viernes, 11 de octubre de 2013

Nos duele España.


                                                                     

 Se celebra el día de la Hispanidad, aunque por desgracia no tiene ahora nuestra Patria mucho que celebrar puesto que no ha habido en nuestra ya milenaria historia una situación más crítica y grave que la actual. Ciertamente ha habido en ella muchos momentos de enfrentamientos bélicos, de  situaciones económicas penosas y de momentos en los que la Unidad nacional ha corrido peligro, pero  aún cuando España atravesaba esas circunstancias siempre existía  en el pueblo español una  conciencia nacional sobre la cual  se podrían superar los problemas y que permitiría que volviese a resplandecer  la España de siempre, la de las misiones universales.

Desgraciadamente  en estos momentos la situación  es muy grave, tanto lo es que  España nos duele, y nos duele mucho, precisamente nos duele porque la queremos tanto que no podemos verla sumergida en el fango, no podemos verla ahogándose  mientras la inmensa mayoría de sus hijos miran por otro lado ignorando  su maternidad.  España corre el serio riesgo de que su sacrosanta unidad se rompa y que Cataluña  se separe. Millones de españoles malviven en  situaciones  de hambre y miseria mientras  la casta política, esa nueva raza de caciques,  roba a manos llenas.

Pero igual de  grave que las situaciones referidas lo es el hecho de que aquellos especialmente  encargados de salvaguardar la Unidad Nacional y velar por la vida digna de los españoles miren hacia otro lado y se vendan por cuatro monedas y una palmadita en el hombro.

Desde la más alta magistratura del Estado, que es supuestamente la personificación y garantía de la unidad patria, pasando por aquellos que solemnemente juraron  defender la Unidad nacional hasta la última gota de su sangre, pasando por las autoridades nacionales y  los españoles todos, a nadie parece importarle lo que a nuestra Patria le pase.

Traiciones y perjurios, ingratitud y cobardía  parecen ser las únicas actitudes que  los hijos de España  son capaces de poner en marcha para proteger a la Patria que corre tanto peligro.

En estos momentos  los españoles de a pié tenemos que mostrar nuestra españolidad y preocupación con los más próximos y desagraviar  la enseña nacional de tanta befa como sus enemigos secesionistas y antiespañoles  les dedican, para ello nada mejor que colocar hoy la enseña  nacional en nuestras terrazas.

Y a  aquellos que les corresponda, que cumplan con su deber, caso contrario ya se lo demandarán Dios, España y todos los españoles.


                                    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!       
                        ¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!! 





jueves, 10 de octubre de 2013

Inmigración marroquí.


                                                                           


        En la última década se está dando  un fenómeno migratorio que cada vez resulta más numeroso, un fenómeno que no se circunscribe exclusivamente a España, puesto que Europa toda parece haberse convertido en la nueva tierra prometida para millones de personas que habitan en condiciones paupérrimas el continente africano. De todas formas existe un tipo de inmigración, la magrebí en general y marroquí en particular, de la cual pretendemos ocuparnos en esta entrada.
La inmigración  procedente de Marruecos ocupa en España el tercer puesto en importancia numérica después de la procedente de Hispanoamérica y de algunos países del este. Ahora bien, las características específicas de esta población  inmigrante la hace digna de un comentario muy especial pues como veremos existen una serie de características  determinadas por su idiosincrasia  que hacen especialmente complicada su estancia entre nosotros.

Lo primero que hay que señalar es que el hecho de poseer  una lengua, una religión y unas costumbres distintas a las nuestras favorece una seria dificultad a la hora de establecer un contacto adecuado con los nativos del país que los recibe. Pero por desgracia esta dificultad no se debe exclusivamente a unas cuestiones que pueden ser superadas, como vienen demostrando todas aquellas personas que llegan procedentes de Hispanoamérica o del este europeo.
Cuando hablamos de marroquíes , nos estamos refiriendo a inmigrantes que antes de haber llegado a nuestro país se encuentran ya empapados de cierto resentimiento histórico y cultural contra España, que es vista como usurpadora de parte de su territorio, como sociedad que ha caído en el imperdonable pecado de la apostasía y que al vivir sumida en una cultura cristiana, superficial y hedonista tan solo puede ser un peligro  a la hora de extender esos males entre los buenos musulmanes.
Pero a todo esto hay que sumar el secular enfrentamiento entre el Islam y los “infieles” cristianos.

