en Jerusalén y Palestina y el
Nuncio Apostólico de Israel y Chipre. suscribieron el documento mostraron
su indignación ante la absoluta pasividad que muestran las autoridades
responsables al no cumplir con su obligación y no defender los más mínimos derechos humanos que de modo sistemático son
violados por los criminales que se sirven del tráfico de seres humanos en la
zona.
Solicitan
una intervención internacional para
acabar con estos abominables hechos. Señalan que el tráfico con seres humanos se ha visto incrementando desde el 5 de Diciembre del 2010 en el que el
Papa pidió esta intervención.
Del
mismo modo ponen de manifiesto la
obligación que tienen las autoridades de proteger de la explotación y tráfico de que son objeto a aquellas personas
que a causa de la guerra, de la persecución o el hambre escapan de sus países.
Las
víctimas de esta incalificable barbarie
proceden de Eritrea y del mismo desierto
del Sinaí.
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=11703
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=11703
Todo
esto debe hacernos conscientes tanto de la tragedia que se está desarrollando en esta parte de nuestro
mundo como debe llevar a preguntarnos por las posibles razones que llevan a que
la denominada “comunidad internacional” haya actuado con celeridad y
contundencia en lugares como Bosnia,
Afganistán y más recientemente en Libia,
o que en su momento aplicase medidas económicas contra Sudáfrica mientras que
ante un hecho gravísimo como este al que estamos haciendo referencia no
solo no actúe sino que además guarde un
silencio cómplice.
Los
países que deben en primer lugar actuar son por un lado Arabia Saudí y por otro el estado de Israel.
El
primero es un aliado militar fundamental para los Estados Unidos de
Norteamérica amén de regir la economía
de los EEUU mediante los
petrodólares, mientras que de todos es sabido que el estado judío más que un
aliado es el que realmente controla a los USA a través de su lobby económico y
político.
Ni
la O.N .U. ni la O.T .A.N. cumplen realmente
función alguna dado que están dirigidos por los intereses geoestratégico de
Estados Unidos y por tanto de sus aliados
saudíes y judios.
El hecho de que los Estados Unidos, al igual que ocurre con Francia, Rusia, China y Reino Unido tengan derecho de veto ante cualquier decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la convierte en una asociación absolutamente injusta y a sus decisiones carentes de legitimidad.
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