Hace dos
días Londres fue escenario de un
supuesto asesinato en el que habría muerto apuñalado y degollado
un soldado del ejercito británico. Este
asesinato, repito que supuesto, habría
sido llevado a cabo por un
integrista musulmán como protesta, “ojo por ojo” señaló el asesino ante las
cámaras de televisión, por la intervención
militar británica en Afganistán e
Irak.
Pero sobre
la veracidad del tan publicitado atentado integrista
penden no pocos interrogantes, y es que
toda una serie de cuestiones
hacen dudar de la realidad del
incidente. Vamos a señalar cuales son estas:
Tras el
crimen, el supuesto asesino es filmado y
después el asesino habla ante una cámara allí presente, y es precisamente de
esta filmación de donde surgen la mayor
parte de las inconsistencias que ponen
en entredicho la realidad del atentado
integrista.
El asesino,
armado aún con un cuchillo y un hacha de carnicero increpa de modo exaltado al que le filma y
señala que la razón del crimen es la
intervención británica y pide que el
pueblo británico se deshaga de sus
gobernantes. Llama la atención que el cámara
se mantenga a tan corta distancia de alguien que acaba de asesinar y que continúa con las
armas con las que ha cometido el crimen. También resulta poco creíble que el
que filma no muestre la menor tensión puesto que la imagen no tiembla lo más mínimo.
La
filmación nos presenta al supuesto asesino con las manos ensangrentadas al igual que lo están las dos
armas blancas que porta, pero curiosamente el cuerpo y las mangas del chaquetón
que lleva están impolutas, careciendo de la más mínima mancha de sangre,
cosa imposible dada la cantidad de
sangre que el apuñalamiento y más aún el
degüello habría producido.
En la
filmación a la que nos referimos podemos ver otras cosas que tampoco cuadran,
como la actitud pasiva y para nada
nerviosa de los que son testigos del asesinato, tampoco resulta
creíble que la señora que pasa con el carro de la compra no muestre un mínimo de temor y ni siquiera se aparte al
tener delante a un exaltado con las
manos manchadas de sangre que esgrime dos armas blancas también ensangrentadas.
La postura
de heroísmo cuasi suicida que lleva a
cabo una chica al increpar y enfrentarse
a corta distancia con un asesino armado es más propia de una película de Van Dan que de la realidad, y más aún lo es que el
asesino armado se mantenga impertérrito escuchando la recriminación
sin amenazar con las armas a
quién le está afeando su conducta.
Otras
cuestiones a tener en consideración son la distancia, menos de 200 metros , a la que se
encontraba una comisaría de policía y los 20 minutos que tardaron los agentes
en acudir al lugar donde se había
desarrollado el incidente.
Todo esto
suena a montaje gubernamental, un
montaje que desde luego busca algún tipo
de objetivo. Pero ¿Cuál podría ser este?
No
olvidemos que Gran Bretaña es una de las
principales potencias que participan en la coalición militar que ocupa y lucha en Afganistán e Irak, y que la
población de este país es cada vez más
reticente a la participación de sus
soldados en guerras lejos de sus
fronteras.
Incidentes
musulmanes radicales como este servirían para que la población sintiese el
peligro del fundamentalismo islámico y favoreciese o al menos apoyase futuras
intervenciones militares en el extranjero, como sería el caso de las inminentes
intervenciones en Siria y quién sabe si en Irán
también. Podríamos estar entonces ante el comienzo de una tercera guerra
mundial.
Ayer se repitió
un incidente similar pero ahora en París, donde un soldado francés fue
apuñalado, Francia es otra de las
potencias fundamentales de la coalición internacional que precisa
movilizar a su población a favor de la
intervención, y más si esta se vende como defensa.
Otro aspecto
que llama la atención, al igual que ocurrió con los atentados de Boston, es lo
poco cuidados y elaborados que están.
Desgraciadamente tan solo se puede
colegir de ello que los que
dominan el mundo se sienten tan seguros en su poderío y confían tanto en la
estupidez de la población que no precisan siquiera de esconder sus
manipulaciones.
El Club de
Bilderberg se reúne este mismo fin de
semana en la ciudad de Londres, y como todos sabemos en estas reuniones se marcan cuales serán los
acontecimientos fundamentales para el mundo en los próximos años, y esta cada
vez más enconada animadversión
hacia los países musulmanes podría ser
un paso más hacia una intervención en
Siria e Irán.
La duda sobre lo que hasta aquí se ha expuesto se refiere a si realmente el soldado ha muerto o no. La repuesta es que lo más probable es que así haya sido, dado que el soldado falleció al ser atropellado al salir de un cuartel. Esta realidad para nada pone en cuestión lo antes señalado y que todo lo posterior sea un burdo montaje. Conociendo hasta que punto los Estados se someten a los intereses del Nuevo Orden que se trata de imponer a nivel mundial todo es posible, me refiero incluso a la causa del atropello.
Cuando el sujeto fue atropellado y posteriormente apuñalado y degollado no vestía de uniforme, tan sólo llevaba una camiseta que hacía referencia a los veteranos de Afganistán, demasiada coincidencia que se tratase de un atropello y posterior acuchillamiento fortuitos.
Otra cuestión que ha de quedar muy clara es que la invasión musulmana que la inmigración musulmana lleva aparejada en Occidente, especialmente en Gran Bretaña y Francia, resulta un peligro que puede dar lugar a acontecimientos como el que estamos analizando, pero sin necesidad de ser teatralizados.
Cuando el sujeto fue atropellado y posteriormente apuñalado y degollado no vestía de uniforme, tan sólo llevaba una camiseta que hacía referencia a los veteranos de Afganistán, demasiada coincidencia que se tratase de un atropello y posterior acuchillamiento fortuitos.
Otra cuestión que ha de quedar muy clara es que la invasión musulmana que la inmigración musulmana lleva aparejada en Occidente, especialmente en Gran Bretaña y Francia, resulta un peligro que puede dar lugar a acontecimientos como el que estamos analizando, pero sin necesidad de ser teatralizados.
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