En estos momentos
la sociedad española se está viendo sometida a un proceso de ingeniería social
de un calado y una profundidad tales que cuando son conocidos nos abruman de
tal manera que pueden llegar a paralizar cualquier reacción frente a ella.
La extensión y profundidad de los medios de
los que se sirven aquellos que la aplican están en consonancia con la
importancia y trascendencia de los objetivos que los artífices de esta
manipulación tratan de alcanzar.
El objetivo
que buscan no es otro que hacer que comportamientos, acciones, costumbres o
valores morales que no son aceptados, cuando no son radicalmente rechazados, por
los componentes de una colectividad humana pasen a ser aceptados e incluso tomados
como punto de referencia para la interpretación del resto de los valores
morales y normas sociales o de organización social.
Esta técnica de manipulación social, que eso es lo que realmente es, no deja de ser una imposición puesto que de una manera sibilina pretende dominar a los individuos imponiéndoles una serie de conceptos morales o normas de comportamiento que van en contra de las que tienen, y dodo ello sin permiso alguno por parte del sujeto.
La técnica
que se está utilizando, cuyo nombre resultará conocido por parte de la
población, no es otra que la denominada ventana de Overton, la cual recibe el
nombre del autor de ella el científico político, lo que en la actualidad se
denomina politólogo, norteamericano Joseph Overton.
La ventana
de Overton es una técnica que mediante una serie de pasos llega a imponer a los
individuos cuestiones que son radicalmente rechazadas o consideradas
inasumibles.
Para que
esta técnica pueda alcanzar el éxito pretendido se hace precisa una sociedad
sin ideales claros y “tolerante”, es decir una sociedad liberal en la que la
verdad y la mentira, el bien y el mal no sean considerados realidades
absolutas.
Las fases que componen esta técnica pueden
dividirse en cinco:
-La primera
iría de lo impensable, incluso detestable, a lo radical. En esta primera etapa
se pretende llegar a crear una suerte de realidad aceptada por la conciencia
social.
En esta fase
el tema en cuestión se presentaría refiriéndolo siempre a la libertad de
expresión y se buscaría una suerte de apoyo o justificación científica que se
alcanzaría mediante un apoyo científico que realmente no sería tal. En realidad,
consistiría en presentar la conducta o planteamiento en cuestión a los científicos
ya que. Sólo con estar en el debate se le estaría dando un marchamo de cientificidad,
algo que en la actual sociedad vacía de creencias asentadas y que niega la
existencia de verdades absolutas todo lo científico es considerado algo asimilable
a lo dogmático. Siendo así que la conducta o el planteamiento moral en liza
dejaría de ser considerado tabú para pasar a verse como algo discutible. Para
ello es fundamental humanizar a aquellos que llevan a cabo cierto comportamiento
o mantienen el planteamiento ético-moral que se pretende normalizar o imponer,
en este sentido resulta fundamental humanizar al individuo para después
victimizarlo, presentándolo como persona maltratada por la sociedad y excluida
de ella. Dentro de este primer estadío habría que contar con un grupo que
defendiera de manera radical y abierta, esto daría paso a un debate y a una
confrontación de ideas que daría lugar a que el planteamiento moral-ideológico
o la conducta en cuestión dejaría de ser tabú pasando a ser meramente
discutible.
Un segundo
paso sería pasar de lo radical a lo aceptable. Es muy importante continuar con
el debate y la referencia a lo científico, pero aquí lo que es fundamental es presentar
y calificar a todo aquel que se niegue a considerar la posibilidad de debatir
la cuestión en principio incuestionable como intolerante, facha o retrogrado.
En esta segunda fase resulta también importante y sumamente útil establecer un
precedente, ya sea este histórico, mitológico o incluso ficticio al que poder
referirnos y quede en la memoria de las personas como algo clarificador.
