Desde mediados del siglo pasado estamos
atravesando por un proceso cada vez más
acelerado de globalización, una globalización que afecta a todos los aspectos de la realidad humana, tanto a las costumbres como
a todo tipo de manifestaciones culturales, llegando a influir incluso en los
fenotipos y genotipos de los distintos grupos étnicos.
Ese proceso globalizador está poniendo en
serio peligro la riqueza que las manifestaciones humanas llevan aparejadas, puesto que en la diversidad
de estas se encuentra su riqueza, y en la homogeneización su empobrecimiento.
Para colmo de males, durante la última
década la sociedad, la occidental muy especialmente, está siendo sometida a una
muy bien orquestada campaña con la cual se nos pretende hacer creer que de todo
este proceso de globalización ha de resultar algo sumamente positivo, que la
introducción en nuestra sociedad de culturas y genotipos distintos a los
nuestros es algo favorable y enriquecedor para todos.
A pesar del mensaje procedente del
pensamiento único, la realidad es diametralmente opuesta a eso de lo que se nos
pretende convencer, y es que a lo único que puede llevarnos la globalización
y la mescolanza tanto cultural como
física es a la extinción de aquello que constituye lo individual y propio de
cada sociedad y grupo humano acabando así con la diversidad resultante de sus
diferentes y ricas manifestaciones.
Se nos
repite hasta el hartazgo el slogan de que la diversidad es una riqueza
para la sociedad, pero tras esta frase se esconde un mensaje opuesto a la
verdadera defensa de la diversidad, puesto que la mezcolanza de realidades
culturales diferentes lleva de modo
irremediable a la difuminación de las nuevas y a la desaparición de la
oriunda ya que surgirá una distinta a la de la mezcla.
Nos referiremos en primer lugar a esa
globalización que tras el final de la Segunda Guerra Mundial lleva a cabo la
colonización “cultural” y de costumbres que los EEUU imponen en la práctica
totalidad del globo. Es una globalización a escala planetaria de eso que se ha
dado en llamar el american way of life
(estilo de vida americano). Esa visión superficial que va de la comida basura
al pensamiento acrítico de lo políticamente correcto pasando por la veneración
del consumismo, con una visión típicamente anglosajona y protestante de centrarse más en el tener que en el ser al
considerar al ser humano.
Este tipo de globalización podríamos
señalar que es de sustitución ya que lo que hace es desplazar una organización
social, cultural y de pensamiento sustituyéndola por otra, es así que de este
modo la diversidad desaparece produciéndose una homogeneización que anula el
resto de manifestaciones humanas. En el fondo es una forma de mundialismo en el
cual las sociedades humanas y entidades políticas soberanas, los países-nación
serían sustituidos por un gobierno mundial.
Ahora nos referiremos a otra destrucción de
la diversidad, una que no es de sustitución sino de disolución de la
organización cultural, social y de valores autóctona por otras diferentes
llegadas del exterior. En este caso el resultado es doblemente lesivo para la
diversidad ya que termina con la cultura originaria de aquellos que llegan como
con la cultura de la comunidad receptora.
Y aunque algunos puedan pensar lo contrario,
el proceso de globalización y
destrucción de la diversidad por mezcla y disolución, es así en todos los casos
por lo siguiente:
El resultado de una mescolanza es una manifestación cultural
distinta de la pre-existente.
Y ahora nos vamos a referir a un aspecto
que simplemente mentarlo enseguida levanta airadas críticas dado que lo
políticamente correcto lo ha
categorizado como muestra de racismo y como algo intrínsecamente
reprobable, aunque para nada es tal cosa.
Me estoy refiriendo al tema de la biodiversidad
biológica humana y la necesidad de su preservación de un proceso que llevaría a
la muerte de la riqueza que es tal biodiversidad.
El ser humano no es tan sólo una realidad
cultural sino que tiene un sustrato biológico sobre el cual se levantan el
resto de sus realidades sociales y culturales. Luego mantener y conservar la
diversidad de lo biológico, que se
manifiesta a través de lo racial, es otro punto fundamental para salvaguardar lo humano.
Pero los prejuicios con respecto a esta
temática impiden cualquier referencia a ella que no sea para descalificar y
condenar tales posicionamientos en lugar de establecer un debate constructivo.
Cuando este tema es referido a las
comunidades biológicas de otras especies es una cosa bien vista e incluso aplaudida, pero si esto es
referido a la diversidad biológica humana la cosa cambia para ser anatemizada
y tachar a quien ello mantenga de
racista y nazi.
Pero yo me pregunto: ¿Cuál es la razón por
la cual la biodiversidad en el Amazonas o en cualquier ecosistema ha de ser
mantenida y no lo debe ser la biodiversidad
humana?.
El denominado “crisol de culturas”, que en
el caso de la inmigración que llega a los países occidentales suele ir asociado
a una variedad racial, produce el efecto
de acabar con el fenotipo y genotipo de las comunidades autóctonas, dado que
si se produce la integración y mezcla
con la población que acoge el resultado llevará a la desaparición de las
características genéticas y culturales de la comunidad receptora, en este caso
la blanca-europea-occidental, al aparecer como resultado una nueva realidad
racial distinta a la original.
Este razonamiento para nada pretende
colocar a unas comunidades raciales por encima de otras, tan solo hace referencia al peligro que para la
diversidad humana lleva aparejado este tipo de
mescolanza.
De este planteamiento se deriva que lo
fundamental para la diversidad humana es la protección y salvaguarda del
componente racial y cultural de cada
etnia. Siendo esto así:
África para los africanos, Asia para los
asiáticos, India para los indios y Europa y los países occidentales blancos
para los Europeos y occidentales.
Desgraciadamente no ocurre así y
ciertamente África es para los africanos, Asia para los asiáticos y la India
para los indios, pero Europa y los países occidentales de procedencia europea
es para todos, con lo que la biodiversidad se salvaguarda en todas las zonas de
la Tierra salvo en Europa y los occidentales originarios de ella.
Piénsese que a África se la denomina el
continente negro y a Asia el continente Amarillo, imagínese de qué ataques y
denigraciones sería objeto quién tuviese
la idea de denominar a Europa como el continente blanco.
Pues la diversidad y biodiversidad humana
tan solo puede ser salvaguardada centralizando cada raza en su espacio físico y
natural que le es propio, lo contrario daría lugar a la desaparición de los
elementos que definen y diferencian a
cada grupo humano en lo cultural y en lo físico.
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