Se habla mucho (sobre todo entre nuestra clase política) en estos últimos años de España y de los españoles, de conseguir un lugar preeminente de esta dentro del nuevo orden internacional y de la mejora de los españoles en lo económico y en lo social. Y aunque esto puede sonar muy bien, si nos paramos a analizar de un modo ligeramente detenido qué significado tienen esas afirmaciones es muy posible que después nos encontremos con que esa carga tan positiva pase a no serlo tanto.
En primer lugar se podrá ver que la España que dicen defender los actuales políticos (de uno y otro signo) se aparta muy mucho de la realidad de una España que parecen ni comprender, ni querer defender. De otro lado veremos como el nuevo orden que promueve y dirige Estados Unidos de Norteamérica se encuentra muy lejos de la idea hispánica sobre la relación entre las naciones y las razas (que España mantuvo sobre todo cuando fue cabeza de un Imperio). Y por último se verá como esa mejora que tanto se pregona debe ser juzgada de un modo global y no fijándose sólo en lo económico y en lo social, ya que en la comunidad social estos aspectos no dejan de ser una parte, y no precisamente la más importantes, pues la evolución en estos últimos años debe ser considerada de una manera más amplia, de otra forma estaríamos cayendo en un reduccionismo materialista al pasar por alto todo lo que se refiere a aspectos tales como la perdida de la conciencia y de la unidad nacional, la defensa del aborto (aunque sea sólo en algunos casos), la generalización de las parejas de hecho, etc.
En este análisis más pormenorizado la primera problemática la vamos a encontrar en lo que hace referencia a que se entiende por España, puesto que si por España se entiende tan solo la suma de un territorio, la población que en este habita y la verdad que surge fruto de la voluntad de la mayoría de los integrantes de esta población, se estará restringiendo (por no decir negando) a España misma, que es una realidad metafísica con una historia y un proyecto común.
Es una unidad que sostiene y a la vez se basa en unos conceptos, independientes y que están por encima de la cambiante voluntad de la mayoría que una generación pueda manifestar. Y es que España no puede reducirse a lo político (que está a su servicio y plantea una organización social), a lo económico (que es otro tipo de organización y muestra una realidad solamente material, ni a lo meramente geográfico (sustrato físico).
Mientras que no se reconozca su preexistencia histórica, su formación como entidad filosófica y caracterológica propia, resultado de la fusión de Oriente y Occidente, de Grecia y de Roma y todo esto encauzado y vivificado en el cristianismo, se estará negando a España misma.
España ha sido lo que ha sido gracias a la diversidad de los pueblos que la integran, los cuales a su vez han logrado superar su limitación aldeana y trascender a lo universal, merced a su unión con el resto de pueblos que componen España, ya que juntos han superado lo meramente geográfico y étnico para llevar a cabo una empresa universal.
Pero esta no es la España a la que se refieren cuando utilizan su nombre, los políticos actuales parecen limitar todo a un aspecto físico y a una organización social, quedándose tan solo en palabras tales como Constitución, Estatuto y a lo sumo Cohesión nacional. Eso no es España.
También nos queda afrontar la temática que hace referencia a nuestra situación en el concierto internacional, y mas concretamente nuestra “venturosa” inclusión en el nuevo orden mundial, inclusión esta que se nos presenta como un gran logro.
Desde la desaparición del bloque soviético y de la influencia comunista, pero muy especialmente tras los atentados del 11 de Septiembre, los Estados Unidos de Norteamérica han puesto en marcha todo su potencial (no solamente el militar) para lograr implantar en todo el orbe lo que se ha dado en llamar un nuevo orden mundial, el cual no se reduce a una conquista militar, aunque en ocasiones impongan la fuerza de sus ejércitos, sino más bien se trata de una conquista económica, pero ante todo cultural, de costumbres a través de la cual tratan de implantar un sistema liberal-capitalista que subyugará al resto de sociedades y filosofías vitales ( incluida por supuesto la visión católica e hispánica).
Pues bien, a este nuevo orden es al que nuestros actuales dirigentes consideran tan positivo unirse.
Sumarse al carro de este nuevo orden no es sino someterse a una manera de entender las relaciones internacionales distinta, cuando no opuesta , a la visión tradicional española, diferencia que es fruto de la distinta concepción del ser humano que tiene el protestantismo y sus continuadores políticos y el catolicismo y los suyos. Esta diferencia se ve claramente si nos fijamos en las opuestas formas en que se llevaron a cabo la conquista en el Norte y en el Sur de América. Es así que mientras en el Norte ni hubo mestizaje ni se respetó al nativo al no considerarlo un hijo de Dios, sino un mero obstáculo para poder conseguir nuevas tierras para los colonos, por contra en el Sur si lo hubo, los españoles se preocuparon de la evangelización de estas nuevas poblaciones, de llevarles la cultura y las universidades de su tiempo, así como a través de las Leyes de Indias se les protegió legalmente. Y por supuesto se le evangelizó.
¿Qué es lo que ocurrió? , Toynbee lo expresó perfectamente al decir que a América del Norte se fue con el Antiguo Testamento mientras que a América del sur se fue con el Nuevo.
