La práctica
totalidad de los europeos y gran parte de los norteamericanos estamos siendo sometidos a un bombardeo
continuo de informaciones falsas y opiniones interesadas respecto a lo que
realmente está aconteciendo en los Estados Unidos, unas comunicaciones que
lejos de informar son utilizadas a modo de cortina de humo para ocultar la
decisiva lucha que desde hace unos años se viene desarrollando en los más altos
niveles políticos y militares de los Estados Unidos, una lucha que de una
manera u otra marcará los destinos del resto de la humanidad.
La
administración Trump está llevando a cabo una lucha a muerte contra el Estado
profundo, también denominado Cabal, con la inestimable colaboración de una
parte de generales y miembros de la comunidad de inteligencia, que reciben la
denominación de sombreros blancos.
Por mucho
que podamos terminar por creerla a fuer de tanto repetirla la información que
llega a la generalidad de la población, tanto estadounidense como occidental en
general, no pasa de ser un conjunto de chismes y habladurías sobre si el presidente
norteamericano es mujeriego y machista, bocazas y deslenguado, si tiene
actitudes racistas al tratar de levantar un muro o si tiene el tupé de tal o
cual forma.
La realidad es que entre bambalinas se desarrolla una lucha tan transcendente
que está decidiendo el futuro de toda la sociedad humana.
Lo cierto es
que estamos asistiendo, aunque se nos oculte tras toneladas de informaciones
falsas y/o frívolas, a una lucha entre fuerzas que se disputan, para bien y
para mal, el control de los Estados Unidos y a través de ello de la humanidad
toda.
El inicio de
este combate, al menos de modo abierto, lo podemos situar tras los
acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, los cuales pusieron claramente de
manifiesto la existencia en los Estados Unidos de un Estado profundo
independiente de la mismísima Casa Blanca, cuestión esta a la que ya hizo
referencia J.F. Kennedy en los años sesenta. Cosa a la que trató de afrontar mediante el control de la Reserva Federal a través de la orden ejecutiva 11110, decisión esta que finalmente le costó la vida.
Cuando hablamos de Estado profundo o cabal nos
referimos a un Estado paralelo y oculto que es capaz de imponer su voluntad al
mismo ejecutivo.
Ante este
estado de cosas el candidato republicano, actual presidente, Donald Trump, se
marcó como objetivo fundamental combatir a muerte al Deep State, Estado
profundo, y de esta manera recuperar la soberanía del pueblo norteamericano.
Para llevar a cabo este colosal combate Donald
Trump contó y cuenta con la colaboración y apoyo de las más altas jerarquías
patrióticas del ejército y de la comunidad de inteligencia.
La primera tarea
que hubo de llevar a cabo Donald Trump fué derrotar electoralmente a la
candidata demócrata Hillary Clinton, la cual junto a su marido Bill, formaban
parte del Deep State, siendo de hecho la candidata de este y que por tanto recibió
su apoyo de este a través de todos los medios a su alcance, entre ellos los más
influyentes mass media a su servicio.
De esta
manera la cábala, como también es denominado el Estado profundo, consiguió instaurar
en la población a través de los medios de comunicación-manipulación una imagen de
Hillary como la candidata favorita en la campaña electoral y como personaje
cercano y agradable al pueblo norteamericano.
Y esa figura
vendida como amable y más que segura ganadora de las elecciones generales
norteamericanas se vería reforzada con cada uno de los pasos de la colosal campaña
difamatoria desatada en contra de la figura del candidato Donald Trump.
El cabal y
todas sus terminales políticas y mediáticas, tanto nacionales como
internacionales, tenían pleno
convencimiento de que se produciría la victoria de Hillary Clinton y consideraban
que de ese modo el Deep State podría
continuar con sus acciones de control social y financiero así como con sus
actividades criminales sobre la población, pero
la cosa no fue tal y como habían planeado, ya que quién sorpresivamente
accedió a la Casa Blanca fue Donald Trump, el cual recibió los votos de una
gran parte de la población norteamericana y que había contado con el apoyo de los militares y la inteligencia que pretendían y pretende acabar con el Estado
profundo.
Al encontrar
el cabal que con la derrota de su candidata sus planes se habían venido abajo y
que con Donald Trump en la Casa Blanca nada de lo que tenían planificado podría
llevarse a cabo, se vieron obligados a adoptar una estrategia para conseguir
que Trump fuese expulsado de la presidencia de los Estados Unidos y de esta
forma verse libres para continuar con sus planes para dominar, someter y explotar
criminalmente a la humanidad, bien sea
mediante la pedocriminalidad, la reducción forzada de la
población o la puesta en marcha de manera masiva de manipulaciones
sociales MK Ultra.
Es en este
contexto en el que hay que considerar todas las acusaciones de que Trump es
objeto: supuestos escándalos sexuales, sobornos a supuestas amantes y sobre
todo la acusación de que Trump venció en las elecciones gracias a la manipulación
y hackeo de los resultados de estas por parte de los rusos.
