Detrás del “suicidio” del fiscal Alberto
Nisman se esconde una trama que va mucho más allá de intereses meramente argentinos,
esa muerte oculta una lucha
internacional de poderes entre
potencias, y sobre todo esconde el uso que algunas naciones hacen de servicios
que utilizan métodos a todas luces
inmorales, cuando no directamente criminales.
Para comprender en toda su amplitud el
complot que la muerte del fiscal esconde hemos de retrotraernos al verano de 1994, cuando el gobierno de la
República Argentina renunció a seguir con el acuerdo con Irán para facilitarle
tecnología nuclear.
Es en ese estado de cosas cuando el 18 de Julio de ese 1994 se lleva a cabo el
atentado con coche bomba contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina).
Al poco de tener lugar el atentado el
fiscal argentino Marcelo Martínez Burgos acusó al gobierno iraní de planificar
el atentado y a Hezbola de llevarlo a cabo.
El 7 de Noviembre de 2007 la Interpol
ratificó las conclusiones de la justicia argentina, aunque Irán se negó a aceptar su fallo y la
extradición de varios ciudadanos iraníes
que esta solicitaba.
Sergio Massa, ex jefe del gabinete de la
presidenta Fernández de Kirchner había señalado que uno de sus objetivos
fundamentales sería restablecer relaciones estratégicas con Estados Unidos,
Inglaterra e Israel.
Alberto Nisman, se convirtió en fiscal
especial encargado de investigar el atentado a la AMIA, investigación que
llevaba estancada nada menos que veinte años. Es en este momento cuando Nisman
presentó un amplio informe en el que denunciaba a la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, al canciller Hector Timerman, al diputado Andrés
Larroque, a dos reconocidos defensores de los derechos del pueblo palestino y a
un número no especificado de miembros de los servicios de inteligencia.
El hecho es que se publicitó a nivel
internacional que la actual presidente de Argentina habría tratado de ocultar
la vinculación de Irán con el atentado contra la AMIA.
Esta acusación era una forma de acusar
nuevamente a Irán de la responsabilidad del atentado.
Unos días después del “suicidio” de Alberto
Nisman, la misma presidenta de la República Argentina reflexionó sobre el tema a través de una misiva publicada en su web
oficial. En esta nota enfatizaba que se
debería evitar hacer juicios de encubrimiento, en relación con la
responsabilidad de Irán, diciendo que lo que se ha de hacer es no confundir
sobre el caso.
En varias declaraciones públicas la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya ha mostrado su convencimiento de
que Alberto Nisman no se suicidó sino
que fue impelido a hacerlo o fué directamente asesinado.
Con todas estas piezas en nuestro poder el
puzzle encaja por si solo, tan sólo hay
que tomar en consideración como vienen funcionando los eventos que afectan a la política
internacional en las últimas décadas.
Contando con la cobertura motivacional que
supuestamente tendría el Estado iraní, el Estado de Israel llevó a cabo un
atentado de falsa bandera, un autoatentado para
inculpar a su más peligroso oponente en Oriente Medio y al grupo de
resistencia Hezbola.
En su momento el atentado alcanzó los
objetivos pretendidos ante la opinión pública internacional pues desacreditó al
régimen iraní. Pero tras dos décadas de permanecer paralizada la investigación
y el tratamiento jurídico del caso, El fiscal
Nisman acusa a la presidenta argentina de connivencia con Irán, con lo
que esto significa de poner nuevamente al Estado persa como
autor.
Como suele ocurrir en este tipo de acciones,
los servicios de inteligencia, el Mossad en este caso, recurren a individuos
para que desarrollen algún trabajo, en este caso el informe contra la
presidente Fernández de Kirchner , y conseguir un fin concreto que en este caso
no sería otro que desprestigiar en este
momento al gobierno iraní, poner a toda la comunidad internacional contra este
y favorecer la legitimación de un posible ataque yankee-israelí.
Todas las acciones de bandera falsa han de
cuadrar perfectamente y no puede quedar ningún “cabo suelto”, en este caso el “cabo
suelto” sería el fiscal Nisman, al que se
quitó del medio mediante el “suicidio asistido”.
Muy interesante...
ResponderEliminarEs el peligro de cabalgar a un tigre, que si el tigre para o tu te tratas de bajar de él, te devora.
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