El atentado
de falsa bandera llevado a cabo en París el pasado 13 de Noviembre del presente
año poco a poco va alcanzando todas y cada una de las metas que los
instigadores del mismo se habían propuesto.
En primer
lugar consiguieron que la masa borreguil que compone la opinión pública, tanto
francesa como internacional, se tragase sin asomo de duda todos los puntos del
atentado, sin haber puesto en duda la
trama y la autoría de esta.
En segundo
lugar han logrado que esa mansa, aborregada y acrítica masa que devora lo que
dice la tel-aviv-sión como si de dogmas de fe se tratase, ha pasado por alto todas y cada una
de las incongruencias que dejaban bien a las claras que se encontraban ante un
atentado preparado por servicios
occidentales-sionistas para cargar las culpas sobre el ISIS y de este modo
poder atacar territorio sirio e incluso invadir el país.
Pero no es
lo mismo embaucar a una masa de borregos
que siguen ciegamente lo que diga la caja tonta y que dicen amén a lo que
repite el resto de medios de desinformación del Sistema, que engañar a los gobernantes, consejeros y
analistas de un país.
Siria se juega demasiado en la partida de ajedrez que se desarrolla en
Oriente Medio como para no atisbar la estrategia que hay tras unas acciones que a través del victimismo y la autodefensa permitirían
a los títeres de los dueños del mundo realizar acciones que forman parte de un plan que busca lograr la esclavización del país.
Tanto el
pueblo como el gobierno sirios se han percatado de que los intereses últimos de
las acciones de la aviación francesa como la de la norteamericana buscan acabar
con la soberanía siria e instalar un gobierno títere.
El gobierno
que preside Bashar Al-Assad ha manifestado su queja respecto de los bombardeos
que tras los atentados de París está
realizando la aviación francesa en tanto que esta está violando grave y
repetidamente el espacio aéreo de un Estado soberano, Siria, sin que este previamente
solicitase su ayuda militar o su intervención bélica como si ha hecho en el
caso de los bombardeos de la aviación rusa.
Por otro
lado, la población y el gobierno sirios se oponen a los bombardeos que la
aviación francesa ha realizado y continúa realizando sobre la ciudad de Raqqa,
situada al norte del país, puesto que aunque el autodenominado Estado Islámico
la considere capital de ese inexistente estado, lo único cierto es que se trata
de una ciudad con una población de cerca de 300.000 civiles, muchos de los cuales
están pereciendo sin defensa posible ante las bombas francesas.
Según
declaraciones a la prensa europea, estos bombardeos pueden ser poco efectivos
en tanto que no están siendo coordinados
con las fuerzas gubernamentales sirias, cosa que desde el principio de su
intervención realizó la fuerza aérea rusa.
A estos
mismos medios las autoridades sirias han puesto de manifiesto la gran
efectividad de los bombardeos de Rusia en una semana si se compara con los
realizados por la coalición que lidera EEUU en cerca de un año.
Del mismo
modo muestran su sospecha que se está intervención francesa, que seguramente
sea seguida por otra de la Unión Europea y de los Estados Unidos lo que busca
no es tanto combatir a Daesh cuanto reducir la acción de los bombardeos rusos
para de este modo evitar que Rusia fortalezca su posición en Oriente Medio y
que las empresas petrolíferas rusas firmen acuerdos para la explotación de yacimientos
petrolíferos en las costas sirias.
Pero el
objetivo a corto y medio plazo de
aquellos que han marcado el objetivo final, que no es otro que derrocar a
Bashar Al Assad, es la ocupación militar terrestre del norte de Siria, siempre
con la excusa de combatir y acabar con el ISIS, para que la pérdida de poder y
de elementos económicos básicos como el petróleo provoque la tan deseada caída
de Bashar Al- Assad.
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