Los
verdaderos responsables de esta crisis
de terrorismo y violencia están en la sombra y llevan siglos planeando todo
esto, su finalidad es que mediante la provocación de una espiral de muerte,
dolor y odio se produzca un enfrentamiento abierto entre cristianos y
musulmanes. Esta criminal élite oscura no es conocida ni por las víctimas del
terrorismo ni por los mismos terroristas.
Los cristianos son las inocentes víctimas de
este conflicto provocado por esta élite oscura, su finalidad es conseguir que
posteriormente surja un más que lógico sentimiento islamófobo de defensa, a su
vez los musulmanes están siendo manipulados con doctrinas wahabitas y takfiries
que movilizan las ya de por si criminales doctrinas del Corán, estas son
aplicadas desde la violencia como
respuesta a situaciones promovidas por esa misma élite oscura, con lo que de
ese modo se crean las condiciones que darán lugar al enfrentamiento buscado.
¿Pero a
quién puede beneficiar este diabólico mecanismo de pugna gradual que finalizará
en un enfrentamiento abierto?
Es a esto a
lo que esta entrada va a hacer referencia, puesto que nada puede resultar más
útil que sacar a la luz lo que las élites oscuras tratan
de llevar a cabo sirviéndose de nuestro desconocimiento.
En primer
lugar, y antes que nada, hemos de tener
en cuenta que para el judaísmo talmúdico en general y para el sionismo en
particular los gentiles o no judíos, que ellos denominan goyim, no somos más que
ganado creado con el único fin de servirles como esclavos . La finalidad del
mundo y de todos los países que
conforman la tierra no sería otra que estar
a sus órdenes y servir los intereses del “pueblo elegido”.
Un segundo
aspecto que hemos de tener en cuenta es la estrategia que el judaísmo y sus tentáculos masónicos han planeado para alcanzar los objetivos de
dominio y esclavización a los que
anteriormente nos hemos referido.
Esa
estrategia se basa en el aforismo latino
divide et impera (divide y vencerás),
esta estrategia se diseñó y puso en
marcha hace al menos siglo y medio.
Concretaremos
todo esto aportando datos fundamentales para tomar conciencia de la realidad a
la que nos estamos enfrentando, y de
este modo podremos dejar de considerar los sucesos que vivimos de la manera
superficial y manipulada que se nos vende.
Hay un
documento fundamental para tomar conciencia de que lo que vivimos y sufrimos en
la actualidad no pasa de ser un elemento
más dentro de la gran partida que desde hace siglos, o milenios, viene
jugándose sobre la faz de la tierra. En realidad no dejaría de ser un acto más
de la eterna lucha entre el Bien y el Mal.
El documento
al que me refiero es una carta que el año 1871 envió el masón grado 33 y
satanista Albert Pike al líder de los iluminados de Baviera, conocidos como
Iluminattis, Giuseppe Mazzini.
Esta carta estuvo
expuesta en la biblioteca de Brithis Museum de Londres, cuando el antiguo
oficial de Inteligencia de la armada canadiense William Guy Carr la copió.
El contenido
de esta carta es sumamente importante pues pone de manifiesto con 43 años de antelación la Primera Guerra Mundial,
con 77 la Segunda y habla también de una
tercera que aún no se ha producido.
Lo que es
fundamental para el tema que tratamos en este artículo son las razones por las
que se habrían de desarrollar las tres guerras mundiales.
Dado el
valor inmenso que tiene esta carta paso a transcribirla en su integridad:
“La Primera
Guerra Mundial debe producirse para permitir a los Iluminati derrocar el poder
de los Zares de Rusia y hacer de ese país una fortaleza de ateísmo Comunista.
Las divergencias causadas por los agentes de los Iluminati entre los Imperios Británico
y Alemán se usarán para fomentar esta guerra. Al final de la guerra el
Comunismo se erigirá para destruir otros gobiernos y para debilitar las
religiones”.
“La Segunda
Guerra Mundial debe fomentarse aprovechándose de las diferencias entre los
Fascistas y los Sionistas políticos, esta guerra debe enfrentarse para que el
Nazimo sea destruido y el Sionismo político sea suficientemente fuerte para
crear un Estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra
Mundial, el Comunismo Internacional debe
hacerse suficientemente fuerte como para contrarrestar a la Cristiandad,
que entonces será constreñida y controlada hasta el tiempo que la necesitemos
para el cataclismo social final.”
“La Tercera
Guerra Mundial se fomentará aprovechando las diferencias causadas por los
agentes de los Iluminati entre los Sionistas políticos y los líderes del Mundo
Islámico. La guerra debe conducirse de un modo que el Islam (el mundo arábico
musulmán) y el Sionismo político (el Estado de Israel) se destruyan mutuamente. Mientras tanto, las otras
naciones, una vez más divididas sobre este asunto se verán obligadas a luchar
hasta el punto de la completa extenuación física moral, física, espiritual y
económica… Desataremos a los Nihilistas y a los ateístas, y provocaremos un
cataclismo social formidable que en todo su horror mostrará claramente a las
naciones el efecto del ateísmo absoluto, origen de la crueldad y de los
disturbios más sangrientos. Entonces, en todas partes, los ciudadanos obligados
a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminarán a esos
destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con la
Cristiandad cuyos espíritus teísticos estarán desde ese momento sin brújula ni
dirección, ansiosos por un ideal, pero sin saber dónde dirigir su adoración, recibirán la verdadera luz a través de la
adoración universal de la doctrina pura de Lucifer, sacada finalmente a la
vista pública. Esta manifestación resultará a partir del movimiento
reaccionario general que seguirá a la destrucción de la Cristiandad y el ateísmo,
ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo”.