          Curiosamente se da la paradoja de que esos mismos que en tan poca estima tienen a España ponen luego sus ojos en nosotros a la hora de iniciar la emigración. Por supuesto que existen factores, algunos de los cuales pueden parecer anecdóticos, como que se vean con mucha facilidad los canales de la televisión de España, la proximidad geográfica o el hecho de considerar a España como herencia del Al-Andalus que están atrayendo una cantidad ingente de marroquíes.
Antes de entrar a formular cuales son esos peligros, los problemas de integración y las causas que se dan en la inmigración marroquí, hemos de ser capaces, prescindiendo de las anteojeras de lo políticamente correcto, de verificar una realidad que no es otra que la dificultad de integración  de los musulmanes.

La situación no viene determinada ni por la cultura, que es distinta a la nuestra en todos estos grupos de inmigrantes, ni por la lengua, diferente al español entre los dos últimos colectivos señalados, ni se debe a una cuestión racial, que resulta obvia en el caso de los subsaharianos. ¿Dónde está pues la razón de esa terrible dificultad de integración y de esa creación de ghettos  por parte de los mismos inmigrantes marroquíes?.

La religión musulmana es de por sí no solamente distinta, como suelen ser la inmensa mayoría, sino que además es excluyente, considerando a todo aquél que no la profesa como un infiel que debe convertirse  al Islam aunque sea por la fuerza. La mentalidad musulmana resulta peligrosa puesto que no acepta que un  infiel tenga potestad para mandar sobre un musulmán, que un musulmán pueda estar bajo la autoridad de una mujer y que ve las leyes del país de acogida como unas reglas que no les obligan  puesto que sólo la Sharia, la ley islámica, tiene validez.

                                                                    
La visión que tiene el musulmán es finalista, para la consecución del triunfo del Islam está justificado cualquier medio, de este modo la palabra dada no tiene valor alguno si se empeña con un infiel. De la misma manera hemos podido comprobar que la legalidad, sea esta internacional o nacional, estará siempre supeditada a una legalidad que procede de la superioridad del Islam.

                                                                       
El musulmán al ser finalista se someterá a los infieles, sus costumbres o sus leyes en tanto en cuanto sirvan a la consecución de sus fines.
Cuando un seguidor de Mahoma se encuentre en una sociedad de infieles se producirá una actitud de aislamiento buscando el mínimo contacto posible para no “contaminarse” y evitar así tener que someterse a leyes y costumbres infieles o verse dominado por su autoridad.. En el caso de los inmigrantes a los que nos estamos refiriendo son ellos mismos los que marcan un límite a partir del que el resto de los nativos que les acogen no pueden pasar.

El inmigrante marroquí se ve sometido a una fuerte tensión, resultante de fuerzas confrontadas que si por un lado les acerca a la sociedad de acogida (bienestar económico, libertad y ambientes que en su tierra de origen no podría ni soñar), por otro les aparta (visión de costumbres, actitudes y planteamientos religiosos  que son consideradas poco menos que diabólicas).
Hay otro aspecto que resulta fundamental para conformar la actitud de ese inmigrante, este aspecto deriva directamente de las expectativas con las que haya acudido al país de acogida, en este caso a España. La realidad es que las expectativas de un trabajo digno y de un bienestar económico con las que acude esta persona a nuestro país resultan defraudadas en la práctica totalidad de las ocasiones. La frustración de las expectativas suele dar paso a culpar a la sociedad de acogida  y termina en un rencor hacia ella.  Esta situación de frustración y de malestar suele dar lugar a que el sujeto se sienta más abandonado  y se junte con sus nacionales, acudiendo allí donde más cercano se sienta de sus costumbre y tradiciones, este sitio no suele ser otro que las mezquitas y grupos  marroquíes que por lo general suelen estar controlados y dirigidos por los islamistas radicales.
De este modo, sujetos que se encontraban apartados de la práctica religiosa regresan a ella y  aquellos que si  lo estaban se radicalicen. Los islamistas radicales saben jugar muy bien con ese rencor hacia la sociedad occidental y con la morriña que el inmigrante siente de toda su cultura.


