Últimamente se está hablando mucho sobre la creación en España de un “banco malo”.
Se habla mucho de ello, ¿pero en el fondo de que se está hablando?.
Conocerlo es sumamente importante dado que para no pocos periodistas y expertos económicos esta estrategia formaría parte de los planes que Rajoy considera aplicar como una formula más de afrontar la grave crisis económica en la que España está inmersa.
Antes de pasar a señalar de manera pormenorizada cual es la realidad que subyace al término “banco malo” hay que dejar bien claro que en el fondo no estaríamos ante otra cosa que ante la socialización de las pérdidas bancarias mientras que los beneficios continuarían siendo privados (menudo chollo para el negocio bancario y que injusticia para el trabajador). Esta injusticia se nos presenta como una formula de aplicación inevitable si se pretende sanear el sistema bancario y de esta manera poner coto a la crisis que tanto nos abruma.
Lo que subyace a todo es la situación que afecta gravemente a los bancos debido a que desarrollaron una política de préstamos hipotecarios jugando con la creencia de podrían obtener una fuerte ganancia gracias a lboom inmobiliario concediendo préstamos a personas con una muy baja solvencia económica y tomando como único respaldo la vivienda que adquirirían gracias al prestamo . Pensaban que los precios de la vivienda seguirían subiendo.
Pero la banca no contaba con que la burbuja inmobiliaria explotaría y de este modo el valor de esos fondos pasaría a ser prácticamente nulo, estos son los denominados activos tóxicos de los que tanto se habla(unos activos con un valor muy próximos a cero).
Es en ante esta situación cuando aparece la idea de crear “bancos malos”, también denominados: “Fondos para la reestructuración de los activos financieros”. Se trata de crear una entidad financiera que ayude a limpiar los activos tóxicos (activos inmobiliarios problemáticos y sin prácticamente valor) saneando así los balances de los bancos.
Se trataría de crear un banco malo estatal para adquirir los activos tóxicos y limpiando los balances bancarios dar movilidad a la economía.
Pero esta operación no es ni mucho menos barata, de hecho según los cálculos realizados por expertos, para adquirir esos activos tóxicos el Estado habría de desembolsar aproximadamente 100000 millones de euros, es decir el 10% del Producto Interior Bruto (P.I.B.) español.
Ahora que conocemos, aunque sea de un modo superficial, que es lo que significa “banco malo” , nos vamos a acercar a una serie de cuestiones que se derivan de modo lógico e inmediato de la realidad a la que acabamos de referirnos.
La primera derivada ya la referimos como conclusión antes de iniciar la explicación dada: Se nacionalizan las pérdidas mientras se privatizan las ganancias.
Es decir la banca, que no es si no un negocio privado en manos de un capital especulativo, ha llegado a una problemática tan fuerte que ha arrastrado a la economía nacional en su conjunto. Esta problemática en la que se encuentra es resultado exclusivo de una política económica movida por el afán de lograr unos beneficios que tan sólo revertirían en los dueños capitalistas de los bancos y en los accionistas de estos.
Pero dado que explotó la burbuja inmobiliaria de la que pretendían servirse, su negocio se perdió, y ahora el Estado ha de salir en su rescate.
Pero ocurre que es precisamente en este momento cuando la banca privada se acuerda del Estado, bueno del dinero que todos nosotros les aportamos por medio de los impuestos. De este modo las pérdidas de un negocio privado que tan sólo se sirvió de los ciudadanos para explotarles por medio de los intereses , llegando incluso a desahuciar a cientos de miles de familias arruinadas, recurre al dinero que estos que ha desahuciado para "sanear" sus pérdidas.
Será el dinero procedente de los impuestos de esas familias tan inhumanamente tratadas las que sirvan para “rescatar” a las mismas entidades financieras que las echaron de sus hogares. ¿¿Cabe mayor injusticia??.
Una consecuencia que resulta lógica es que la banca, o al menos el crédito bancario, ha de ser nacionalizado para que de esta forma los intereses sean de utilidad para las necesidades del sujeto y no para el enriquecimiento de unos cuantos capitalistas que traten de un modo inhumano al trabajador.
Y la última consecuencia lógica que se infiere surge cuando nos damos cuenta de que el poder de la banca es tal que determina la evolución económica de una nación y que su poder llega a ser tal que marca de hecho las directrices de la política económica nacional. Lo que realmente significa esto es que un grupo privado impone sus intereses sobre los de el resto de ciudadanos al "gobernar" al Estado que supuestamente ordena las prioridades y funcionamientos privados.
Es así que se hace imprescindible la creación de una banca pública.
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