viernes, 24 de agosto de 2018

El efecto cal viva.



                                                                                         


Al igual que cada vez que se permite la entrada en nuestros puertos de barcos de salvamento de las O.N.G.s cargados de inmigrantes ilegales se provoca eso que se ha denominado el efecto llamada, cada vez que inmigrantes ilegales subsaharianos saltan la valla hiriendo con cal viva a los guardias civiles para lograrlo se está produciendo otro tipo de efecto, al cual podemos denominar efecto cal viva. Y es que si lanzar cal viva, excrementos, sangre o golpear a los guardias civiles que custodian la valla tiene como consecuencia que conseguir saltarla y además esa acción no lleva aparejado castigo ni reacción alguna por parte de la fuerza pública, el hecho es, se quiera o no,  se les está reforzando para que repitan esa misma conducta criminal.

                                                                         

Además, lo que encuentran es que tras agredir gravemente a los guardias y violar la frontera es que son premiados con un desayuno, comida y asistencia médica.

                                                                    


 Al no recibir castigos por haber realizado tan graves conductas se está incitando a que la actuación criminal de los inmigrantes ilegales vaya en aumento y a que los que llevan a cabo esas acciones recurran a elementos mucho más peligrosos para la integridad física de los guardias civiles cuando los inmigrantes ilegales se encuentren ante situaciones de mayor dificultad para violar las fronteras españolas.

Desde un punto de vista psicológico lo primero que habría que hacer sería acabar con todo aquello que refuerza el saltar la valla aun agrediendo a los   guardias, es decir anular todas aquellas atenciones que son vividas inconscientemente como recompensas, que reciben al entrar en el C.E.T.I. (Centro Temporal de Inmigrantes). Por ello no habrían de recibir comidas, curas o ropas siempre y cuando se diesen esas circunstancias en los saltos de la valla.
 Siempre que en los saltos de la valla se produzca alguna agresión contra los encargados de guardar la frontera nacional todos los que hayan penetrado en territorio español en ese asalto habrían de ser dirigidos directamente a campos de internamiento distintos al centro al que acudirían cuando no se produjesen estas agresiones. En lugar de acudir al C.E.T.I. serían trasladados a un centro de internamiento  donde estarían sometidos a un régimen disciplinario lo suficientemente duro como para que la estancia en él no resultase para nada atractiva y por contra resultase disuasoria para realizar posteriores asaltos , todo esto llevaría a no realizar ataques contra los guardias civiles que custodian la valla y además  crearía un movimiento interno que dividiría a los inmigrantes, pues unos  estarían a favor de intentan entrar en España evitando el ataque físico mientras otros no lo permitirían debido a las consecuencias que hacerlo llevaría aparejado.

                                                                  

Pero no puede acabar ahí la cosa, los inmigrantes que saltan la valla han de recibir una respuesta inmediata, respuesta que ha de ser muchísimo más contundente, recurriendo inclusive a las armas reglamentarias, cuando se produzcan episodios de ataques a la fuerza pública.

Todos aquellos que no se quieran plantear estas situaciones por egoísmo pensando que son problemas que a ellos no les afectan por suceder muy lejos han de tener muy claro que para nada la cosa es tan lejana a sus intereses como piensan. Y no es tal y como piensan dado que esos mismo que han saltado la frontera a través de la valla a los pocos días estarán vagando por las calles de las ciudades de  media España, y deambularán por ellas sin respeto alguno a las leyes dado que no sólo no se someterán al poder coercitivo de la policía si no que se mofarán de su autoridad.

                                                                   

De este modo la legislación y las costumbres españolas dejarán de ser algo a lo que someterse o adaptarse y serán totalmente pasadas por alto, de hecho se creerán los reyes del mambo considerándose con derecho a todo, y la realidad es que en cierto modo es así, pues a pesar de haber  violado nuestras fronteras y herido a miembros de nuestras fuerzas de seguridad  reciben comida, techo y sanidad gratuitos además de cierta cantidad de dinero para sus gastos.

                                                                 

Dado que su comportamiento originario es plenamente tribal y no está sometido a los principios más básicos de respeto al otro y a la legislación occidental de las poblaciones que ahora les cobijan la cosa es complicada. En un principio la convivencia con ellos será tolerable siempre y cuando sus expectativas sean alcanzadas y sus requerimientos económicos cubiertos sin cortapisa alguna.
La situación cambiará sustancialmente en el momento en que esos grupos de subsaharianos que vemos tomando café en nuestras terrazas o paseando por nuestras calles se encuentren con que la vida regalada y apacible de la que ahora disfrutan a costa del dinero y las aportaciones que reciben del gobierno central, municipal o autonómico y de asociaciones caritativas buenistas dejen de llenar sus bolsillos y se vean impelidos a trabajar para conseguir ese dinero que ahora les llueve del cielo.
Cuando esto ocurra saldrá a la superficie el verdadero rostro de esos grupos hasta ahora tranquilos, muchos de ellos querrán dedicarse al top-manta para conseguir algo de dinero, pero ese ilegal negocio no puede absorber toda la cantidad de inmigrantes ilegales que recorren nuestras calles, en ese momento el robo, el menudeo y los asaltos serán su “negocio”.

                                                                   


Paralelamente atravesarán una fase de frustración como resultado de ver sus fantasiosas e irrealizables expectativas absolutamente malogradas, esa frustración la irán considerando paulatinamente como una humillación al contemplar que la mayor parte de la población del nuestro país puede optar a productos y servicios que ellos, debido a su condición de ilegales carentes de trabajo y dinero, no pueden disfrutar.
El siguiente paso resulta sumamente peligroso y lleva a un desorden que dará paso a la desestabilización del orden social.


                                                                      


Me refiero ahora al pequeño paso que se da desde el sentimiento de humillación al del odio, y este paso es más rápido cuando tanto en África como en Occidente se promueve la falsa idea de que todos los blancos somos responsables de los males que padecen los africanos.
Esta falsa consideración empuja a que los inmigrantes que se sienten humillados encuentren en la población española, en su práctica totalidad blanca, un chivo expiatorio al quién culpabilizar de su situación y pasarían a desarrollar un racismo antiblanco.


Y ahí está el mayor de los peligros, en convertirnos en el objetivo del odio de seres impulsivos carentes de todo freno moral, seres que no aceptan el sometimiento a una legalidad que desprecian al no coincidir con su no evolucionada cosmovisión .
 Por todo ello no se someten a la organización social y legislación dado que desprecian el poder coactivo representado por unas fuerzas de seguridad a las que atacaron gravemente en el mismo momento en que entraron en España .
Por mucho que señalar todo esto no sea correcto políticamente, señalar el resultado de todo ello lo es mucho menos, la consecuencia de todo lo arriba señalado resultará un conflicto racial de dimensiones apocalípticas.

No quiero finalizar esta entrada sin mostrar mi contento y elogio por la medida que adoptada ayer por el gobierno de Pedro Sánchez al devolver a Marruecos a los subsaharianos que habían penetrado en España saltando la valla e hiriendo a varios guardias civiles. Desde luego que esta medida por si sola no sirve para acabar con el peligro que la inmigración ilegal provoca, pero es un principio.
Del mismo modo que he criticado en numerosas ocasiones las acciones que el actual gobierno ha tomado respecto a la inmigración ahora aplaudo esta, porque lo cortes no quita lo valiente.


                                                                    


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