Dadas las circunstancias actuales de ataque islamista contra nuestras sociedades, deberían ser muy tenidas en cuenta por las autoridades, de modo que tan solo pudiesen acudir a nuestro país aquellos que puedan encontrar trabajo, y evitar así esa frustración que les hace fácilmente manipulables y por otro cuidar de que las mezquitas legales no fuesen utilizadas por radicales  o que las ilegales pudiesen continuar funcionando.

                                                                    


miércoles, 9 de octubre de 2013

El latrocinio del Tratado de Versalles.y sus consecuencias



                                                                       

Todo lo que acaece  a lo largo y ancho de la  historia, especialmente  los acontecimientos más  destacados  e influyentes, para nada son  fruto de la casualidad o tienen su origen último en las extravagancias de individuos aislados.

Todas las realidades históricas, por mucho que se nos quiera convencer de lo contrario, derivan y son consecuencia de unas realidades y  aconteceres que previamente se han dado y que unas voluntades previamente han producido en pos de la consecución de unos fines más o menos  ocultos.

Resumiendo, los acontecimientos históricos, lejos de ser casuales son causales. Esto ha de ser tenido siempre en cuenta aunque se nos pretenda convencer de que la responsabilidad de los eventos históricos se encuentra exclusivamente en aquellos que los pusieron en marcha, la realidad es que su actuación suele ser la reacción a circunstancias que otras voluntades crearon  con la intención de alcanzar  objetivos en su mayor parte  espurios e inconfesables

Esta realidad es negada por la historiografía  oficial dado que la historia que se presenta, tanto al gran público como a los estudiantes universitarios, no es otra cosa que una fábula en la que todos se han puesto de acuerdo, un acuerdo que viene determinado por un sometimiento a lo políticamente correcto.
Pero en la actualidad no hay nada que esté más sometido a lo políticamente correcto y que por tanto  olvide  voluntariamente la causalidad como todo lo que tiene que ver con la última gran guerra, y especialmente se da en los hechos históricos  que la propiciaron.

En esta entrada vamos a prescindir de ese voluntario olvido de la causalidad y nos referiremos a ese latrocinio que fue el Tratado de Versalles. Verdadero ataque a la dignidad del pueblo alemán, un tratado que puso las bases para el posterior inicio la Segunda Guerra Mundial, y es que  no se puede humillar a un pueblo, atacar su integridad territorial  y  hundir su economía sin pensar que más pronto que tarde ese pueblo  se levantará contra esa situación y sus responsables.

Este tratado fue firmado por Alemania y las potencias aliadas el  28 de Junio de 1919 en el Salón de Espejos del Palacio de Versalles una vez que finalizó la Primera Guerra Mundial, aunque unos meses antes había sido firmado el armisticio que pondría fin a los combates.
 Como podrá  verse en las siguientes líneas, tanto por las circunstancias previas   a su firma, por las consecuencias territoriales y económicas, así como las referidas a la pérdida de soberanía y al ataque a la dignidad nacional todo lo relacionado con el Tratado fue  un sinsentido indigno e inaceptable.
Lo que realmente hizo este deleznable tratado  impuesto a Alemania fue  indigno. Y es que nadie puede pensar que una nación  permitiría tal situación durante mucho tiempo y  que no lucharía por recobrar su integridad territorial, su dignidad e independencia.
Ahora voy a referir que Francesco Nitti, Presidente del Consejo de Ministros de Italia, escribió en 1922 un libro titulado “El Tratado de Versalles como instrumento para continuar la guerra”. En este libro el autor viene a demostrar que, en un plazo  más o menos largo, el Tratado de Versalles será la causa de una nueva guerra  en Europa de la cual no saldrán  más que vencidos. Y acertó.

