El
atentado que sufrió la embajada de los Estados Unidos en Ankara el pasado día
1 de Febrero pone de manifiesto algo que no varía por el hecho de que el atentado, con claras trazas islamistas,
haya dido finalmente reivindicado por el ala turca del Partido Revolucionario
de Liberación Nacional-Frente (PHKP-C),
movimiento político de extrema
izquierda.
Lo
que resulta claro y palmario es que la
forma de actuar que mantienen los países occidentales para con los grupos terroristas
yihadistas va a terminar más pronto que tarde con un atentado o serie
de ellos de los cuales Occidente será el objetivo.
Los
grupos terroristas y guerrilleros salafistas participan en el juego interesado
que marcan las potencias de la OTAN y los EEUU mientras que este juego les resulte útil para
alcanzar su objetivo último, que no es otro que la creación de un emirato islámico universal en el cual todas las sociedades reconozcan como
verdaderas las enseñanzas del Corán
sometiéndose a ellas y en el que la
única ley sea la Sharía. Para
lograr esto, el primer escalón pasa por acabar con los regímenes islamistas
“moderados”, traidores y apóstatas para ellos, y con los situados en la zona de Oriente Próximo que se
acerquen a posiciones occidentales.
El
doble juego que está llevando a cabo la
OTAN pasa por servirse de los yihadistas cuando les interesa
(como ha ocurrido en Afganistán, Libia y ahora acontece en Siria). En todos los
casos antes señalados se les facilitó armamento, entrenamiento e información
para contar con ellos como aliados y de
este modo acabar con regímenes que tanto
occidentales como yihadistas querían derrocar.
Pero
es preciso tener en cuenta que aunque en un determinado momento los intereses
puedan converger a corto o medio plazo, la realidad es que los intereses últimos, y por tanto verdaderos, no sólo no
coinciden sino que resultan incompatibles.
En
este momento se da una situación poco
menos que grotesca. Las fuerzas con las
que se enfrentan militarmente Francia y
algunos países más de la
OTAN están pertrechadas, entrenadas y armadas por esos mismos
con los que se enfrentan.
Las
fuerzas guerrilleras que ocupan casi un 70% del territorio de Malí
provienen de Libia, eran las que conformaron lo que se dio en llamar Ejército
de Liberación Nacional Libio.
Estos
yihadistas lucharon junto a mercenarios, terroristas salafistas y al lado de tropas de
élite de la OTAN. Ahora , tras ser armados y
entrenados, penetran en Malí por el norte del país africano, procedentes de Libia, para conformar la
fuerza que se enfrenta con los soldados franceses, y los mismos aviones que
apoyaron su lucha contra Gadaffi ahora
los están bombardeando.
http://www.publico.es/internacional/392947/la-otan-presta-apoyo-logistico-a-los-rebeldes-libios
http://www.publico.es/internacional/392947/la-otan-presta-apoyo-logistico-a-los-rebeldes-libios
No
puede resultar de recibo para los islamistas radicales ser atacados por los que antes les apoyaban,
estas alianzas de conveniencia dejarán en algún momento de ser tales para convertirse en una
abierta enemistad, que es lo que
realmente existe por mucho que los estrategas oportunistas de la OTAN nos lo quieran presentar de otra forma.
Dándose
todas estas circunstancias no es de extrañar que la semana pasada páginas web
islamistas llamasen a los muyahidin a realizar atentados contra intereses de USA, contra territorio francés y del resto
de la UE.
Con
estas líneas debería quedar
absolutamente claro que los países
occidentales no deberíamos entrar en este doble juego sino mantener una
postura clara y enfrentada, al menos nunca colaboradora, con respecto a las
fuerzas yihadistas.
Parece
mentira que Occidente no haya aprendido
de la historia, y más aún de la reciente, La enseñanza es clara, los islamistas radicales
buscan nuestra desaparición y sometimiento, y si en ciertas circunstancias se prestan a
colaborar con nuestras fuerzas para derrocar algún régimen o mandatario es
porque este les molesta por estar más próximo a Occidente que los otros.
http://sp.rian.ru/international/20130114/156146368.html
http://sp.rian.ru/international/20130114/156146368.html
En
estos momentos el régimen que está en el punto de mira de Occidente es el sirio
de Bashad al Assad. Al igual que aconteció en Libia, el conflicto comenzó con
unos incidentes supuestamente populares
derivados del malestar de la población. Inmediatamente este caldo de
cultivo fue utilizado por las fuerzas integristas para presentarse Como el
brazo armado de tal hartazgo popular.
El
paso siguiente fue la realización de ataques terroristas presentados como terrible represión del Estado sirio. De este modo Occidente, los
EEUU y la OTAN
se vieron justificados ante sus opiniones públicas para entrar en acción, proporcionando armas y entrenamiento a los
yihadistas que luchan contra el régimen sirio. Pero en este caso nos encontramos con que
Turquía (miembro de la OTAN
y aliado de primer orden de los EEUU)
mantiene en su territorio un alto número de yihadistas, los cuales
penetran en territorio sirio para atacarlo. De ahí que para nada resultase
extraño, más bien todo lo contrario, que el atentado al que hicimos referencia
al principio fuese realizado por islamistas que
se veían nuevamente utilizados por la OTAN.
Y es que en estos mismos momentos compañeros suyos están
siendo atacados por esos mismos que les toman como aliados para servirse de
ellos.
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/56675-rebeldes-sirios-reciben-salario-dolares-estadounidenses
http://www.nacion.com/2012-03-07/Mundo/rusia-acusa-a-libia-de-entrenar-rebeldes-sirios.aspx
http://www.nacion.com/2012-03-07/Mundo/rusia-acusa-a-libia-de-entrenar-rebeldes-sirios.aspx
Nuevamente
es necesario negar cualquier tipo de apoyo a los terroristas yihadistas y olvidar
toda alianza con los salafistas.
Nuestros intereses son opuestos a los suyos, aunque en algún momento pueda
parecer lo contrario.
Lo
único que puede conseguirse es que
atentados golpeen suelo occidental, muy especialmente el de países de la OTAN.
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