Parece haber
pasado desapercibido para la población española un hecho que se viene
repitiendo durante las últimas campañas electorales, pero que en esta se ha
producido de una manera más clamorosa si cabe.
Me estoy
refiriendo a como la llegada de inmigrantes ilegales a nuestras costas, así
como los asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla,
han dejado de producirse mientras se desarrolla la campaña electoral en nuestra
nación.
A nadie se le escapa que las cuestiones
relacionadas con la llegada de inmigrantes ilegales a nuestro territorio
dependen plenamente de la actitud que respecto a ello mantengan las autoridades
marroquíes, puesto que estas han demostrado en numerosas ocasiones que cuando se
lo proponen son perfectamente capaces de frenar a las mafias que utilizan sus
costas para enviar inmigrantes en
pateras o pequeños barcos hacia nuestras costas así como para detener cualquier
movimiento de inmigrantes por su territorio
acercándose a la frontera española para intentar saltar las vallas de
Ceuta y Melilla.
Pero por
supuesto el gobierno marroquí no ha dejado de servirse de esta capacidad para
chantajear a las autoridades españolas y así lograr beneficios económicos,
diplomáticos, de exportación de fruta, de pesca o de cualquier otro tipo.
Como
ejemplos de las vergonzosas cesiones de España ante Marruecos hay que tomar en
consideración la medida por la que el Estado español concederá una reparación
moral y económica a los afectados y familiares de la supuesta utilización de
armas químicas durante la guerra del Rif. “Reparación” esta que constituye una
cobarde afrenta a los soldados españoles que vertieron su sangre luchando por
la patria y que pasa por alto los crímenes y torturas que llevaron a cabo los
guerrilleros y tropas que se enfrentaron a los soldados españoles.
Soldados españoles víctimas de la matanza del monte Arruit.
Después nos
encontramos con las continuas cesiones de la Unión Europea, impulsadas por España,
para que no se permita que los pescadores españoles puedan echar sus redes en
caladeros marroquíes e incluso en los de la antigua provincia española del
Sahara occidental, ahora invadida por el reino alauita.
A esto hay
que añadir que el día 13 de febrero de este año los Reyes iniciaron una visita
de Estado de dos días a Marruecos en el que se firmaron 11 importantes acuerdos bilaterales.
Los Reyes
fueron acompañados por seis ministros: el de Asuntos Exteriores, el de
Industria, el de Interior, el de Agricultura y Pesca y el de Cultura.
Los once
acuerdos firmados se encargaban de desarrollar el primer memorándum para
establecer una Asociación Estratégica entre los dos países, con lo que ello lleva
aparejado, reforzar la alianza que los dos países sellaron en el 2012 y así
dejar de lado los problemas de Ceuta, Melilla y el Sahara. Por supuesto también suscribieron acuerdos con el fin de combatir la inmigración ilegal y frenar el terrorismo yihadista.
Tan fuerte
representación y el número de acuerdos bilaterales tomados ponen de manifiesto
la importancia de dichos acuerdos, así como la categoría que tanto la Casa Real
como el Gobierno de Pedro Sánchez dieron a la visita, que en este periodo
electoral era más
terrestre, y
es que el temor a que la llegada de más inmigrantes o nuevos asaltos a las
vallas produjesen un aumento en el número de españoles que optasen por VOX forzó
a ceder ante los chantajes marroquíes, el tema de la continuidad del silencio cobarde y traidor sobre la que fuera provincia del Sahara será a buen seguro una de las cesiones españolas.
Tan solo es
preciso considerar la fecha de la visita y la importancia de los acuerdos
tomados para tomar conciencia de hasta que punto se consideraba fundamental “comprar”
o ceder ante las autoridades marroquíes para que estas pusiesen freno a la salida
de inmigrantes desde su territorio o a través de sus aguas con destino a España
en estas fechas preelectorales.
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