En la siguiente etapa, la tercera, Se pasaría de lo aceptable a lo sensato. Aquí se presentaría el comportamiento pretensión o idea como algo que vendría justificado por la genética o la misma impronta presente en el sujeto. De esta manera el comportamiento, deseo o ideación pasaría a estar plenamente justificada. En esta fase aquellos que se oponen o se niegan a dar visos de realidad a lo que se considera justificable serán, al igual que en la fase anterior, criticados, etiquetados de personas detestables, intolerantes y atribuyéndoles actitudes y conductas criminales hacia aquellos que llevan a cabo ciertas conductas o manifiestan determinados pensamientos relacionados con la cuestión que se pretende imponer.
La cuarta
etapa sería el paso de lo sensato a lo popular, aquí resulta fundamental la
participación de los medios de comunicación, de los políticos y de personajes
populares y mediáticos que hablarían con normalidad de lo que en un primer
momento era rechazado y considerado una suerte de tabú. De la misma manera
muchas canciones, películas o series de televisión presentan como algo
perfectamente normal ciertos comportamientos, actitudes o posiciones. A fuerza
de ello se normaliza pasando incluso a popularizarse.
La quinta y
última fase señala el paso de lo popular a lo político. Este último paso consiste
en reflejar en las normas legales lo que a nivel popular se ha generalizado y
es considerado aceptable e incluso deseable. Los grupos e individuos
interesados en que se acepte y normalicen determinadas conductas y/o
pensamientos, por lo general grupos cercanos al poder, recurrirán a presentar a
través de los medios estadísticas mostrando el alto porcentaje, real o
inventado, de la población que acepta y secunda el comportamiento o
planteamiento que se trata de establecer.
En el caso
de nuestra patria quizá ni nosotros hayamos sido conscientes, salvo a lo mejor
al comienzo de los cambios que se han producido en la legislación, el
comportamiento y las ideas sociales de la sociedad española de la existencia y
puesta en marcha de un plan perfectamente diseñado y llevado a cabo para como
dijo el socialista Alfonso Guerra que a España no la reconociese ni la madre
que la parió, y perdón por la expresión, pero no es mía.
En España
Por desgracia la actuación con la que los enemigos de la verdad y del derecho
natural se ha encontrado ha resultado ser un terreno abonado para cambiar la
mentalidad de los españoles y hacer pasar por bueno y aceptable lo que no lo
era, y es que durante las últimas décadas el bombardeo ideológico que la
población ha soportado ha dado lugar a muy serios daños en la mentalidad y en
la moral española. Del mismo modo en nuestro país se han sumado unas técnicas
de manipulación social que resultan más sibilinas inclusive que las reseñadas
más arriba.
Me estoy refiriendo a la generalización interesada que busca alcanzar mediante la normalización aplicar a cuestiones concretas a otras que en un primer momento podrían parecer sin conexión alguna, me refiero a cuestiones como a la presentación de historias de amor entre una guardia civil y un inmigrante ilegal o la presencia absolutamente desproporcionada con la realidad de homosexuales y transexuales entre los personajes de películas, incluso infantiles, series o anuncios de televisión y prensa. Se presentan en la inmensa mayoría de los anuncios a personas de raza negra, esto se hace, aunque los mismos publicistas no sean conscientes de ello, para visualizar y aceptar la sustitución poblacional que la inmigración ilegal está produciendo.
También nos encontramos con una saturación de mensajes en todos los medios que resulta bochornosa, una presentación de comportamientos muy minoritarios y marginales que hasta hace relativamente no eran aceptados ni bien vistos, pero que a fuerza de imponerlos en series de televisión, incluso en series y programas infantiles, semanas del “orgullo”, presentadores, actores, etc. se han terminado convirtiendo en algo que es visto como absolutamente normal e inclusive aplaudible. Se ha convertido todo esto en algo que termina por presentar a todo aquel que no comulga con ello como un apestado.
Un último
aspecto, que quizá para muchos esté pasando desapercibido, es el de la
presencia desproporcionada respecto a la realidad de la población general, de
personajes de raza negra, homosexuales o de parejas interraciales que aparecen
en ellos. Todo esto nos es para nada casual si no que forma parte de una manera
de imponer lo políticamente correcto y la Agenda 2030 en la mentalidad de las
personas, variando sus concepciones morales si esto es necesario.
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