Ahora se presentaran una serie de datos objetivos  de lo que supuso para Alemania el Tratado de Versalles. A partir de esta  información el lector desarrollará de modo  individual  una idea y sacará unas conclusiones respecto a ellas y contestará si ha sido lógica la respuesta que  más adelante tomó Alemania y que siempre se nos han presentado como actos de agresión. Cada cual que saque las conclusiones que considere oportunas.

Las perdidas territoriales que sufrió Alemania fueron las siguientes:

                                                             

1.- Perdió Alsacia Lorena que se anexionó Francia. 14500 Km2 y1950000 habitantes.

2.- El territorio de Memel, de 2150Km2 y con141000 habitantes fue separado del Reich y administrado por Francia como territorio autónomo, hasta que en 1924 la Sociedad de Naciones se lo atribuyó  a Lituania.

3.- Las comarcas de  de Eupen, Moresnet y St. Vth fueron incorporadas a Bélgica. Tenían una extensión de 1300 Km2 y contaban con 130000 habitantes.

4.- Dinamarca se anexionó Schleswing del norte, con1200 Km2 y 75000 pobladores.

5.- Los Sudetes pasaron a manos de Checoslovaquia, invención  de ese momento. Los Sudetes tenía 15000 Km2 y contaba con unos 3200000 alemanes.

6.- El territorio del Saar fue colocado bajo administración francesa, con la condición de que al cabo de “cierto tiempo”, especificación emporal realmente discutible, la población  fuesen consultados democráticamente sus habitantes para que manifestasen si  se querían  reincorporar a Alemania o pasar a formar parte de la Republica francesa. Durante más de 14 años los franceses explotaron esa rica región. En 1933 los habitantes del territorio fueron consultados, y la inmensa mayoría se mostraron partidarios  de retornar a la soberanía anterior.

7.- Renania fue ocupada por tropas francesas de modo unilateral en diciembre de 1918 hasta mediados de 1920, y posteriormente en 1923 hicieron dos incursiones en que rapiñaron  y saquearon la zona. En un documento internacional dependiente del Tratado de Versalles se permitía que Francia estableciese tropas en Renania durante dos años  como garantía  del pago de las reparaciones e guerra.

8.- A Polonia, estado inexistente desde el año 1795, que fue resucitado por Clemenceau con la  única intención de controlar e influir sobre Alemania recibió territorios tan  germanos como Sudaneu, de 550 Km2 y con 30000 habitantes,  Possen ( 2600 Km2 y 1900000 habitantes), la riquísima región minera de la Alta Silesia (300000 Km2 y un millón de habitantes, Soldau con 500 Km2 y 30000 habitantes, una porción de Prusia oriental y  el control efectivo sobre la ciudad de Dantzing, de 1770 habitantes.

Respecto a la cuestión territorial no todo se centró en  el  inmenso agravió que supuso el robo de  gran parte de su territorio, sino que también fueron despojados de  sus colonias.  De este modo Inglaterra y Francia se  repartieron  el imperio colonial alemán y las posesiones otomanas.
Inglaterra, faltando a la palabra dada, aumentó su imperio.

9- La África Oriental alemana, la actual Tanganyka, con  935000 Km2 y una población  indígena de55000000 habitantes paso a soberanía británica.

10.- Togo Meridional y Camerún del Sur, con un total de 200000 Km2 pasaron a estar bajo tutela británica.

11.-  El Archipiélago  de Samoa se lo anexionó Gran Bretaña.

12.- Lo mismo hizo el Reino Unido con la Nueva Guinea alemana.

Es decir, el Imperio Británico aumentó su soberanía  y responsabilidades al arrebatar a Alemania 2280500 Km2.

                                                                 

Por si todo esto fuese poco, el 27 de abril de 1921 la comisión de reparaciones fijó la cifra que Alemania debía pagar en concepto de reparaciones de guerra en 137600000000 de marcos de oro. Alemania se negó   a aceptar esa astronómica cifra. Ante esto Londres le dio un ultimátum el 5 de mayo de 1921  en el que señalaba que si no reconocía esa deuda la flota anglofrancesa  reanudaría el bloqueo a Alemania y la permanencia de las tropas de ocupación en territorio alemán. Todo ello produciría hambre y muerte en la población alemana.

Todos estos robos, ataques y menosprecio a la dignidad de Alemania es suficiente razón para que pocos años después el pueblo alemán intentarse recuperar sus territorios.

Véase como   las invasiones iniciales que dieron lugar a la Segunda Guerra Mundial no fueron  otra cosa que  recuperaciones y no invasiones como se nos presenta.


                                                                                


Sin conocer la realidad del Tratado de Versalles  Alemania será simpre la belicista agresora.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Kosovo y Cataluña ¿una misma estrategia?



                                                                               

                       

        La situación crítica por la que atraviesa España va mucho más allá de lo que  nuestros gobernantes y la oposición a estos  señalan. La problemática económica , con lo gravísima que es, palidece si dirigimos  nuestra atención y la comparamos con lo que está aconteciendo en Cataluña.
 Estamos siendo testigos del  desarrollo de un escenario  que muy probablemente desembocará en un conflicto  de dimensiones insospechadas sino se toman las medidas precisas, y eso sino es ya demasiado tarde para hacerlo.
La adormecida, pasiva e irresponsable  población española, incluida por supuesto la catalana, es un actor más  de esta tragedia a la que la inmensa mayoría asiste como  público  indiferente.

El decisivo período histórico del que, querámoslo o no, formamos parte, no es momento para volver la vista atrás y señalar de modo acusatorio cuales han sido los orígenes  que han dado lugar a que España haya llegado al punto en el que se encuentra en estos momentos.
Señalar estos orígenes y circunstancias precipitantes solamente tiene sentido si es para dejar meridianamente clara la falsedad de esos argumentos secesionistas  que mantienen que lo que está ocurriendo no es otra cosa que la consecuencia lógica de expresiones “espontáneas” del pueblo de Cataluña, expresiones que exigen la conformación  de una estructura política propia y diferenciada que de cauce a aspiraciones nacionales  surgidas de modo natural por nadie instigado.
Este señalamiento retrospectivo  también sería valido para extraer enseñanzas que  permitan desarrollar estrategias y tomar medidas que puedan servir para  conjurar el peligro secesionista que enfrentamos.

Con estos dos propósitos nos referiremos a los orígenes de esta situación en la que la Unidad Nacional se encuentra en serio peligro.
El origen de todo este dislate lo encontramos en la Constitución de 1978, en la creación de lo que se  ha dado en llamar “estado autonómico” Constitución que  hablaba de comunidades históricas y sobre todo utilizaba el suicida término de nacionalidades.
Tras la muerte de Franco se pensó que  otorgando  autonomías políticas y transfiriendo  a las “comunidades históricas” competencias que en lógica deberían corresponder al al Estado de la nación se lograría apaciguar los denominados problemas vasco y catalán, todo ello con la lealtad de los dirigentes nacionalistas.
Craso error, la experiencia ha puesto de manifiesto que el efecto ha sido el contrario puesto que  esa estrategia solamente ha servido para enconar aún más las reivindicaciones, primero políticas y más adelante también territoriales y de soberanía de unos entonces minoritarios nacionalistas que se han echado al monte convertidos en secesionistas.

Pero lejos de rectificar, los sucesivos gobiernos, de uno u otro color político, no han hecho otra cosa que profundizar en el error al conceder nuevas transferencias y permitiéndoles infringir la ley, todo esto ha ido alimentando al monstruo secesionista.

