Mientras la
población española, aborregada y narcotizada, asiste en silencio, e incluso
aplaude, lo que conduce al abismo a nuestra patria, cada día que pasa se da un
paso más en dirección a ese pozo lleno de basura que amenaza a España y a los
españoles.
Pero todo
esto no es fruto de la mala suerte o de un fatum inevitable, esto
acontece debido a la acción de una élite política y mediática que ha vendido la
soberanía nacional a los intereses globalistas del internacionalismo sionista
de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, al capitalismo anglosionista
de la City londinense y a unas instituciones europeas y atlantistas que sirven
a los intereses y obedecen las órdenes de las logias masónicas.
Una vez que
los enemigos de España, a lo largo de décadas de acción política y mediática,
han logrado extirpar de la población española todo vestigio de sentimiento
nacional, la acción en contra de España y sus intereses soberanos se ha
convertido en algo extremadamente sencillo.
Y es que la acción centrifuga y desintegradora
del sistema autonómico del 78, la torpe obediencia ciega de unas fuerzas armadas,
compuestas de funcionarios, a un gobierno vendido a los intereses globalistas
de una O.T.A.N. anglosionista y a los de una a Unión Europea masónica a las
órdenes de unos Estados Unidos dominados por los intereses de los de siempre,
los innombrables, nos han llevado a la
desintegración como país y a la muerte de nuestra idiosincrasia y
soberanía.
El supuesto servicio
a España en las ya famosas “misiones de paz” en el extranjero ha convertido a
las fuerzas armadas en una O.N.G. al servicio no tanto de los intereses
nacionales cuanto a los de las naciones atlantistas, intereses que en la mayor
parte de los casos no sólo no son los nuestros, sino que en no pocos casos entran
en conflicto con ellos.
Toda esta introducción
pretende servir de explicación, que no justificación, de las medidas y
terribles consecuencias que derivan de las decisiones que se están tomando.
Estas medidas y sus consecuencias son
consecuencia de una serie de decisiones adoptadas por el inepto Pedro Sánchez y
su no menos incompetente gabinete.
Ahora nos
encontramos con un problema derivado de unas acciones llevadas a cabo con la
finalidad única de congraciarse con los Estados Unidos, con la Unión Europea y
con nuestro enemigo del sur, que no es otro que Marruecos. Como se podrá observar,
los intereses de España no han contado para nada, sino que han sido
sacrificados en aras de servir a los intereses globalistas y sionistas, que son
los mismos.
Por supuesto
estoy refiriéndome a la decisión tomada por Argelia, antigua potencia aliada de
nuestra patria en el norte de África, de no exportar a nuestra nación el gas
que recibíamos de aquel país magrebí a través de un gaseoducto que llegaba a España
procedente de Argelia.
Esta
decisión, que de una manera tan grave afectará a la economía nacional en
general, debido al aumento del precio de toda la producción, de la energía, los
alimentos, los productos más básicos y que de una manera dramática redundará en
un empobrecimiento de las ya de por sí depauperadas clases media y baja,
llevando a multitud de estas últimas familias a padecer un serio riesgo de
exclusión social al no poder hacer frente al pago de la electricidad, de la
comida o de la hipoteca.
Todo esto
era una consecuencia lógica y perfectamente esperable de la decisión
gubernamental española, personal del presidente Sánchez, de entregar la soberanía del Sahara a Marruecos.
. Argelia, única potencia aliada de España en
la zona del norte de África, enemiga acérrima de Marruecos y posible apoyo ante
un potencial ataque marroquí contra las ciudades de Ceuta y Melilla se ha visto
afrentada con la decisión española que tanto fortalece territorialmente y en recursos
al reino alauí.
El gobierno español, saltándose la legalidad
internacional, la política tradicional española respecto a lo que fue una
provincia española hasta 1975 y abandonando al pueblo saharaui a los crueles
caprichos de un régimen como el marroquí ha llevado a que Argelia suspenda las
exportaciones de gas a España, un gas procedente de Argelia que alcanzaba cerca
del 50 por ciento del gas que importaba nuestra nación y que le permitía mantener, mal que bien, una producción absolutamente supeditada a una energía
eléctrica dependiente del gas, una vez que se desmantelaron las centrales
nucleares, se acabó con la producción procedente del carbón y bajó la
producción eléctrica procedente de los embalses.
Para colmo de males la otra nación de la que
España podría importar gas para solventar el serio problema al que nos vemos abocados
no es otro que la Federación rusa, pero la política española, servil y vendida
a los intereses de la O.T.A.N. la U.E. y
sobre todo a los de E.E.U.U. lleva a que el gobierno ruso se oponga firmemente
a esa exportación de gas a España, siendo esta postura lógica dado que el
ejército español está desplegado a lo largo de la frontera rusa en Polonia,
Lituania y en el mar Caspio, para colmo de males España está enviando a Ucrania
toneladas de armas para combatir al ejército ruso. Y todo esto sin necesidad
alguna puesto que no tenemos problemas ni intereses en juego en aquella zona.