Por un lado
se pretende que la opinión pública le dé la espalda para unas próximas
elecciones, a la par que que se busca
que se desaten a lo largo y ancho de toda Norteamérica protestas violentas
generalizadas que den lugar a enfrentamientos civiles que muevan a su dimisión
o empujen a una destitución por esa parte del ejército no comprometida en la lucha
contra el cabal, destitución que se llevaría a cabo supuestamente en pro de la
paz social.
Ahora bien,
dado que los miembros del Estado profundo y sus colaboradores son perfectamente
conscientes, tal y como señala en sus crípticos escritos Q Anon, interpreta
David Wilcox y da a entender el mismo Trump en algunas de sus intervenciones, de que están en marcha y se aplicarán en no
demasiado tiempo toda una serie de medidas judiciales, con órdenes de detención
ya firmadas que se aplicarán a varios
miles de miembros del Cabal implicados en crímenes contra Estados Unidos e
incluso referidos al tema de la pedocriminalidad, al comercio de menores y
otros repugnantes crímenes.
En estas últimas semanas y días los miembros
del Estado profundo se han visto obligados a incrementar el número de ataques y
acusaciones con la urgente necesidad de destituir a Donald Trump mediante un impeachment, tal y como en su momento se
hizo con Nixón sirviéndose del caso Watergate
Es por todo
ello que cada vez les resulta más perentorio encontrar, o crear, un escándalo o
mentira que les permita denunciarlo ante el Congreso para conseguir su
destitución.
Es muy
importante que los españoles o aquellas personas que no formen parte ni residan
en los Estados Unidos evitemos caer en el error de no tomar en consideración lo
que acontece en Norteamérica creyendo que es algo lejano y que no va con
nosotros, y no podemos pensar de ese
modo puesto que en la actualidad formamos parte de una comunidad internacional
globalizada en la que los tentáculos del cabal y el poder jázaro llega a todos
nuestros países, ya sea a través de las corporaciones multinacionales o los
centros de poder financiero, por no hablar del sometimiento corrupto de
nuestras autoridades políticas a las instrucciones proporcionadas por las caras
visibles de ese poder en la sombra, baste como ejemplo recordar las reuniones
de Sánchez con el globalista y promotor de la inmigración ilegal George Soros, la asistencia de los más
importantes políticos españoles a las reuniones del club Bilderberg o la
reunión que tuvo el actual rey con el entonces presidente Barak Husseim Obama,
premio nobel de la paz especializado en ordenar bombardeos sobre población
civil en Libia, invadir países en Oriente próximo o a través de su fundación “salvar”
a centenares de niño de Haití que nunca más han sido vistos.
Por otro
lado debemos evitar ser víctimas de esa campaña que a nivel internacional la
cábala está llevando a cabo contra Donald Trump como cara visible de la alianza
que se opone abiertamente al Estado profundo.
No podemos creer todas esas acusaciones que
ahora se vierten de modo exagerado y
continuo contra el presidente de los Estados Unidos, ¿nadie se pregunta como es
posible que esos mismos medios que ahora vierten tal cantidad de acusaciones y
promocionan las declaraciones de sus ex consejeros y colaboradores contra
Trump durante la campaña electoral promocionasen y adulasen la figura de
Hillary Clinton a la par que silenciaban los indicios y gravísimas acusaciones
que había contra su persona y contra la Fundación que lleva su nombre y el de
su marido?.
No creamos
todo lo que nos llega a través de los medios referido a Donald Trump y su
administración y considerémoslo como parte de la estrategia de propaganda que
forma parte de la batalla que se libra contra el cabal.
En lo
posible hemos de combatir al Estado profundo, que no sólo está activo en los
Estados Unidos, sino que lo sufrimos en todos los países civilizados y detrás
del que se ve la zarpa de la comunidad jázara y su poderío financiero internacional.
Con todo lo expuesto desde luego no pretendo dar un apoyo total a Trump, solamente en tanto luche contra el Estado profundo, pero para nada respecto a sus actuaciones en favor del Estado judío, de donde en gran parte proviene ese mismo Estado profundo que debe combatir también en su origén jázaro. Con estas lineas sólo pretendo poner a los que esto lean en guardia respecto a las noticias malintencionadas que pone en funcionamiento el cabal y los medios a su servicio.
El estado profundo solo tiene que provocar una nueva crisis financiera a través de la FED para echar a Trump en las próximas elecciones.
ResponderEliminarEsperemos que Trump y su equipo sean capaces de hacerse con el control de la Reserva Federal con suficiente tiempo para frenar una acción de ese tipo.
ResponderEliminarMira lo que le pasó a Kennedy por intentarlo...
EliminarCierto, lo que no sé es si será capaz de llevar a cabo esa auditoria a la Reserva Federal tal y como señaló en la campaña electoral. Quizá con la cobertura militar, de inteligencia y el apoyo popular se atreva al menos a hacer eso que será dar un toque a los jázaros del Deep State. Pero todo son conjeturas claro.
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