No hay que
olvidar que el que redactó y envió esta
carta señaló que lo que narra en la misiva lo recibió de su “espíritu guía”, loase demonio. Tampoco se puede pasar por alto que todo lo señalado respecto a
las dos primeras guerras mundiales se ha
cumplido de modo escrupuloso, lo que nos hace plantearnos la realidad de un futuro más próximo de lo
que podemos suponer. Y desde luego no
podemos pasar por alto que ya se están moviendo las fichas en el tablero de la
geopolítica internacional para desencadenar la guerra que termine enfrentando el Islam con el Sionismo político,
que desgraciadamente en la actualidad no sólo está constituido por Israel sino
por casi todo Occidente cristiano -incluida la jerarquía católica-, buscando
acabar con la Cristiandad e implantar el
dominio de Lucifer.
Llegado a
este punto hay que recordar las palabras
de Nuestro Señor Jesucristo recogidas en Juan 8,44, en las que dice a los
judíos: “Vosotros sois hijos del diablo, y así queréis satisfacer los deseos
de vuestro padre…”
O cuando en
Apocalipsis 3,9 podemos leer: “He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga
de Satanás que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten…”
Creo que
queda absolutamente claro quién está detrás de estos planes que en la carta se
han descrito.
La cuestión
que ahora nos debemos plantear es cuales son las estrategias y las acciones de
los que en estos momentos se sirve la élite luciferina para implementar los
planes que pasan por esa Tercera Guerra Mundial.
Por supuesto
tratarán de enfrentar a las comunidades cristianas y musulmanas hasta llegar a
un conflicto generalizado que les permita hacerse con el poder total e
implantar el dominio de Satanás, el suyo. Para lograr este fin deben crear un odio mutuo entre ambos grupos, y lo
hacen estableciendo las condiciones que les obligue a verse atacados y por
tanto en la obligación de defenderse-atacar.
Para señalar
los métodos que se están utilizando no es preciso alejarse mucho en el tiempo,
basta con retrotraernos a los autoatentados llevados a cabo el 11 De Septiembre del año 2001 en Nueva York y Washington.
Los que
verdaderamente dominan la política
norteamericana, en especial todo lo relacionado con la política exterior y militar
( me refiero al lobby judío), decidieron
desatar en toda la zona musulmana una agresión de tal calibre que se iniciase
un rencor y odio a todo lo occidental (que la inmensa mayoría de los musulmanes
equiparan con cruzado-cristiano). Para justificar mi afirmación me remitiré a
unas declaraciones del general norteamericano de cuatro estrellas Wesley Clark,
que era Comandante Supremo de la O.T.A.N.
Este general
señaló que el día 20 de septiembre uno de los generales a sus órdenes le informó
de que la entonces cúpula política
(Rumsfield y Wolfowitz especialmente) había decidido entrar en guerra con Irak y que
le presentó una memoria de la oficina del Secretario de Defensa en el
que se describía como iban a invadir 7 países en 5 años: Irak, Siria, Líbano,
Sudán e Irán.
Las
invasiones que se llevaron a cabo dieron lugar a que en países laicos o
moderados (como era el caso de Irak, Libia, etc) el radicalismo islámico
yihadista creciese de manera inusitada y contase con la ayuda de las monarquías
wahabíes.
Esto creo,
al igual que Israel había producido con
la invasión de Palestina, un sentimiento de odio hacia occidente y los
cristianos-cruzados.
Más tarde la
acción de los servicios de inteligencia occidentales, especialmente de la C.I.A. del
M.I.6, de los servicios de las monarquías del Golfo y del Mossad crearon y apoyaron grupos armados de
musulmanes radicalizados que en un principio les resultaban útiles, como
Al-Qaeda en la lucha contra los
soviéticos en Afganistan o el ISIS, Daesh en árabe, para derrocar a Bashar
Al-Assad en Siria.
Estos grupos
terroristas, en especial ISIS ha contado hasta hace muy muy poco con el apoyo
militar de la O.T.A.N y de EEUU y con el económico del eje anglo-saudí.
Y es
precisamente la acción cruel y criminal de estos grupos en Oriente Medio y ahora en Europa la que está provocando la
más que comprensible reacción islamófoba de una población víctima de acciones
terroristas indiscriminadas.
A estas
acciones es preciso sumar los numerosos
atentados de falsa bandera que la élite
lleva a cabo en territorio europeo para agudizar esta situación que se aproxima
al conflicto bélico interno.
Por último
nos encontramos con que la reacción de
principales países occidentales es la de
llevar a cabo ataques militares aéreos contra poblaciones, como lo ha
hecho Francia tras el atentado de Niza,
que causan numerosas víctimas civiles a la par que incrementa el odio contra
occidente y multiplica el número de yihadistas.
De esta
manera, voluntariamente o no, se está colaborando con los planes de la élite
oscura.
Desde luego
que la solución a esta grave crisis en la que nos han metido los de siempre no tiene una solución
sencilla, pero como mínimo hemos de
tener clara conciencia de que todo esto es resultado de una estrategia
bien diseñada, y que ciertamente los
musulmanes son un problema pero los judíos son el problema.
Gracias a
Dios parece que algunas personas están
despertando y sobreponiéndose al odio se van dando cuenta de quién está
realmente tras todo esto. Me refiero por ejemplo a los chiitas libaneses de
Hezbollá que se enfrentan con Israel pero
no sólo no luchan contra los cristianos sino que los defienden e
integran a la par que combaten duramente a Daesh.
Ojalá que
los occidentales podamos sobreponernos a esta diabólica serie de acción-reacción y veamos la
culpabilidad de la sinagoga de Satanás.
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