La pregunta
surge automáticamente, ¿ cómo se puede explicar que las autoridades encargadas adopten
semejantes medidas cuando sus perniciosas y graves consecuencias eran lógicas y
saltaban a la vista.?
La
contestación a esta cuestión hay que buscarla en los principios que determina
la acción de los que toman esas decisiones y en el peso de las presiones que
estos individuos reciben para tomarlas.
En el caso
que nos ocupa habríamos de centrarnos muy especialmente en la persona del presidente
del gobierno español D. Pedro Sánchez en tanto que la inmensa mayoría de las
decisiones que adopta el gobierno no son fruto del consenso entre los distintos
ministros que conforman el gabinete ni mucho menos deriva de un consenso o
discusión previa en el parlamento.
Toda esta
información respecto a la manera personalista de gobernar no es fruto de
nuestra imaginación, sino que la ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones
tanto el mismo Sánchez como alguno de sus ministros.
Nos
encontramos por un lado con una persona dominada por un enorme egocentrismo y
una soberbia que le lleva a desarrollar un interés desmedido por la permanencia
en el poder a cualquier precio, como muy bien puso de manifiesto aliándose con
terroristas, independentistas y antisistema, interés este que roza lo
patológico.
Todo esto
unido a una carencia absoluta de todo freno ético, tal y como ha demostrado en
muchas ocasiones y en especial cuando trató de manipular tras un biombo el
resultado de la votación que sus compañeros socialistas realizaban para elegir
al que habría de presidir el partido socialista.
Esta
concepción megalomaníaca de que la realidad y los demás intereses, incluida la
soberanía nacional de España y los del pueblo español, están sujetos a los
suyos propios convierten la presencia de Pedro Sánchez en la presidencia del
gobierno en un verdadero peligro para los intereses de España y de los
españoles.
Desde luego
este posicionamiento personalista, ególatra y egocéntrico del actual presidente
del gobierno español no es para nada el necesario, más bien todo lo contrario,
para hacer frente ala situación nacional e internacional y las muchas presiones de
que nuestra nación es objeto por parte de enemigos como de supuestos aliados.
Hay dos
tipos de presión, a cada cual más sibilina, que afectan a la nación y a las
autoridades que la gobiernan. En el caso que nos ocupa estos últimos días nos
encontramos con que tanto el chantaje somo el soborno se convierten en
elementos perfectos para moldear las decisiones de la autoridad nacional
española ignorando su soberanía e intereses de la población en pro de los
intereses y soberanía de potencias extranjeras.
En el caso
que nos ocupa, la egolatría y el ansia enfermiza por permanecer en el poder a
cualquier precio convierte al actual presidente español en una perfecta víctima
de ambas estrategias.
Por un lado
nos encontramos con que nuestro aliado norteamericano, que de aliado no tiene
más que el nombre como muy bien demostró en el episodio de la marcha verde y en
el posicionamiento a favor de su aliado preferente marroquí oponiéndose a la
aplicación de un referéndum de autodeterminación en el Sahara y al dotar a nuestro enemigo del sur
de un modernísimo armamento ofensivo que puede llegar a poner en serio peligro
la continuidad de Ceuta y Melilla como
parte del territorio nacional español.
La Secretaría de Estado norteamericana doraría la píldora a Sánchez prometiéndole un tratamiento internacional preponderante como estadista europeo, de la misma manera haría lo contrario, lo humillaría aún más si no se plegase absolutamente a las directrices que marcan los Estados Unidos y la O.T.A.N., que son lo mismo, Es así que nos encontraríamos con espectáculos tan vergonzosos y degradantes como el paseíllo que realizó Sánchez tras Biden intentando obtener una palabra del presidente norteamericano o aquellos feos que recibió al no recibir saludo alguno de Trump y siendo relegado de los corrillos que tras la reunión de la O.C.D.E. y la O.T.A.N formaban los más importantes gobernantes de la zona.
Desgraciadamente
unas pequeñas lisonjas y palmaditas en la espalda por parte del mandatario
norteamericano o de alguna autoridad europea al gobernante socialista serían
suficiente para lograr de su ego enfermizo la adopción de las medidas o
decisiones que les fueran requeridas.
Pero por si
el soborno no fuese efectivo en todos los casos, como cuando nos encontramos
con temas o cuestiones tan delicados que
pueden dar lugar a cierta presión parlamentaria, económica o social entraría en
juego la otra manera de presionar que es el chantaje, especialmente en este
caso la amenaza de la presión migratoria propiciada y auspiciada por el reino
de Marruecos y de las O.NG.s globalistas,
o lo que es más grave y efectivo que es
la amenaza de hacer pública información
sobre la participación o connivencia de
los gobiernos socialistas en sucesos tan gravísimos como fueron los atentados
del 11 M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario