lunes, 27 de junio de 2022

ALGO HAY DETRÁS DE LA ACTUACIÓN DE MARRUECOS FRENTE A LA VALLA.

 

                                                                              

                                                                                   

     






Los sucesos acaecidos el día de ayer en la valla de Melilla y en el territorio territorio marroquí próximo a ella me han hecho reflexionar respecto a cuáles pueden haber sido las verdaderas intenciones que tanto unos como otros (el presidente español y los políticos sanchitas más próximos por un lado y el monarca marroquí con su camarilla palaciega por otro) tienen respecto a estos sucesos y las decisiones previas como han sido la entrega de la soberanía del Sahara a Marruecos así como la aceptación por parte de España del aumento  de las aguas territoriales marroquíes llegando incluso a coincidir en algunos puntos con las de las islas canarias.

Si algo me llamó poderosamente la atención fue el hecho de la contundente e incluso desmedida actuación de las fuerzas policiales y militares de Marruecos al intentar frenar la avalancha de inmigrantes intentando  entrar en territorio español, más aún si esta actuación se la compara con las  que hasta entonces habían venido realizando, mirando para otro lado y ayudando de este modo a los inmigrantes a llegar hasta la valla, o incluso abriendo la puerta de la valla que separa ambos países y engañando a su población para que entrasen de manera ilegal en territorio español como ocurrió hace un par de años en el episodio de la entrada a nuestro país por la playa  de cerca de 500 menores y adolescentes  en la playa del Carajal de Ceuta.

 

A poco que una persona tenga todos elementos en mente verá con claridad que debe haber unos intereses de enorme importancia tanto para los marroquíes, intereses que les llevan al proteger las mismas fronteras que antes atacaban mediante avalanchas permitidas cuando no directamente promovidas por ellos, como para el gobierno español al cambiar la posición de la política exterior nacional desde hace décadas mantenida y por España y que era internacionalmente secundada, una política respecto al Sahara y a los saharauis que desde hace años el partido socialista  había tomado como bandera,  por supuesto estoy refiriéndome a la entrega de la soberanía del Sahara  al reino de Marruecos, y la consecuente pérdida del único aliado en la zona como era Argelia, y el consiguiente corte del gas procedente de este país magrebí.

Desde luego es muy lógico pensar que tras estos cambios de actitud por parte de ambos países, y más concretamente de sus gobernantes, se esconde un chantaje por parte del reino alauí sobre un asunto de suficiente entidad como para que el presidente socialista español ceda ante esa coacción. Tan grave debe ser el asunto con el que se le extorsiona como grandes las cesiones que exigen y que acepta realizar el chantajeado para lograr evitar que se dé a conocer esa información. Y por supuesto grandes han de ser los esfuerzos del chantajista, Marruecos en este caso, con cumplir las condiciones que haya puesto el chantajeado, Sánchez para cumplir las exigencias del reino alauí.

Si pensamos con un mínimo de lógica llegaremos a la conclusión de que el asunto en cuestión no puede tratarse como he señalado anteriormente en el blog, entono el mea culpa por ello, de turbios asuntos societarios y económicos de la esposa del presidente español, y no lo puede ser por dos cuestiones: de un lado debido al hecho de que Pedro Sánchez ha demostrado saber lidiar y salir impune, cuando no reforzado, de escándalos de mucha mayor gravedad que los negocios en Marruecos de la esposa del presidente español. Estamos hablando de que este manipulador supo hacer frente a asuntos de inmenso calado como el de los E.R.E. en Andalucía, el pacto con los herederos de E.T.A., con los independentistas catalanes o con los comunistas antisistema de podemos con los que afirmó no pactar nunca o temas como el uso y abuso de propiedades públicas para su disfrute personal como el caso de los viajes en un falcón del ejército del aire para asistir a un concierto o el de haber utilizado  propiedades del Estado a cargo del dinero del contribuyente. Como decía ninguno de todos estos graves escándalos, así como el aumento vertiginoso del precio de la electricidad y el precio de la cesta de la compra, han hecho mella en su apoyo electoral y consiguiente continuidad en la poltrona. De ello colegimos que el asunto de su esposa no debe ser la base del chantaje que sufre el presidente y le lleva a adoptar medidas absolutamente impopulares, contrarias a los resultados electorales y con la oposición tácita, al menos en principio, de los máximos personajes de su partido.

 

¿Pero de que se puede tratar?, ha de ser una cuestión de tantísima gravedad que esta no pueda ser mitigada ante la población ni ante sus partidarios siquiera, de la misma manera ha de tratarse de un asunto del que el gobierno marroquí y sus servicios de información tengan conocimiento y cuenten con pruebas irrefutables de la veracidad de este, de la misma manera la población española, incluidos los socialistas, han de ignorar dicho asunto pues caso contrario no podría ser utilizado para chantajear con darlo a conocer.

 

Desde luego si se aplican todas estas condiciones que se han señalado más arriba los asuntos a los que puede referirse en chantaje se reducen hasta el punto de señalar exclusivamente en una dirección.

 

Me estoy refiriendo a algo sobre lo que se conjeturó hace veintiocho años en no pocos círculos, en medios de comunicación alternativos e incluso en ambientes de inteligencia, pero esa teoría poco a poco fue perdiendo fuelle tanto por la ausencia de pruebas que demostrasen tal hipótesis, terminando por convertirse en una teoría conspirativa más, lo que sumado a que la sentencia sobre el tema ni siquiera la citó pasó al ostracismo de lo meramente anecdótico e imaginativo.

Como muchos habrán podido suponer me estoy refiriendo a los terribles atentados del 11 de marzo del año 2004 en Madrid y uno de los muchos comentarios y de las versiones que se hicieron respecto a la autoría de los atentados o del encubrimiento de aquellos que los llevaron a cabo.


                                                               


A mi parecer sólo una información inculpatoria respecto al partido socialista obrero español en estos terribles atentados podría funcionar como elemento de chantaje para llevar a tomar ciertas medidas políticas como la aceptación de la decisión unilateral de Marruecos de aumentar sus aguas jurisdiccionales o la hipotética entrega al país norteafricano  de Ceuta o Melilla, utilizando alguna triquiñuela política o cediendo a una situación de facto que pudiera presentarse.

 

 

He de aclarar que todo lo expuesto anteriormente no pasa de ser una mera hipótesis presentada por el autor en función de unas premisas por él consideradas.

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