Me voy a
referir a algo que tuvo lugar hace ya
un año y varios meses, voy a hacer mención a la alocución que pronunció
Donal Trump, actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el 25 de
septiembre del 2018 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Es más que
probable que muchos de los que estén leyendo la presente entrada consideren que
esta referencia está fuera de lugar en razón a su lejanía temporal y debido a
que desde entonces se han desarrollado muchos acontecimientos que sin tener relación
alguna con el discurso al que nos referimos son mucho más importantes.
Ante esta
objeción habría que aclarar que la alocución a la que nos referimos marca un
camino a través una serie de principios y vectores políticos que tratan de
provocar un vuelco absoluto en la política
y organización geoestratégica la que en
la actualidad rige la estructuración política
mundial.
Las palabras de dicho discurso ponían de
manifiesto una intención determinada de acabar con una política internacional globalista
que desde la élite oscura y las corporaciones financieras e industriales a su
servicio han implantado buscando acabar con las identidades y soberanías nacionales
para de esa manera mantener sometidos a los países-nación a las directrices y
mandatos de esas entidades multinacionales de la élite a la que nos hemos referido
antes.
Del mismo
modo hay que señalar que muchos de los acontecimientos que han acontecido y acontecen,
tanto a nivel local de Estados Unidos como a nivel internacional, son consecuencia
de la política que Donald Trump ha puesto en marcha y bosquejó en los
principios que presentó en el discurso al que nos referimos.
Ahora voy a reproducir
de manera literal algunos de los párrafos más clarificadores del discurso que
Donald Trump realizó frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas:
-
“Creemos
que cuando las naciones respetan los derechos de sus vecinos y defienden los
intereses de su pueblo pueden trabajar mejor para garantizar las condiciones de
seguridad, prosperidad y paz”.
-
-
“Cada
uno de nosotros hoy es emisario de una cultura distinta, una historia rica y un
pueblo unido por lazos de la memoria, la tradición y los valores que hacen que
nuestras patrias no se parezcan a ninguna otra parte de la tierra”.
-
“Es
por eso que los Estados Unidos siempre elegirán la independencia y la cooperación
sobre la gobernación y la dominación globales”.
-
“Respecto
al derecho de cada nación en esta sala a seguir sus propias costumbres,
creencias y tradiciones los Estados Unidos no le dirán como vivir, trabajar o
rendir culto, sólo te pedimos que honres nuestra soberanía a cambio”.
-
“Estados
Unidos está gobernado por estadounidenses. Rechazamos la ideología del
globalismo y adoptamos la doctrina del patriotismo”.
-
EEUU
“nunca ha creído en los enemigos permanentes”.
-
“En
todo el mundo, las naciones responsables deben defenderse de las amenazas a la
soberanía de la gobernación global, también de otras formas nuevas de coacción
y dominación”.
-
“Si
quieres democracia, conserva tu soberanía y si quieres paz ama a tu nación”.
-
“el
futuro pertenece a naciones soberanas e independientes que protegen a sus
ciudadanos, respetan a sus vecinos y honran las diferencias que hacen de cada
país especial y único”.
-
“EL FUTURO NO PERTENECE A LOS GLOBALISTAS, SINO A LOS PATRIOTAS”.
Antes de continuar quisiera poner de manifiesto mi oposición a los, a mi
modo de ver, incongruentes comentarios realizados respecto a Irán e Israel.
Pues es todo menos coherente defender de manera tan clara la soberanía de las
naciones y acto seguido condenar criticado la política de Irán respecto al
posible desarrollo de tecnología atómica de uso militar cuando ese Israel que en el mismo discurso defiende
cuenta ya con un arsenal nuclear de cerca de cuatrocientas bombas y misiles
nucleares.
Pese a haber defendido de manera entusiasta en el discurso la soberanía y
el derecho a mantener las tradiciones y particularidades de los pueblos
reconoce derechos a Israel sobre territorios que este país ha robado a los
palestinos, sus legítimos y ancestrales dueños. Pero más allá de pararse en
reconocer unos hechos consumados hace décadas, viene a reconocer el derecho
sobre tierras recién ocupadas o a situar su embajada en una Jerusalén que es
reconocida internacionalmente como ciudad abierta y no como capital de un Estado invasor.
Pero tanto el tema de la crítica a la política nuclear e interna de Irán
como la postura respecto al reconocimiento de los derechos israelíes, aceptando
de hecho la ocupación y anulación de cualquier tipo de soberanía de los
palestinos sobre su territorio, no pasa de ser una muestra de hasta que punto
los Estados Unidos son esclavos del poder sionista y su política exterior es
dirigida por el lobby israelí.
Pero para comprender estas incoherencias hay que enmarcarlas en el poder
que el lobby israelí tiene aún en la política exterior norteamericana.
Es precisamente para recuperar la identidad y soberanía de su nación que
la Administración Trump ha emprendido una lucha sin cuartel contra el Estado
Profundo, del que el poder sionista forma parte fundamental. Aunque los avances
en este combate los logros son muchos lo cierto es que uno de los poderes que
no han sido anulados, ni siquiera disminuidos, es el sionista.
Pero si este aspecto es criticable,
lo que resulta digno de aplauso y reconocimiento es la política exterior de apaciguamiento y diálogo,
excepción hecha aquella que afecta a
Oriente Medio y afecta a Israel.
De acuerdo con los principios que
Donald Trump puso de manifiesto en su discurso ante la Asamblea General de
Naciones Unidas la política exterior del presidente U.S.A. está siendo modélica a la
hora de respetar las idiosincrasias nacionales, sus soberanías y a la hora de
movilizar la diplomacia en lugar de recurrir a las agresiones bélicas que habían sido uso común en los
líderes norteamericanos que le precedieron.
Siendo así que las conversaciones al más alto nivel, pactos y
apaciguamiento con Corea del norte, con China y con Rusia lejos de ser
ampliamente aplaudidas han sido silenciadas o interpretadas de manera torticera
por los medios internacionales.
Otro aspecto coherente con los principios señalados en el discurso es el
hecho de no haber realizado invasión o
bombardeo alguno sobre naciones perfectamente soberanas, cosa que no ha sido resaltada por
la prensa internacional, vendida toda
ella al globalismo.
En cambio, al presidente Barak Hussein Obama, que ordenó nueve bombardeos
sobre países soberanos afectando en varios de ellos a población civil fue condecorado
con el premio nobel de la paz.
Pero claro hay que entenderlo, porque Obama, al
igual que Hillary Clinton, estaban sometidos a las órdenes del Estado Profundo
que combate Donald Trump.
Pero si destaca un hecho es el anuncio de Trump del abandono de la ocupación
de Irak y de Afganistán.
Esta medida ha pasado desapercibida voluntariamente
por los medios del Sistema, a la par que cualquier tuit o declaración del
presidente es inmediatamente criticada. Todo
esto no es otra cosa que la respuesta de un Estado profundo que ve como la
acción de un presidente pone en riesgo su dominio y maldad sobre la humanidad.
ha bajado muchisimo la calidad de este blog. decepcionado.
ResponderEliminardrumpf no es mas que un lameculos de israel. estados hundidos es una basura sin soberania controlada por israel. drumpf reconocio el holocuento. drumpf no es mas que un payaso siervo de israel. estados hundidos ya son minoria europea y ya ha sido etnicamente reemplazado por mejicanos. asi que de patriotas nada. lamebotas de israel si. si de verdad drumpf fuese independiente ya le habrian matado como hicieron con uno anterior.