Peor si cabe una actuación peor, que ha llevado al paroxismo el nacionalismo-secesionista, ha sido la  concesión de nuevas transferencias en educación siendo ya tres las generaciones vascas y catalanas, en este artículo nos estamos centrando en estas últimas, a las que se le ha inoculado  el odio a España y a todo aquello que pueda sonar a español. Se han servido  del idioma propio como  seña identitaria no sólo diferente sino enfrentándola con  el resto de la Patria Se ha manipulado la historia para que estas generaciones vean  a Cataluña como un país soberano ocupada por España.
De este modo la supuesta espontaneidad de las reivindicaciones nacionalistas y secesionistas pasarían a ser movimientos plenamente dirigidos.
Si a esto le sumamos la inactividad culpable de aquellos obligados a hacer que las leyes se cumplan, como la ley de banderas y todo lo referido al uso del español, y obligar al cumplimiento de las resoluciones de las más altas instancias judiciales referidas al uso y estudio del idioma español en las aulas el coztel explosivo está servido.

El incumplimiento de las obligaciones de los sucesivos gobiernos, de uno y otro signo, de imponer las leyes allí donde estas fuesen violadas y la del monarca y de los Ejércitos de proteger la Unidad Nacional ha llevado a la dramática situación a la que ahora estamos abocados.
El paso más reciente que se dio para  entrar en esta vorágine  que lleva al enfrentamiento social se dio al aprobar el ahora vigente estatuto catalán, ya que se trata realmente de una especie de Constitución de una nación sin Estado, y desde ahí cualquier manipulación es posible, por mucho que el Tribunal Constitucional lo considerase perfectamente ajustado a la Constitución.

                                                                          


Si realmente se quiere enfrentar con éxito  la acometida secesionista es necearlo romper con dos tópicos muy extendidos entre la derecha patriotera, que no patriota, que se opone al independentismo aunque  su razón no sea la defensa  de la Unidad Nacional  por encima de cualquier circunstancia económica, electoral, de mayorías, etc.
El primer equívoco se encuentra en no ver en el independentismo y secesionismo catalán  algo que va más allá de  la mera cuestión económica del “Madrid nos roba” o creer que la base del impresionismo  se basa  en la idea de que como nación independiente tendrán un nivel  de vida más alto y una encomia más saneada.
Otra posición igualmente equivocada deriva de considerar que no ha lugar a la independencia y secesión de Cataluña debido a que los favorables a la secesión carecen de la legitimidad democrática que la mayoría confiere, del mismo modo se refieren a que la secesión  se podría votar pero siempre y cuando en esa votación participase todo el pueblo español y no solamente el catalán.
Pero  todo esto es un error,  a mi modo de ver una traición, puesto que la Unidad de la Nación se estaría dejando de considerar un bien  en si mismo, una realidad metafísica básica de la existencia misma de la Patria  para convertirse en un hecho meramente instrumental dependiente de las leyes y  opiniones de las manipulables masas.
Por la misma razón considero una enorme equivocación  poner como  freno a las ansias secesionistas  el texto constitucional, y más cuando  la Carta Magna puede ser modificada dependiendo de algo tan baladí  como es la voluntad de la mayoría.
Si no hay un convencimiento y conciencia nacional en España, si la unidad de la Patria no es sino una palabra hueca, hasta para nuestros militares, todo está perdido antes siquiera de luchar.

Frente al sentimiento nacional que los secesionistas muestran, de nada sirven  cuestiones económicas o legalismos,

Pero los factores que ahora convergen  en el proceso hacia la secesión de Cataluña son muchos más y mayores  de lo que superficialmente pudiera parecer.

Muchos de los más altos dirigentes de las organizaciones que dirigen el derrotero secesionista que ha emprendido  una gran parte del pueblo catalán se han referido a este actual empeño como el “camino kosovar a la independencia”.
Desde mi punto de vista son muchos los datos que confirman que  esta aseveración se acomoda tristemente a la realidad, y que lo mismo que aconteció en Kosovo en la primera década de este segundo milenio está reproduciéndose en  nuestros días en las tierras de Cataluña.

