sábado, 15 de septiembre de 2018

La lucha contra el Estado profundo.


                                                                                         


La práctica totalidad de los europeos y gran parte de los norteamericanos   estamos siendo sometidos a un bombardeo continuo de informaciones falsas y opiniones interesadas respecto a lo que realmente está aconteciendo en los Estados Unidos, unas comunicaciones que lejos de informar son utilizadas a modo de cortina de humo para ocultar la decisiva lucha que desde hace unos años se viene desarrollando en los más altos niveles políticos y militares de los Estados Unidos, una lucha que de una manera u otra marcará los destinos del resto de la humanidad.
La administración Trump está llevando a cabo una lucha a muerte contra el Estado profundo, también denominado Cabal, con la inestimable colaboración de una parte de generales y miembros de la comunidad de inteligencia, que reciben la denominación de sombreros blancos.

                                                           

                                                                    

Por mucho que podamos terminar por creerla a fuer de tanto repetirla la información que llega a la generalidad de la población, tanto estadounidense como occidental en general, no pasa de ser un conjunto de chismes y habladurías sobre si el presidente norteamericano es mujeriego y machista, bocazas y deslenguado, si tiene actitudes racistas al tratar de levantar un muro o si tiene el tupé de tal o cual forma.

                                                                        


 La realidad es que entre bambalinas se desarrolla una lucha tan transcendente que está decidiendo el futuro de toda la sociedad humana.
Lo cierto es que estamos asistiendo, aunque se nos oculte tras toneladas de informaciones falsas y/o frívolas, a una lucha entre fuerzas que se disputan, para bien y para mal, el control de los Estados Unidos y a través de ello de la humanidad toda.
El inicio de este combate, al menos de modo abierto, lo podemos situar tras los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, los cuales pusieron claramente de manifiesto la existencia en los Estados Unidos de un Estado profundo independiente de la mismísima Casa Blanca, cuestión esta a la que ya hizo referencia J.F. Kennedy en los años sesenta. Cosa a la que trató de afrontar mediante el control de la Reserva Federal a través de la orden ejecutiva 11110, decisión esta que finalmente le costó la vida.

                                                                           

 Cuando hablamos de Estado profundo o cabal nos referimos a un Estado paralelo y oculto que es capaz de imponer su voluntad al mismo ejecutivo.
Ante este estado de cosas el candidato republicano, actual presidente, Donald Trump, se marcó como objetivo fundamental combatir a muerte al Deep State, Estado profundo, y de esta manera recuperar la soberanía del pueblo norteamericano.
 Para llevar a cabo este colosal combate Donald Trump contó y cuenta con la colaboración y apoyo de las más altas jerarquías patrióticas del ejército y de la comunidad de inteligencia.
La primera tarea que hubo de llevar a cabo Donald Trump fué derrotar electoralmente a la candidata demócrata Hillary Clinton, la cual junto a su marido Bill, formaban parte del Deep State, siendo de hecho la candidata de este y que por tanto recibió su apoyo de este a través de todos los medios a su alcance, entre ellos los más influyentes mass media a su servicio.
De esta manera la cábala, como también es denominado el Estado profundo, consiguió instaurar en la población a través de los medios de comunicación-manipulación una imagen de Hillary como la candidata favorita en la campaña electoral y como personaje cercano y agradable al pueblo norteamericano.

Y esa figura vendida como amable y más que segura ganadora de las elecciones generales norteamericanas se vería reforzada con cada uno de los pasos de la colosal campaña difamatoria desatada en contra de la figura del candidato Donald Trump.
El cabal y todas sus terminales políticas y mediáticas, tanto nacionales como internacionales,  tenían pleno convencimiento de que se produciría la victoria de Hillary Clinton y consideraban que de ese modo  el Deep State podría continuar con sus acciones de control social y financiero así como con sus actividades criminales sobre la población, pero  la cosa no fue tal y como habían planeado, ya que quién sorpresivamente accedió a la Casa Blanca fue Donald Trump, el cual recibió los votos de una gran parte de la población norteamericana y que había contado con  el apoyo de los militares y la inteligencia  que pretendían y pretende acabar con el Estado profundo.
Al encontrar el cabal que con la derrota de su candidata sus planes se habían venido abajo y que con Donald Trump en la Casa Blanca nada de lo que tenían planificado podría llevarse a cabo, se vieron obligados a adoptar una estrategia para conseguir que Trump fuese expulsado de la presidencia de los Estados Unidos y de esta forma verse libres para continuar con sus planes para dominar, someter y explotar criminalmente a la humanidad, bien sea  mediante la pedocriminalidad, la reducción  forzada de la  población o la puesta en marcha de manera masiva de manipulaciones sociales MK Ultra.

