No se trata de poner en cuestión si las medidas que el actual ejecutivo ha tomado y toma están en consonancia o si por contra entran en abierta oposición con lo que en el programa electoral señaló y con las ideas que decía defender , tal hecho salta a la vista, pero esa cuestión tendrá importancia para aquellos que dieron su apoyo al Partido Popular. Nosotros, los que no votamos, simplemente ponemos el acento en que muchas de las acciones que el actual ejecutivo está tomando resultan perniciosas tanto para
La lucha partidaria y los tejemanejes políticos pasan a un segundo plano cuando lo que verdaderamente está en juego es España como unidad y la justicia de los españoles.
Las cuestiones que el actual ejecutivo y el partido que lo sustenta está poniendo en marcha resultan gravemente negativas independientemente del hecho de que sean o dejen de ser coherentes con aquello que hubiesen afirmado durante la campaña electoral.
Si nos centramos en aquello que hace referencia a la defensa de la unidad y soberanía nacional la política desarrollada por el Partido Popular ha sobrepasado el rubicón de lo peligroso y ha encendido las luces de alarma de para cualquier español que se preocupe mínimamente por su continuidad como tal.
Comenzaremos por tratar el segundo de los aspectos señalados, a saber lo relacionado con la Justicia Social.
Las decisiones y medidas hasta ahora tomadas, y no llevan gobernando ni tres meses, no brillan precisamente por su sensibilidad respecto a la inmensa masa de parados y de pobres existentes, aunque su existencia se deba en gran parte a la nefasta gestión del anterior ejecutivo socialista.
La subida de los impuestos y la “flexibilización del mercado laboral”, eufemismo de facilitar el despido y recortar los derechos laborales, pone de manifiesto una baja sensibilidad social al buscar en el sacrificio de asalariados y trabajadores el asidero para salir de esta crítica situación económica.
Pero las medidas económicas aprobadas y las anunciadas ponen de manifiesto hasta que punto nuestra pertenencia al a la eurozona ha acabado con cualquier tipo de soberanía en lo que se refiere a la cuestión económica., esta situación nos muestra como nuestra patria está absolutamente vendida a los que se han dado en llamar “los mercados”, denominación esta que no hace otra cosa que esconder al capital financiero especulativo internacional.
Que a su vez maneja al eje franco-alemán que nos mueve a nosotros como marionetas al servicio de las finanzas internacionales.
En definitiva, un capitalismo que jugando con la concesión de créditos para satisfacer su avaricia ha entrado en crisis para después acudir a los estados para solicitar “inyecciones” de dinero para nuevamente privatizar los beneficios socializando las pérdidas.
En este punto las medidas de choque del Partido Popular han atacado a la clase asalariada y a las pequeñas y medianas empresas pero no han obligado a las entidades financieras a que devuelvan las cantidades ingentes que recibieron o que al menos hagan que reviertan a la población (familias y pequeñas y medianas empresas) mediante créditos asequibles libres de usura.
Por el contrario nos encontramos con que los bancos encontrarán en la tan publicitada dación por pago un inmejorable negocio en el que las administraciones habrán de pagar un alto interés por unos prestamos de dinero que las entidades financieras recibieron del BCE a unos bajísimos intereses.
Hasta aquí hemos hecho referencia a lo relacionado con la Justicia Social que tan relacionado está con la cuestión económica. Pero la realidad nacional, al igual que ocurre con la personal, no se reduce a ello, por mucho que el capitalismo, que actualmente dirige a la derecha y a la izquierda, mantenga lo contrario.
Hay una realidad que está por encima de votaciones, mayorías u opciones libres que es la sacrosanta Unidad Nacional, y ante ella no caben medianías ni intereses más o menos bastardos, nunca se puede confraternizar ni pactar con los enemigos de esta unidad pués ello no tiene otro nombre que traición y como tal ha de ser tratada.
Por ello no es aceptable que el PP pacte con el grupo independentista catalán Cy U. Apoya a este grupo colaborando con su abstención para lograr así la aprobación de los presupuestos de la Generalidad , a la par que critica la política de inversión lingüística que persigue la enseñanza y utilización del español en tierras catalanas.
Tampoco es de recibo que el Partido Popular apoye al socialista Paxti Lopez para que este sea Lendakari de la Comunidad Autónoma Vasca mientras que mantiene propuestas como el acercamiento de los presos e incluso que Herri Batasuna sea legalizada.
Por el contrario el PP tomó la postura de oponerse a una proposición de UPyD solicitando la ilegalización de Amaiur y de esta forma impedir su presencia en las instituciones tanto nacionales, autonómicas como locales, en este tema pudieron más los intereses electorales, tanto del PP como del PSOE, frente a los intereses nacionales.
El PSOE temía perder los votos más próximos a la derecha, mientras que el PP temía la pérdida de votos de su ala izquierda por culpa de un pequeño partido como es UPy D.
Temas tan graves como la posible secesión de Vascongadas o la cada vez más complicada situación en Cataluña, donde de hecho existe una secesión, no son abordados con la seriedad y contundencia con que deben ser enfrentados.
Después nos encontramos con que esos temas en los que tanto hincapié hizo el PP como distintivos respecto al PSOE, cuando han comenzado a gobernar no han sido afrontados, baste hablar de temas como el aborto, el mal llamado matrimonio entre personas del mismo sexo o la asignatura de educación para la ciudadanía.
La legislación que presentaba el aborto como un derecho de la madre no ha sido retirado ni siquiera se han iniciado los tramites necesarios para ello.
El “matrimonio entre homosexuales tampoco y la asignatura ha sido sustituida por otra que peca del mismo grado de inmiscusión que la criticada asignatura presentaba.
Con todo esto las alarmas se han disparados dado que la situación para España es crítica, especialmente en lo referente a su unidad, puesto que acudimos a que los actuales gobernantes, lejos de enfrentar el peligro, pactan con los nacionalistas.
En el terreno social el gobierno, capitalista al igual que el anterior, no se enfrenta a los especuladores internacionales sino que se pliegan vergonzosamente a ellos.
Las luces de alerta han saltado dado que muchos, entre los que no me cuento, contaban con que el presente el ejecutivo popular serviría para frenar la situación pero no es así, España se hunde en las ciénagas de la despreocupación, de la cobardía y de la traición.
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