La federación Convergencia i Unió presidida por el actual presidente de la Generalidad Artur Mas. Ha pasado de una ideología liberal y nacionalista a otra plenamente secesionista, centrando toda su atención en la realización de un referéndum sobre el “derecho a decidir” que según ellos se realizará “si o sí”.
En las anteriores elecciones autonómicas  el partido de Mas perdió nada menos que doce diputados en las cortes  catalanas. Las perdió en pro de ERC (Ezquerra Republicana de Catalunya) que preside  Oriol Junqueras. Mucho nos tememos que en las próximas elecciones catalanas ERC alcanzará la mayoría, quizá absoluta, desbancando a C i U de Mas,
                                                                     

 pues a la hora de votar el secesionismo que  el mismo Mas a promocionado con todos los medios a su alcance el votante como es lógico optará por el original (ERC) y no por la copia (C i U).
El parecido inicial con  el desarrollo de lo tristemente acontecido en Kosovo es la presencia de una gran autonomía, que para colmo de males en Cataluña se suma el uso en la Constitución del termino equívoco y que da lugar a interpretaciones peligrosas en el exterior de nacionalidad.

Una vez  que el grupo más enconadamente  secesionista ostente el gobierno autónomo y todo lo que ello lleva consigo  procederá a una declaración unilateral de independencia, cuestión esta que obligará a que el Estado  adopte las medidas  precisas, incluidas las de fuerza, que eviten la ruptura de la Unidad Nacional. Y ahí va a estar el problema, una situación tan buscada por los que serán presentados como víctimas ante la “comunidad internacional”.
Y que nadie  piense que  ningún estado ni organismo les reconocerá como Estado independiente. Recuérdese que tras la declaración unilateral de independencia de la provincia Serbia de Kosovo el 17 de Febrero del 2008, bajo supervisión e los EEUU y de la Unión Europea. Tras la declaración  de independencia Estados Unidos y sus aliados, la Unión Europea   La apoyaron, por el contrario Serbia, Rusia y sus aliados se opusieron a ella y España y gran parte de Iberoamérica mostraron  una posición contraria  al secesionismo.

El 8 de Octubre de 2008 la asamblea de la ONU aprobó a propuesta de Serbia   una resolución para preguntar a la Corte Internacional de Justicia de la Haya si la declaración de independencia de Kosovo fue compatible con el Derecho Internacional.
El 22 de Agosto de 2010 este tribunal comunicó su conclusión en la que  señalaba que la Declaración de Independencia no violó el derecho internacional ni la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.


El caso catalán no tiene porqué ser distinto  y más cuando en el acto desarrollado en la oficina de la Generalidad en Madrid, y que fue  interrumpido por personas  que defendían la Unidad de España,  se encontraba un representante de la Embajada de los Estados Unidos, nos hemos enterado por el hecho de que su hija, también presente, resultó empujada muy levemente en los incidentes.
¿Qué hacía un representante de la legación diplomática de los Estados Unidos en un acto contrario a la Unidad de España?  ¿O es que  la postura de esta nación no es contraria a la secesión catalana?
Del mismo modo la Liga Norte italiana ha mostrado su apoyo sin fisuras a la independencia  de Cataluña, por otro lado  la legalidad internacional tendrá como punto de referencia las declaraciones de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, es decir su fallo que consideró que la declaración unilateral de independencia de Kosovo no era contraria al derecho internacional.

Y sobre todo hay que tomar en consideración que la posición de EEUU va a ser la que marcará la opción del resto de los países occidentales y de la Unión E         uropea especialmente.
Para países tan “amigos” como Francia e Inglaterra la debilitación de España será un logro puesto que una España dividida perderá fuerza y  será más fácilmente controlable y dejará de ser una competidora en  ciertos campos económicos.

Como se puede ver la situación es delicada, sumamente peligrosa y difícil de afrontar si no se parte de criterios  firmes y claros.
Dado que  parece que tanto la acción como la inacción  produciría  efectos  perniciosos creo que lo mejor es aplicar las medidas  que sean precisas, aunque sean de fuerza ahora mismo contra cualquiera que ose  atacar a través de actos públicos, declaraciones o  ataque a los símbolos nacionales. Es mejor  ir  actuando ahora que no esperar a que la situación termine por anquilosarse tanto que  se haga inevitable una acción armada. Pero si ese momento de la actuación militar llega no ha de  temblar el pulso de aquel o aquellos que las deban tomar.