Un Estado no puede permitir que recurriendo a la manipulación de conceptos tales como el de propiedad privada o el de libertad, los intereses de grupos de presión capitalista menoscaben su soberanía.
Pero para que todo lo que aquí vamos a presentar sea perfectamente expuesto se hacen necesarias dos precisiones.
De un lado hemos de señalar cual es la manipulación que se realiza desde los grupos de presión capitalista de los conceptos de propiedad privada y de libertad a lo que hemos hecho referencia, pues bien:
- La concepción de propiedad privada está siendo tergiversada desde el momento en que el capitalismo es presentado como una forma más en que se manifiesta la propiedad privada, cuando en realidad son conceptos no solamente diferentes si de hecho antagónicos.
La propiedad privada es una prolongación de la realidad del ser humano que se plasma en aquello de lo que se sirve para a través de su trabajo lograr un beneficio gracias al cual conseguir un cobijo, elementos de manutención e incluso conseguir meras pertenencia. Por el contrario el capitalismo rompe todo tipo de vínculo entre el capital del que dependen los medios de producción que posee y los dueños de tales medios puesto que no es tanto un individuo si no una agrupación de accionistas, la cual se hace con los medios de producción para de este modo conseguir beneficios.
El capitalismo pues, acaba con la relación directa entre aquellos que poseen la propiedad de los medios de producción y el beneficio que estos originen.
Y no hablemos de cómo el capitalismo, al servirse de los trabajadores para obtener beneficios está impidiendo cualquier relación entre el trabajo de los asalariados y el resultado de este. Y es que una vez que el trabajador ha recibido su salario queda al margen de cualquier beneficio que derive de su esfuerzo, beneficio este que de modo íntegro pasa a los capitalistas.
-De otro lado hemos de referirnos a como se intenta presentar el funcionamiento capitalista como una opción libre que ha de ser permitida, puesto que de otra forma se iría contra la libre opción de la persona, La propiedad privada si forma parte de la realidad humana y por tanto si debe ser respetada si no se quiere incurrir en un ataque a la libertad del ser humano.
Ahora bien el capitalismo, liberalismo económico, no puede ser libertad alguna ya que va contra el bien común al centrarse exclusivamente en los beneficios que facilita la ley de la oferta y la demanda.
Ahora ocupémonos del tema al que se refiere esta entrada, que no es otro que el de las nacionalizaciones.
La nacionalización busca impedir, como al principio hemos señalado, que grupos capitalistas dueños de empresas encargadas de aspectos estratégicos de la economía nacional puedan convertirse en grupos de presión que condicionen, e incluso dirijan, la política económica nacional.
De este modo las empresas estratégicas (energéticas, financieras, de telecomunicaciones, sanitarias, de infraestructuras de defensa, etc.) pasarían de manos privadas, mejor dicho capitalistas, a formar parte del estado para que este recuperase libertad de acción y no se viese determinado por las presiones que los dueños de algunas empresas o grupos de empresas pudieran realizar.
Aquí surge otro problema, y es que el rendimiento de las empresas públicas en comparación con las privadas suele ser por lo general mucho mayor.
La solución a mi entender es relativamente sencilla, habría que nacionalizar la propiedad de esos medios y mantener la gestión de ellas en manos privadas . El desarrollo de la gestión sería pues una adjudicación que el Estado haría como propietario.
De este modo los beneficios revertirían de un modo prácticamente total a las arcas públicas y la actuación de las empresas concesionarias se someterían a la política económica nacional puesto que de otro modo no renovarían la concesión con la que cuentan.
Se impediría que los beneficios que obtuviesen de las empresas nacionalizadas se alcanzasen a costa de la disminución de los salarios de los trabajadores ya que este aumentaría al revertir en él parte de los beneficios.
Un fin secundario de las nacionalizaciones sería que la propiedad se acercase cada vez más a los trabajadores a través de que cooperativas formadas por trabajadores se hiciesen con las empresas menores o medianas y que corporaciones se encargasen de las de mayor tamaño.
Un fin secundario de las nacionalizaciones sería que la propiedad se acercase cada vez más a los trabajadores a través de que cooperativas formadas por trabajadores se hiciesen con las empresas menores o medianas y que corporaciones se encargasen de las de mayor tamaño.
La finalidad última sería acabar con el capitalismo y los capitalistas, que no con los empresarios y gestores.
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