miércoles, 15 de enero de 2020

EL PARADÓJICO ASESINATO DE SOLEIMANI POR EEUU.



                                                                         
                 

 
Puede resultar paradójico que el presidente Donald Trump ordenase al ejército norteamericano asesinar  al general iraní Quasem Suleimani cuando se daba por descontado que el asesinato de ese icono del ejército iraní y jefe de la élite de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) provocaría una acción de represalia contra las tropas que EEUU mantiene en varias bases de la ocupada nación de Irak, poniendo en serio peligro las vidas de miles de militares norteamericanos allí desplazados.

                                                       

 Como era de esperar el ataque de represalia, perfectamente legítimo, se ha producido por parte de misiles iraníes sobre dos bases que ocupaban tropas norteamericanas: las bases de Ain al Asad y la de Erbil, con un saldo de cuatro soldados iraquíes heridos según fuentes norteamericanas.mientras que por el contrario la Guardia Revolucionaria iraní aseguró que habrían muerto 80 “terroristas americanos” y que habrían destruido helicópteros y equipo militar.
Tras haber llevado a cabo esta acción de represalia el Líder Supremo iraní, Alí Jamenei, declaró en la televisión nacional de Irán que la a operación militar no era “suficiente” y que el objetivo es expulsar a las tropas estadounidenses de la región.
                                                 
El ministro de   Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Yavad Zarif aseguró que Irán sólo ha hecho uso de su derecho a la legítima defensa bajo el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y que no quiere una escalada, señalando: “No queremos una escalada ni la  querrá, pero nos defenderemos frente a cualquier agresión”.

Tras el asesinato del    general Soleimani y de la consecuente represalia iraní, los líderes iraníes están haciendo renovados llamados para la destrucción del Estado judío, señalando que esta aniquilación de Israel sería   la única respuesta por el asesinato del alto militar iraní.

Seyed al-Heidari, líder de una fuerza paramilitar iraquí que dirige Irán afirmó que Teherán está considerando a Israel  como el principal  objetivo de las represalias militares tras  el asesinato de Soleimani.
Nadie puede dudar que el presidente Trump y sus   asesores eran plenamente conscientes de que la acción bélica y asesina que iniciaban darían lugar a las graves consecuencias que anteriormente hemos   referido. Luego debe existir un objetivo lo suficientemente importante que justificase haber tomado semejante decisión.
Poco después de la represalia iraní fuentes no identificadas citadas por NBC News señalaron que Israel ayudó a Estados Unidos en la organización de la operación que condujo al asesinato de Qasem Soleimani.
Israel se habría sumado a la operación que tuvo lugar el tres de enero proporcionando a los estadounidenses detalles clave de inteligencia sobre el asunto. Detalles que sirvieron para verificar la localización de Soleimani en un vuelo nocturno que desde Damasco iba a Bagdad, información esta que se utilizó para informar a la CIA y que fué imprescindible para el asesinato de Soleimani.
El New Youk Times informo que el mismo primer ministro de Israel, Benjamín Netanyaju, habría hablado con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, antes del asesinato de    Soleimani, siendo el Estado judío el único aliado de Washington que estaba al corriente del tema y que habría colaborado activamente en el crimen.
La agencia de noticias de Irán Tasmin citó al jefe de la inteligencia del IRGC, Hossein Teb, el cual habría dicho: “Israel y Occidente han colaborado para asesinar a Soleimani para desencadenar una guerra religiosa dentro de Irán”.
Este sábado un alto cargo del ejército de Irán amenazó señalando que 35 objetivos de Estados Unidos en Oriente Medio así como Tel Aviv estaban al alcance de Teherán para vengar el asesinato del general Qassem Soleimani. Pero la reacción de Irán con respecto a Israel debido a su más que clara implicación en el asesinato de Soleimani no quedará ahí.
De la divulgación de la implicación decisiva de Israel en el asesinato del general Soleimani deriva la verdadera finalidad del ataque y asesinato ordenado por Donald Trump.

Todo esto carece de sentido si no lo situamos como un medio para alcanzar una ganancia mayor que la potencial  perdida que con toda seguridad se va a tener.
En el caso  que nos ocupa lo hemos de encuadrar dentro de la lucha que Donald Trump y su ejecutivo lleva a cabo en Estados Unidos contra el Estado Profundo, lucha que está obteniendo grandes logros al conseguir victorias sobre el poder financiero de Wall Street, remover el poder absoluto que detenta la Reserva Federal o poner coto a la podredumbre pederasta que controla mediante chantaje la política ly los medios de Norteamérica.
 Pero hay un poder, sin duda el más poderoso, que Donald Trump no ha logrado controlar, es más que continúa controlando la política exterior y militar norteamericana.  
Pero son Israel y el lobby judío los que realmente dirigen todos esos puntos de  poder junto a los medios de comunicación, y a través de todos ellos dirigen la política exterior de los Estados Unidos, una política que está al servicio de los intereses de Israel y no de USA ni de los norteamericanos.     

                                               
Es así que la decisión del ataque-asesinato, incomprensible si se la considera fuera de contexto, tendría un sentido muy claro en la lucha que viene desarrollando el ejecutivo de Trump. Se buscaría acabar con Israel y acabar con el poder que continúa  sometiendo Estados Unidos a los dictados del poder judío y de la influencia determinante del lobby sionista, un poder que se vería seriamente mermado  una vez descabezado del Estado sionista.
Si Irán, con la colaboración inestimable de Hezbolla, consiguen acabar con Israel o al menos hacer que se cierre sobre sí misma, la fuerza del enemigo sionista, colaborador principal del Estado Profundo, se reduciría hasta casi llegar a su desaparición.      


Aunque me repita quiero  dejar  bien claro que  esta es la única explicación plausible puesto que el gravísimo peligro de muerte al que se somete la vida de miles de soldados estadounidenses desplegados en Irán sólo se puede justificar si es para alcanzar un bien absolutamente preciso para la libertad de la nación norteamericana.


                                                 

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