Todos
aquellos a los que la ocupación de Palestina por parte de Israel, a los que la
expulsión de los habitantes de su territorio para después encerrarlos en el
gran campo de concentración en que han convertido Gaza, esos a los que las
continuas matanzas que Israel lleva a cabo mediante las F.D.I. (Fuerzas de
Defensa de Israel) y sus francotiradores, en las que son asesinados cientos y
miles de adultos y niños desarmados, se preguntarán cómo es posible que la
denominada “comunidad internacional”, tan humanitaria ella, permanezca
impasible ante semejantes crímenes contra la humanidad y haga oídos sordos a
los gritos que centenares de menores elevan desde las cárceles israelíes donde
son maltratados por el mero hecho de manifestarse con su bandera protestando
por la ocupación de su patria.
Es debido a
esta ausencia de reacción que la comunidad internacional y el Consejo de
Seguridad de la O.N.U. mantiene. Todo esta ausencia de respuesta se debe tanto al veto que levantan los E.E.U.U.
sobre cualquier resolución condenatoria contra Israel y sobre todo ante cualquier sanción. Pero también se debe a ese complejo de culpa que Israel ha sabido
inocular a la población mundial basándose en el gran mito del holocuento.
Este
complejo de culpa y la victimización de todo lo judío ha llevado a que nadie
que no quiera ser tachado de antisemita o defensor del holocausto se atreva a
criticar a Israel como genocida y criminal.
En otras
situaciones como la del Apartheid de Sudáfrica, se movilizaron todos los países
del mundo, con el apoyo y las resoluciones condenatorias de la O.N.U., los
cuales pusieron en marcha un boicot económico, social, político e incluso
deportivo que causó gran daño al régimen sudafricano, el cual terminó por caer,
y con ello desapareció el Apartheid.
Por el contrario,
en el caso de Israel hemos de asistir con verdadero asco a como esa misma
“comunidad internacional” que tan diligente ha sido cuando estaban en juego sus
intereses económicos mantiene un cobarde silencio y una colaboradora inacción
en lo que hace referencia a la ocupación y genocidio que lleva a cabo el Estado
judío en Palestina.
Es por todo
esto que se ha tenido que organizar la sociedad civil para llevar a cabo
medidas que deberían haber tomado las autoridades políticas de los distintos
países o las mismas Naciones Unidas.
Es así que
ha surgido un movimiento internacional denominado B.D.S. (en español: Boicot,
Desinversión y Sanciones).
La base en
la que se sostiene esta campaña internacional a nivel popular es el boicot,
cuestión que además de poder dañar de un modo claro la economía del Estado
sionista es sin duda una forma personal y sencilla en la que la población puede
participar si su intención es comprometerse en la defensa del pueblo palestino
frente a quién le oprime.
Participar
en el boicot a los productos israelíes a modo de protesta contra el
comportamiento criminal del Estado judío es tan sencillo como poner atención en
el número que en cada producto aparece bajo el código de barras.
Hay varias
cuestiones que dejan bien claro el hecho de que el boicot hace verdadero daño a
la economía israelí, por un lado nos encontramos con que varios miembros
directivos de la B.S.D. han sido asesinados por los servicios de inteligencia
de Israel, Mossad, y por otro está el hecho de que se hayan visto en la
obligación de cambiar el número que antes identificaba el origen israelí de sus
productos: el 729 por otro nuevo: el 871, para de este modo dificultar que las
personas que se sumasen a la campaña de boicot a los productos israelíes
pudiesen hacerlo realmente.
En otras
palabras y con claridad por si alguno de ustedes quiere sumares a este boicot
recuerden no comprar aquellos productos cuya clave comience con el número 871.
Desde aquí
quiero llamar a todas aquellas personas que se oponen al Estado de Israel y a
sus campañas de ocupación, asesinatos y torturas sobre niños, mujeres y hombres
palestinos a que participen en esta campaña de Boicot dado que las autoridades nacionales,
las organizaciones internacionales y todos aquellos que podrían hacerlo no
hacen nada y cobarde o complicemente guardan silencio.
Recuerden no
comprar ningún alimento, ropa, herramienta, electrodoméstico o producto
cualquiera en el que bajo el código de barras el número comience por:
871
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