Se celebra el día de la Hispanidad, aunque por desgracia
no tiene ahora nuestra Patria mucho que celebrar puesto que no ha habido en
nuestra ya milenaria historia una situación más crítica y grave que la actual.
Ciertamente ha habido en ella muchos momentos de enfrentamientos bélicos,
de situaciones económicas penosas y de
momentos en los que la Unidad nacional ha corrido peligro, pero aún cuando España atravesaba esas circunstancias
siempre existía en el pueblo español
una conciencia nacional sobre la
cual se podrían superar los problemas y
que permitiría que volviese a resplandecer
la España de siempre, la de las misiones universales.
Desgraciadamente en
estos momentos la situación es muy
grave, tanto lo es que España nos duele,
y nos duele mucho, precisamente nos duele porque la queremos tanto que no podemos
verla sumergida en el fango, no podemos verla ahogándose mientras la inmensa mayoría de sus hijos
miran por otro lado ignorando su
maternidad. España corre el serio riesgo
de que su sacrosanta unidad se rompa y que Cataluña se separe. Millones de españoles malviven
en situaciones de hambre y miseria mientras la casta política, esa nueva raza de
caciques, roba a manos llenas.
Pero igual de grave
que las situaciones referidas lo es el hecho de que aquellos especialmente encargados de salvaguardar la Unidad Nacional
y velar por la vida digna de los españoles miren hacia otro lado y se vendan
por cuatro monedas y una palmadita en el hombro.
Desde la más alta magistratura del Estado, que es
supuestamente la personificación y garantía de la unidad patria, pasando por
aquellos que solemnemente juraron
defender la Unidad nacional hasta la última gota de su sangre, pasando
por las autoridades nacionales y los españoles
todos, a nadie parece importarle lo que a nuestra Patria le pase.
Traiciones y perjurios, ingratitud y cobardía parecen ser las únicas actitudes que los hijos de España son capaces de poner en marcha para proteger
a la Patria que corre tanto peligro.
En estos momentos los
españoles de a pié tenemos que mostrar nuestra españolidad y preocupación con
los más próximos y desagraviar la enseña
nacional de tanta befa como sus enemigos secesionistas y antiespañoles les dedican, para ello nada mejor que colocar
hoy la enseña nacional en nuestras
terrazas.
Y a aquellos que les
corresponda, que cumplan con su deber, caso contrario ya se lo demandarán Dios,
España y todos los españoles.
¡¡¡VIVA
ESPAÑA!!!
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!!
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!!
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