Se
están dando unas circunstancias muy propicias para que se produzca el tan
necesario y deseado cambio del sistema
injusto que padecemos. Ahora bien, para que este cambio
sea posible no basta con la mera
indignación expresada de modo festivo y mucho menos si esta excluye a una parte
de la población, aunque se afirme lo contrario.
En
estas circunstancias la fuerza está en la unidad, y una actitud sectaria no puede mover a que grupos de personas que también desean la ruptura con esta forma de organización
política y económica supeditada a los intereses especulativos de las finanzas y
a la corrupción partitocrática puedan sentirse
despreciadas o verse dejadas de lado por posturas políticas o posicionamientos
religiosos que para nada entran en contradicción con el tan ansiado cambio de sistema partitocrático- capitalista.
Para
que el movimiento puesto en marcha sea
verdaderamente una opción contraria al sistema que nos domina y
tenga unas mínimas posibilidades de
éxito es absolutamente preciso clarificar cuales son las alternativas que se
proponen y aunar a toda la
población descontenta. Sólo desde la
claridad y desde la unidad será posible conseguir
algo. No basta con la negación y la oposición, hay que proponer alternativas concretas y
estructuradas, no se puede convertir
todo en una suma de reuniones festivas excluyentes, es necesaria una
estrategia bien definida.
¿A
que me refiero cuando hablo de que en
este momento es absolutamente imprescindible la unidad si se
quiere lograr algo?
Pues a que sino se quiere que todo este movimiento
popular se quede en una mera anécdota lo primero es evitar caer en la
división y en la exclusión, ya se sabe
que cuando se quiere acabar con una
acción grupal lo más sencillo es recurrir al divide y vencerás. Con esto
quiero decir que ni se deben utilizar
símbolos con los que una parte de la población se pueda sentir incómoda, ni deben ser atacadas convicciones religiosas o de tipo nacional,
se ha de tener mucho cuidado con eso puesto que en movimientos como el de los
indignados, la unidad de la población es
fundamental ya que la cantidad importa mucho, y la diversidad: de edades, de
clases sociales, de adscripciones políticas e incluso de aspecto son básicos.
El
segundo punto que considero fundamental
es el ya señalado de proponer una medidas claras y alcanzables, evitar
funcionar con lemas facilones o con propuestas excesivamente generales, ahí que
ir a lo concreto:
1.-
Nacionalizar la banca y todos los sectores estratégicos.
2.-
Creación de una banca nacional que proporcione créditos a un interés muy bajo,
banca cuyo beneficio se dedicará no al
enriquecimiento de unos pocos sino que será invertido en sanidad y proyectos
sociales.
3.-
Buscar que la representación sea directa
y no a través de los partidos políticos. Las entidades básicas y más propias del ser humano como la Familia, el lugar donde
se desarrolle la vida: municipios, barrios o entidades comarcales y por otro el del trabajo y la empresa a través de sus unidades de representación.
4.-
No reconocer ni pagar la deuda externa de España que provenga de la especulación o sea injusta. Para conocer la si la deuda es justa o no lo es o si es fruto de la manipulación de los especuladores esta ha de ser auditada por economistas independientes.
5.-No
pedir ni aceptar ayudas del Banco Central Europeo ni del Fondo Monetario
Internacional, ya que deuda significa esclavitud.
6.-No
aceptar las directrices impuestas desde el eje franco-alemán, se fijan en
combatir la deuda y el déficit, que es
lo que les preocupa pero dañan aún más al desempleo de los países mediterráneos.
7.-Aumentar
la inversión pública y bajar los impuestos para que de este modo el dinero circule, aumente el consumo y se movilice por
tanto los sectores productivos bajando el desempleo.
8.-La
salida de la eurozona y el abandono del euro para poder recuperar soberanía
económica y no estar sujetos a los dictados de los “mercados” y de los
especuladores, es una medida que habrá de ser analizada de un modo más detallado por economistas independientes
que sopesen pros y contras.
9.- Acabar con la monarquía: régimen anacrónico, injusto y caro.
Como mínimo someter a referéndum su continuidad.
9.- Acabar con la monarquía: régimen anacrónico, injusto y caro.
Como mínimo someter a referéndum su continuidad.
Repitiendo
lo inicial: Unidad y Programa.
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