Ahí está la raíz fundamental de la diferencia al entender y actuar en un mundo al que el español comprende y abraza mientras que el anglosajón lo piensa solamente en términos de victoria pues en él tan solo ve un peligro, España no puede plegar su política exterior a la de otra nación, y más siendo tan antitética a la de su propio ser. Se podrá objetar que nuestro país recibirá grandes contraprestaciones por tomar esta postura. Pues bien aunque España recibiese ayudas de tipo militar para conjurar el peligro que nos pueda venir del Sur, de tipo económico para mejorar en lo material o de inteligencia para combatir el terrorismo, nuestra patria deberá de realizar los sacrificios que sean necesarios para invirtiendo en nuestras Fuerzas Armadas y procurando crear una verdadera conciencia nacional mantener una política exterior independiente. Solamente una nación fuerte puede contar con la independencia suficiente.
Y por último nos referiremos al reduccionismo economicista (materialista) que se hace cuando al hablar de logros se hace referencia exclusivamente a lo económico: se habla de balanza de pagos, de inflación, de déficit, etc. pero se pasa por alto todo lo que se refiere a aspectos menos tangibles pero más decisivos para una nación (aunque por lo que se ve no deben ser considerados por todos de esta manera).
Para un gobierno que quiera ser tal, aspectos tales como el concepto de nación, en franca regresión entre la población española, el nulo apego a los símbolos nacionales, el peligro que sufre la Unidad de España, el descenso (cuando no pérdida) del principio de autoridad entre la juventud con respecto a sus padres, profesores, etc. no es considerado dentro del resultado de una política que mueve a hacer pensar que el pensamiento se ata exclusivamente a lo material.
Por supuesto que habrá quién nos diga que todo esto último no es consecuencia ni culpa de medidas que haya tomado el gobierno actualmente en el poder. A esto se le puede contestar con una serie de datos incontrovertibles cuales son:
-En lo que hace a la unidad de España:
Dentro del sistema autonómico se ha proseguido con la cesión de competencias a las distintas Comunidades Autónomas, con especial peligro al afectar muchas de estas al nacionalismo vasco, que termina utilizándolas contra España, poniendo en peligro la unidad de esta.
Utilización de terminología que trata de evitar toda referencia directa al problema que sufre la Unidad de España, en lugar de hablar de esta utiliza referencias a la cohesión territorial. Dentro de esta tergiversación , están reduciendo la problemática al tema legal de la Constitución y del Estatuto de autonomía vasco.
Los políticos de un signo y de otro basan la defensa de la permanencia de la “cohesión nacional” en aspectos tales como la voluntad mayoritaria de los vascos, cosa esta que pone en solfa cualquier idea válida de la unidad nacional.
-En lo que hace a la pérdida de la conciencia nacional:
El pretendido logro de haber puesto fin al servicio militar obligatorio, que tan solo ha servido, además de haber sido útil para conseguir unos cuantos votos más, ha conseguido por un lado terminado con uno de los pocos momentos en que los españoles rompían con su visión aldeana del mundo y al compartir su vida con compañeros de otras partes de España se sentían parte de una totalidad.
Hay otra actuación, aunque esta sea por omisión, que ha sido el no haber intervenido sobre la educación que en algunas partes de España se da a los niños, educación que les habla de pertenecer a pueblos independientes sojuzgados, que cuentan una historia falsa y una geografía circunscrita al territorio de su comunidad autónoma. .
-En lo que hace referencia al respeto a los símbolos nacionales:
Todo han sido cesiones, es más se han tomado decisiones para luego ceder a la hora de llevarlas a cabo, por ejemplo me estoy refiriendo a querer instalar una bandera nacional en el centro de Madrid para luego ceder a las protestas de los que no la respetan ni aceptan.
Otra cesión imperdonable fue cuando un día de las Fuerzas Armadas, el desfile que se celebraría en Barcelona, por la presión de los nacionalistas e independentistas transcurrió, en lugar de por el centro de la ciudad, transcurrió alejado de este.
Y que decir de la dejación de funciones al no hacer cumplir la ley en todo lo referente a la presencia de la enseña nacional en los actos públicos, acompañada de la de cada autonomía, así como su presencia en todos los ayuntamientos y edificios públicos.
-Refiriéndonos a la pérdida de la moral y el orden en el terreno público :
Es este el aspecto en el que quizá los defensores del actual gobierno piensen que su actuación es más coherente, ahora bien, precisamente es aquí donde encontraremos mayor número de similitudes con respecto a gobiernos de ideologías supuestamente muy distintas.
Es así que en el tema del divorcio no existe otra diferencia más que el no querer ampliar los motivos y facilidades para divorciarse, eso sí defendiendo la necesidad de su existencia.
En el tema del aborto otro tanto, ya que desde esa visión conservadora y liberal, mantienen que se debe conservar como legal el aborto provocado dentro de nuestras leyes(pero como buenos conservadores de lo que haya, sin añadir ningún supuesto más).
Otro tema es el de las denominadas parejas de hecho (sean estas heterosexuales u homosexuales), dando en este tema un paso más allá que en los anteriores, puesto que algunas comunidades y municipios gobernados por el partido en el gobierno es donde se han dado los primeros pasos prácticos para instaurar registros que acogiesen este tipo de uniones.
Como creo que ha quedado muy claro, la política que se está desarrollando en España niega una realidad trascendente de esta, trata de sumirla en la dependencia exterior , favorece aunque sea por omisión el peligro de ruptura nacional y da pasos hacia una moral política contraria a la que defiende la religión católica.
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