Nuevamente
asistimos a como la élite oscura, a través de sus terminales mediáticas y políticas, ha conseguido hacer que las fuerzas identitarias y
patriotas vean como victoria propia lo que no ha sido si no un éxito más de la
mentira generalizada que se nos ha venido
vendiendo desde la ocupación de Europa en 1945. Y lo más grave de todo es que son precisamente los
medios patriotas o de la derecha
nacional los que más regocijo han
mostrado y con más satisfacción han extendido
la idea de que este nuevo apuntalamiento de la mentira es una victoria.
La única
realidad es que estamos ante un gol por la escuadra que los de siempre han metido a aquellos que parecen no darse
cuenta de que estamos inmersos en una verdadera guerra, por ahora sólo
ideológica y social, en la que las organizaciones multinacionales globalistas como es el
Parlamento europeo y son los medios de comunicación que les sirven hacen y
harán todo lo posible por fortalecer
legalmente la mentira y extenderla a toda la población.
Para quién
aún no se haya dado cuenta estoy refiriéndome a la tan aplaudida, por medios
supuestamente patrióticos y derechistas, resolución aprobada el pasado 19 de
septiembre denominada Resolución sobre la memoria histórica europea para el
futuro de Europa, la aprobación de este texto coincide con la conmemoración del
estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Este texto
condena los crímenes cometidos por los regímenes nazi y comunista a lo largo
del siglo XX. Esto que pudiera parecer, y de hecho se presenta así, un avance
en la dirección de que la población europea considere el enorme grado de criminalidad del comunismo
no es otra cosa que una monumental victoria
ideológica contra el ya perseguido, incluso penalmente, planteamiento histórico revisionista que con
argumentos y datos ponen de manifiesto
la falacia de la versión que los vencedores que ocuparon Europa en 1945 han impuesto y
extendido en las mentes de los europeos
y de la población mundial en general.
Con esta
resolución el Parlamento Europeo hace dos cosas: por un lado, equipara el
régimen nacionalsocialista con el régimen soviético, y por otro oculta los
crímenes que los aliados llevaron a cabo durante la Segunda Guerra mundial: las
bombas atómicas de Hirosima y Nagasaky,
En segundo
lugar oculta los millones de muertos que desde que finalizó la Guerra se han producido
consecuencia de conflictos provocados y amparados por la democracia liberal y
los denominados derechos humanos, especialmente los veinte millones causados por la intervención norteamericana en Oriente Medio: Irak, Siria, Afganistán,etc.
Cuando el texto
habla de los crímenes nazis y comunista perpetrados a lo largo del siglo XX está
dando legitimidad a la venganza que llevó a cabo en los juicios de Nürenberg
así como a las condenas y ejecuciones que de ellos derivaron y se repitieron a lo largo y ancho de toda la Europa "liberada".
De la misma
manera parece olvidar que el régimen nacionalsocialista dejó de existir hace
más de 75 años y que supuestamente provocó 31 millones de muertos, cifra en la
que incluyoa los más que dudosos seis millones de judíos muertos en el
“holocausto” así como los veinticinco millones que fallecieron como resultado de la conflagración
mundial, y que desde luego no es responsabilidad exclusiva de Alemania.
Pero esa
cifra pretende equipararse con la de los cien millones de muertos causados por el comunismo.
Pero contrariamente al ya desaparecido régimen nacionalsocialista el comunismo continúa existiendo y causando muertes a lo largo y ancho de todo el
mundo, desde China a Cuba pasando por todos los regímenes de inspiración
comunista de Hispanoamérica y de extremo oriente. También olvidan los millones
de muertos que los regímenes comunistas provocaron en la Rusia Soviética y en sus países satélites, en Ucrania a través de una
hambruna perfectamente preparada por las autoridades soviéticas y las decenas
de miles de torturados y asesinados por el Frente Popular en España.
Olvidan los verdaderos
genocidios de Laos y Camboya, los gulags y las chekas, y los olvidan al
equiparar los 35 millones de muertos, incluyendo los muertos durante la Segunda
Guerra Mundial y dando por cierto el “holocausto judío”.
Siendo
precisamente tratar de dar veracidad a este tan discutido y discutible holocausto judío dado
que, en la población europea, norteamericana y en parte internacional cada vez tiene menor efecto la campaña continua y machacona en torno al “holocausto”.
Y este es el fin primordial salvaguardar el negocio del holocausto protegiendo así el complejo de culpa que permite la existencia al Estado de Israel y a su vez desviar la atención de los crímenes de guerra y contra la humanidad que cada día llevan a cabo las fuerzas militare y policiales israelíes sobre la población palestina que previamente fue expulsada de su tierra, Palestina.
Y este es el fin primordial salvaguardar el negocio del holocausto protegiendo así el complejo de culpa que permite la existencia al Estado de Israel y a su vez desviar la atención de los crímenes de guerra y contra la humanidad que cada día llevan a cabo las fuerzas militare y policiales israelíes sobre la población palestina que previamente fue expulsada de su tierra, Palestina.
En resumen,
que esa alegría que muestran muchos por la resolución del Parlamento europeo
está absolutamente injustificada.
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