No faltará quién
considere que este blog está sometido a una suerte de obsesión
centrada en el poder judío y en la
influencia de aquellos que buscan la instauración de un Nuevo Orden Mundial.
A los que
así pudieran pensar sólo cabe indicarles que cuando se investigan los hechos de
una manera desapasionada y no sometida al pensamiento borreguil de lo
políticamente correcto la realidad termina por colocar al final o al principio,
según se mire, de los hilos que mueven los acontecimientos a eos mismos con los que supuestamente obsesionan a quién escribe este blog. La
conclusión que se obtiene no es culpa tanto del que investiga cuanto del que
conspira y actúa.
Y digo esto
dado que el tema que vamos a tratar en esta entrada puede resultar un poco
familiar y que por tanto no se considere sujeto a comentario “conspiranoico”
alguno. Por su repetición- cercanía, al aparecer en televisión, no suele ser
calificado más allá de la crítica musical
o de la evolución estética del hecho.
Nos estamos
refiriendo al Festival de Eurovisión, un tema que es considerado como trivial y
carente de trascendencia alguna. Pero
cuando se lo analiza de una manera más profunda y concienzuda se descubre que
su nacimiento, desarrollo, fines y consecuencias no tienen nada de inocentes.
Antes de
nada hemos de darnos cuenta de que a
través de los sucesivos certámenes se produce una suerte de homogeneización a
través de la unificación del uso, cada
vez más generalizado, de la lengua inglesa. Esta homogeneización va en
detrimento de las lenguas nacionales de los países participantes y por tanto va
socavando una parte fundamental de sus identidades. Del mismo modo, y siguiendo
con esta búsqueda de la unificación se busca unificar el tipo de canciones a
través de lo que se conoce como “canciones tipo eurovisión” que lleva a acabar poco a poco con las características definitorias de cada país unas características que
permitían reconocer cual era la
nacionalidad del intérprete sin conocerla de antemano.
En los últimos años esta unificación ha tomado la dirección de la fealdad, la degeneración y el esperpento.
A este respecto
sólo hay que señalar que Israel presentó
en dos ocasiones (1998 y 2012) a un transexual, Dana International. En la
primera ocasión que participó este transexual, Birmingham 1998, lo hizo
coincidiendo con el 50 aniversario de la proclamación del Estado de Israel.
Quedando en primera posición.
Más
adelante, en el Festival del año 2014, Austria llevó como representante a Conchita Wurst, un travesti con barba,
siendo también la ganadora de esa edición.
En ambos
casos de modo simbólico se estaban trasladando
un mismo mensaje: En uno se rendía
pleitesía al Estado de Israel festejando el 50 aniversario de la proclamación
del Estado judío y en el otro Austria, lugar de nacimiento de Hitler, mostraba
la-el barbudo-a como muestra de degeneración y asimilación a lo presentado por Israel.
Otro aspecto
que a cualquiera que aplique un análisis medianamente crítico le ha de llamar
la atención es el hecho de que Israel participe como concursante en el
Festival. Y lo hace sin formar parte del continente europeo ni ser miembro de
la Unión Europea ni de la Red de Distribución de televisión de Eurovisión, que
es controlada por la UER (Unión Europea de Radiodifusión). El concurso tiene
carácter anual pudiendo participar en el Festival cualquier miembro activo de
la UER, Israel paso a formar parte de la UER desde que se creó esta Unión en
1950. También según sus normas forman parte de ella no sólo Europa sino también los países de la cuenca del Mediterráneo
y Asia Occidental, conformación esta que da toda la impresión de haber sido instituida
ad
hoc para que pudiese participar el Estado judío.
El
lobby de Lesbianas, Gays, Transexuales y
Bisexuales (LGTB) se ha servido de este gran altavoz mediático para tratar de
normalizar socialmente unos comportamientos y una estética alejada de la
inmensa mayoría de la población europea y por supuesto de su identidad. Tras
ello se encuentra Israel y el norteamericano multimillonario sionista George Soros.
La inclusión
en una denominada Unión Europea de Radiodifusión de países que claramente no pertenecen
a nuestro continente trata de disipar la identidad
continental en tanto que unidad civilizadora basada en la filosofía griega, el
derecho romano, la fortaleza pagana y el
trasfondo moral cristiano.
Todo lo
hasta aquí señalado se nos muestra como una parte más de la estrategia
globalistas que precisa acabar con los estados nación, con las identidades,
empujar las mentes hacia el desorden de la fealdad, de lo grotesco y de la
amoralidad, colocando a Israel en un lugar desde el que poder implantar un
Nuevo Orden Mundial que ellos dirigirán.
Todas estas
conclusiones podrían ser tachadas de meras fantasías encajadas de modo
arbitrario si no fuese por el hecho de que el 16 de enero del 2015 la OTAN
desclasificó y subió a internet más de 23000 documentos hasta entonces secretos,
de entre ellos destacan los referidos a la cuestión del Festival de Eurovisión
o "del Atlántico Norte".
En un
artículo sobre el tema que publicó el experto en comunicación, seguridad y
defensa internacional Juanjo Crespo se hace referencia al párrafo clave del acta
de la reunión del servicio de información de la OTAN con la BBC en la que se sondeaba si era
posible utilizar la red de Eurovisión para dar difusión al festival. Este festival apoyado- ¿creado? Por la OTAN era de gran importancia para la Alianza
Atlántica pues servía para que una Europa aún convaleciente de la Segunda
Guerra Mundial adquiriese una cohesión y unidad en parte perdida por en la
guerra civil europea. De esta manera se trataba de crear un bloque continental
frente a la amenaza soviética. A esto
habría que sumar poder levantar una
fuerte cadena de comunicación, de ahí el interés de la OTAN ante la BBC para
conseguir la utilización de la red de Eurovisión para el Festival del mismo
nombre.
Desde mi
punto de vista con este festival, que
inició su andadura en Lugano (Suiza) el 24 de Mayo de 1956, en plena guerra fría,
ocurrió lo mismo que lo acontecido con
los equipos Stay Behind que creo
la OTAN para enfrentar desde la retaguardia y mediante acciones de sabotaje una posible invasión de Europa por parte de la URSS tras
la Segunda Guerra Mundial. Ocurrió que la finalidad que justificaba su
funcionamiento desapareció. En el caso de los Stay Behind su misión paso a
centrarse en combatir la ascensión del
comunismo en países como Italia con la Red Gladio o en Bélgica y Alemania con atentados para que la
población exigiese unos gobiernos más autoritarios.
No es tan extraño que Israel participe en eurovisión, también juega en la copa de Europa de baloncesto.
ResponderEliminarDe lo demás que cuentas, no tengo ni idea.
No es tan extraño que Israel participe en eurovisión, también juega en la copa de Europa de baloncesto.
ResponderEliminarDe lo demás que cuentas, no tengo ni idea.