La política
exterior española hace décadas que ha dejado de ser soberana, ha dejado de
servir a los intereses de España en el exterior para convertirse en el perrito faldero de la política
yanqui-sionista y de la paneuropea masónica de la Unión Europea y de la OTAN.
El hecho de llevar
a cabo esta política servil lleva tiempo socavando nuestra otrora honrosa
posición.
Hemos
mantenido una posición que ni era de aislamiento, ni de aceptar la injerencia
en nuestra política por parte de los EEUU o de la UE y la OTAN.
Pero todo
cambió desde el momento en que España entró a formar parte de la UE, entonces
CEE, y de la OTAN.
Para conseguir que España entrase a formar parte de esa Europa de
mercaderes masones hubimos de someternos a toda una serie de condiciones económicas
que de hecho ponían fin a nuestra
independencia económica y soberanía política ( tuvimos que desmantelar las empresas públicas,
privatizar otras también punteras, admitir y apoyar la banca privada, acceder a
que la banca internacional actuase libremente en España y por último aceptamos
que de hecho la política productiva fuese marcada desde Bruselas al someternos
a que la producción viniese marcada por las famosas “cuotas” y que libremente no pudiésemos subvencionar
los productos o empresas que considerásemos oportuno).
Todo esto
daba lugar a una cada vez mayor esclavitud
con respecto a la política masónica.
Pero
desgraciadamente aqui no acababa todo, aún faltaba la entrada en la OTAN y la consiguiente
sumisión total a los dictados del sionismo. Con la entrada en la organización
atlántica nos constituimos en aliados de una potencia que tenía una colonia en
nuestro territorio, dejamos fuera del
paraguas militar OTAN parte de nuestro territorio y nos obligamos a una
política militar exterior con países que nada tenían en común con nuestros
intereses.
Dentro del
contexto señalado hay que ubicar todas las decisiones que en política exterior
han ido tomando los distintos gobiernos de este pernicioso Sistema nacido en el 78.
Tras esta
introducción, que considero precisa, vamos a tratar el suceso que es la razón
de ser del presente artículo.
La cuestión
es que Rusia y el reino de Marruecos han firmado un gran acuerdo estratégico durante
la visita del rey alauita Mohamed VI a Moscú. Este acuerdo que ha sido rubricado por ambos mandatarios en el Kremlin perturbará muy seriamente los intereses de
nuestro país dado que las sanciones de la Unión Europea a Rusia por la adhesión
de Crimea han sido prorrogadas hasta julio de este año.
Estas
sanciones impiden las exportaciones de frutas y verduras a la Federación Rusa,
nos encontramos con que nuestras naranjas y tomates perderán un mercado un
mercado especialmente atractivo, por la cuantía de sus importaciones como es el
ruso.
Como es
lógico Marruecos no ha desaprovechado esta circunstancia y ha ocupado el
mercado que España ha dejado vacío en la Federación Rusa.
Por
casualidades de la vida (¿?) la visita del rey de Marruecos a Moscú coincide
con la ruptura de las relaciones entre la Unión Europea y el reino
norteafricano, una ruptura derivada de una sentencia del Tribunal Europeo de
Justicia que anuló el acuerdo comercial de productos agrícolas y pesqueros del
2012 entre los 28 y Marruecos debido a que en el acuerdo se incluía el Sahara
Occidental, que no está reconocido internacionalmente como territorio parte del
reino alauita.
No hay duda
de que este puede ser el primer paso para que Marruecos arrebate a España el valioso
mercado ruso de frutas , y más adelante lo haga con el pescado.
La gravedad
de estos hechos se notará cuando los agricultores se encuentren con que sus
productos no puedan venderse y sus ingresos sean cada vez menores. Y todo esto
por culpa del vergonzoso seguidismo que la política exterior hace a todo lo que
ordene y mande el sionismo norteamericano y la masonería de la Unión Europea.
Para los
intereses nacionales de España la Federación Rusa no es peligro alguno, más
bien todo lo contrario ya que nos conviene la organización mundial multipolar propugnada
por Rusia frente al imperialismo opresor con que viene operando Estados Unidos
desde la Segunda guerra Mundial.
Es así que participar en la política militar
agresiva que vienen desarrollando la
OTAN y los Estados Unidos contra la Federación Rusa es un gran error puesto que
con ello no sacamos nada positivo y por el contrario nos puede resultar
negativo.
Y lo hemos
hecho permitiendo que en el despliegue del escudo antimisiles participe la base
de Rota, enviando aviones de combate a la frontera con Rusia en los países
bálticos, participando en maniobras de la OTAN junto a la frontera rusa en los
países del este, etc.
¿Qué tiene
todo esto que ver con el tratado ruso-marroquí?, pues mucho, dado que Marruecos
pasará poco a poco a contar con la confianza militar y defensiva rusa ya que no
entra, como si viene haciendo España, en
las actitudes antirusas que tratan de aislar y poner contra las cuerdas a Putin.
En el marco de esta situación geopolítica y
formando parte del tratado ruso-marroquí, la Federación Rusa ha vendido a nuestro vecino, que no aliado, del sur un submarino de última
generación a precio de saldo, sólo 300 millones de euros.
Se trata de
un moderno submarino clase Amur-1650 de 72 mts de eslora y equipado con 18
misiles antibuque, 6 lanzadores de torpedos, capacidad de sembrar minas y un
sistema de combate de última generación, esto ha hecho saltar las alarmas en la
armada española dado que la marina real marroquí tendrá por primera vez
capacidad para controlar los accesos al estrecho de Gibraltar y las aguas que
circundan el archipiélago canario.
Fuentes del
ministerio de Defensa español consideran que es muy probable que en este
tratado entre también la compra de helicópteros antisubmarinos, los cuales
unidos a las modernas fragatas con las que cuenta la armada marroquí pondrían en seria desventaja la potencia
militar española en el mar.
A todo esto
nos ha conducido la “sabia” política exterior española y sobre todo el seguir
los dictados yanqui-sionistas.
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