En esta
nueva entrada del blog voy a hacer referencia al terrible y catastrófico incendio
que en estos momentos está devastando la riqueza faunística, vegetal y
paisajística del parque nacional de Monfragüe, sito en la provincia de Cáceres.
Pero mi intención
primera es la de poner de manifiesto cuales son las consecuencias que provoca el
ecologismo de salón, esa pose naturalista perroflaútica y la actitud que
demoniza cualquier actividad humana en la naturaleza. Los que siguen estas
posiciones, sabiéndolo o no, están sirviendo a los planes del globalismo
internacional y apoyando sus intereses, que desde luego no son los de los seres
humanos , de los animales ni los del medio ambiente.
Para todos
aquellos que no conozcan el parque nacional y sus alrededores quiero poner de manifiesto
que esta reserva de la biosfera, como está también catalogada, que ahora mismo
está siendo destruida por el fuego es un verdadero tesoro natural dotado de una
riqueza faunística, especialmente de grandes rapaces, vegetal y paisajística como en pocas zonas del mundo se puede encontrar.
Pues bien, alcaldes
de la zona y expertos en ecología, biología y protección ambiental pusieron el
grito en el cielo de manera pública en la prensa y dirigiéndose a las autoridades
encargadas de la gestión y protección del parque, advirtiendo del gravísimo peligro
que amenazaba al parque debido a la falta de intervención en ellas tanto por falta de actuación de las autoridades
encargadas como por la prohibición que ayuntamientos y vecinos de la zona recibieron por parte de estas para mantener limpias las dehesas y bosques
de la zona.
Hace tan
solo cuatro semanas, concretamente el pasado 10 de junio, la Asociación de
amigos de dicho parque nacional señaló el descomunal peligro que se cernía
sobre la zona, y como un pequeño foco de fuego en la zona daría lugar a un incendio muy difícil de acometer
y de qué manera las medidas, más bien la ausencia de ellas, de las
administraciones involucradas han llevado a que el parque se haya convertido en
los últimos años en una verdadera tea que tan sólo espera un pequeño fuego para
arder como una pira.
Para
entender hasta que punto era peligrosa la situación en la que se encontraba el
Parque Nacional resultan especialmente esclarecedoras las declaraciones que
realizó el ex director general de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura,
Francisco Castañares, que actualmente preside la asociación más arriba señalada.
En esas declaraciones el señor Castañares denunció que desde el año 2019 la dirección del Parque no había realizado limpieza alguna en el mismo. Pero no fue solo él quién habló respecto al tema, ya que el alcalde y responsables del ayuntamiento de Serradilla, municipio con el único monte público de la zona dijeron: “ Estamos impotentes porque no podemos hacer nada, ni realizar ningún tipo de limpieza o de prevención de incendios porque no tenemos competencias al ser un monte que está dentro de un parque nacional donde un ayuntamiento no tiene competencias” Así clamaba el alcalde don Francisco Sánchez, alertando de que: “un incendio en esa zona sería muy difícil de controlar y se propagaría muy rápido”.
El antes
reseñado señor Castañares recordó que el parque nacional de Monfragüe llevaba tres
años de abandono y desidia por parte de la Junta de Extremadura, concretamente
por parte de la ahora denominada Consejería de transición energética. Aportando
datos como que “las 1500 hectáreas del monte de utilidad publica pertenecientes
a Serradilla, incluidas dentro del parque nacional son un auténtico polvorín
listo para arder. El resto del parque, algo más de 15000 hectáreas, aún con
otro tipo de vegetación está en condiciones similares”.
También
fueron blanco de las críticas la directora del parque Dña. Carmen Martín como
su antecesor en el cargo D. Alfredo Anega, los cuales no habrían realizado
trabajos de tipo preventivo como la realización o mantenimiento de cortafuegos,
limpieza de caminos: “ni los realizan, ni permitían que los realicen otros”.
Todo esto
entra dentro de esa visión que considera cualquier actuación humana en la
naturaleza como negativa y no aceptable, nos encontramos ante una nueva religión.
Estamos
asistiendo a como se diviniza la creación una vez que se ha negado al Creador.
Todo esto es puro panteísmo, es una suerte de paganismo chamánico que en la
actualidad se nos venden hasta desde el Vaticano, siguiendo la Agenda 2030.
No se puede
quitar a Dios de su lugar, restar al ser humano su realidad como imagen y
semejanza de Él y negar al hombre su lugar en la creación y esperar que todo esto no dé
lugar a verdaderas tragedias, naturales
y espirituales.
El recurso a
la adoración de la “Madre tierra”, el aplauso o silencio ante ídolos paganos
como la Pachamama no son el camino si no el camino al abismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario