López Obrador, el desagradecido.

                                                                                     

Creo que el presidente de los Estados Unidos mejicanos, Sr. López Obrador, se ha equivocado de pleno al solicitar al monarca español y a su Santidad el Papa que pidan perdón por la conquista y evangelización de América, y pienso que se ha equivocado dado que si algo debería haber hecho es dar gracias a ambos por el ingente esfuerzo que realizaron sus predecesores para llevar la fe y la civilización al Nuevo Mundo, un mundo que se encontraba sometido a la oscuridad, al terror y al salvajismo.

 Lo que me parece inasumible es que la máxima autoridad de un país hermano como es Méjico se permita llevar a cabo tan ingratas actuaciones políticas guiado por ese bulo anglosajón que es la Leyenda Negra, una narración fantasiosa que levantaron los enemigos de España y que desde hace décadas los historiadores han refutado totalmente.

                                                                         

La acción del presidente mejicano sólo se puede entender si se tiene en cuenta hasta que punto la manipulación marxista, la mentira indigenista y los intereses electorales obstruyen la capacidad de raciocinio y sumergen al citado sujeto en un mar de mentiras ordenadas por el pensamiento único de lo políticamente correcto, un pensamiento dirigido por esos que han sido y siguen siendo enemigos de la hispanidad y del catolicismo.

Como imperio destinado a llevar a cabo la empresa universal de la extensión de la fe de Cristo y consecuencia de ello civilizar, durante siglos España se desangro  a lo largo y ancho de toda la tierra, pero muy especialmente dedicó sus esfuerzos al Nuevo Mundo, donde no hizo otra cosa que liberar a la población indígena americana de las garras del terror  de unos “dioses” sanguinarios que les exigían  terribles sacrificios humanos, lo que les llevó a la esclavización de tribus enteras, a mantener continuas guerras y a vivir en la oscuridad de una vida  pendiente de unas divinidades  crueles amén de falsas.

                                                                    

Lejos de esa mentira de una España que no hizo otra cosa que matar y robar en las colonias, cosa que nunca fueron, nuestra nación creó universidades en suelo americano antes de que se fundasen en muchas zonas de Europa y cientos de años antes que apareciesen en los Estados Unidos de Norteamérica.

                                                                     

                                                                 

 España consideró a los territorios americanos como una parte más de los reinos peninsulares y a los indígenas ciudadanos con iguales derechos y deberes que los españoles de la península, de hecho estuvieron más protegidos por la corona que los españoles de este lado del Atlántico. Y quien lo ponga en duda no tiene más que ver las Leyes de Indias. 

                                                                

Ciertamente hubo abusos, pero que fueron fuertemente castigados por unas leyes especialmente protectoras de los indígenas

La Corona española proporcionó a los territorios americanos un grado de desarrollo, de cultura y de organización legal que las hacía muchísimo más avanzadas de lo que fueron las tierras conquistadas y sometidas por los ingleses, holandeses o franceses en el norte y el centro del continente americano.

Hay cosas que no puede perderse de vista cuando se hace referencia al tema de la presencia española en América.

Por un lado está el grado de mezcla étnica entre los conquistadores españoles y los indígenas del Nuevo Mundo.

                                                                   

Y por otro no se puede olvidar que cuando se iniciaron las luchas por la emancipación de los virreinatos de la corona española una gran parte de los realistas que combatieron junto a los españoles era población indígena que pensaban que bajo la corona española se respetaban sus derechos y tenían aseguradas unas propiedades que con la denominada Independencia perdieron, pues gran parte de los indígenas pasaron a ser considerados ciudadanos de segunda, cuando no de tercera clase.

Y desde luego no es el gobierno mejicano quién para presumir de cuidar y respetar a los indígenas, los cuales viven en la miseria y que están siendo masacrados en varias zonas del país.

Los españoles no pedimos que se nos den las gracias por nuestras aportaciones, pero lo que si exigimos es que por lo menos no se nos insulte.