Es en este contexto en el que hay que considerar todas las acusaciones de que Trump es objeto: supuestos escándalos sexuales, sobornos a supuestas amantes y sobre todo la acusación de que Trump venció en las elecciones gracias a la manipulación y hackeo de los resultados de estas por parte de los rusos.
Por un lado se pretende que la opinión pública le dé la espalda para unas próximas elecciones, a la par que  que se busca que se desaten a lo largo y ancho de toda Norteamérica protestas violentas generalizadas que den lugar a enfrentamientos civiles que muevan a su dimisión o empujen a una destitución por esa parte del ejército no comprometida en la lucha contra el cabal, destitución que se llevaría a cabo supuestamente en pro de la paz social.

Ahora bien, dado que los miembros del Estado profundo y sus colaboradores son perfectamente conscientes, tal y como señala en sus crípticos escritos Q Anon, interpreta David Wilcox y da a entender el mismo Trump en algunas de sus intervenciones,  de que están en marcha y se aplicarán en no demasiado tiempo toda una serie de medidas judiciales, con órdenes de detención ya firmadas que se aplicarán a  varios miles de miembros del Cabal implicados en crímenes contra Estados Unidos e incluso referidos al tema de la pedocriminalidad, al comercio de menores y otros repugnantes crímenes.

                                                               



                                                                       
 En estas últimas semanas y días los miembros del Estado profundo se han visto obligados a incrementar el número de ataques y acusaciones con la urgente necesidad de destituir a Donald Trump mediante  un impeachment, tal y como en su momento se hizo con Nixón sirviéndose del caso Watergate

Es por todo ello que cada vez les resulta más perentorio encontrar, o crear, un escándalo o mentira que les permita denunciarlo ante el Congreso para conseguir su destitución.

Es muy importante que los españoles o aquellas personas que no formen parte ni residan en los Estados Unidos evitemos caer en el error de no tomar en consideración lo que acontece en Norteamérica creyendo que es algo lejano y que no va con nosotros,  y no podemos pensar de ese modo puesto que en la actualidad formamos parte de una comunidad internacional globalizada en la que los tentáculos del cabal y el poder jázaro llega a todos nuestros países, ya sea a través de las corporaciones multinacionales o los centros de poder financiero, por no hablar del sometimiento corrupto de nuestras autoridades políticas a las instrucciones proporcionadas por las caras visibles de ese poder en la sombra, baste como ejemplo recordar las reuniones de Sánchez con el globalista y promotor de la inmigración ilegal  George Soros, la asistencia de los más importantes políticos españoles a las reuniones del club Bilderberg o la reunión que tuvo el actual rey con el entonces presidente Barak Husseim Obama, premio nobel de la paz especializado en ordenar bombardeos sobre población civil en Libia, invadir países en Oriente próximo o a través de su fundación “salvar” a centenares de niño de Haití que nunca más han sido vistos.

                                                             

              

Por otro lado debemos evitar ser víctimas de esa campaña que a nivel internacional la cábala está llevando a cabo contra Donald Trump como cara visible de la alianza que se opone abiertamente al Estado profundo.
 No podemos creer todas esas acusaciones que ahora se vierten  de modo exagerado y continuo contra el presidente de los Estados Unidos, ¿nadie se pregunta como es posible que esos mismos medios que ahora vierten tal cantidad de acusaciones y promocionan las declaraciones de sus ex consejeros y colaboradores  contra  Trump durante la campaña electoral promocionasen y adulasen la figura de Hillary Clinton a la par que silenciaban los indicios y gravísimas acusaciones que había contra su persona y contra la Fundación que lleva su nombre y el de su marido?.

                                                                   






No creamos todo lo que nos llega a través de los medios referido a Donald Trump y su administración y considerémoslo como parte de la estrategia de propaganda que forma parte de la batalla que se libra contra el cabal.
En lo posible hemos de combatir al Estado profundo, que no sólo está activo en los Estados Unidos, sino que lo sufrimos en todos los países civilizados y detrás del que se ve la zarpa de la comunidad jázara y su poderío financiero internacional.

                                                                      




Con todo lo expuesto desde luego no pretendo dar un apoyo total a Trump, solamente en tanto luche contra el Estado profundo, pero para nada respecto a sus actuaciones  en favor del Estado judío, de donde en gran parte proviene ese mismo Estado profundo que debe combatir también en su origén jázaro. Con estas lineas sólo pretendo poner a los que esto lean  en guardia respecto a las noticias malintencionadas que pone en funcionamiento el cabal y los medios a su servicio.

                                                                                               

4 comentarios:

  1. El estado profundo solo tiene que provocar una nueva crisis financiera a través de la FED para echar a Trump en las próximas elecciones.

    ResponderEliminar
  2. Esperemos que Trump y su equipo sean capaces de hacerse con el control de la Reserva Federal con suficiente tiempo para frenar una acción de ese tipo.

    ResponderEliminar
  3. Cierto, lo que no sé es si será capaz de llevar a cabo esa auditoria a la Reserva Federal tal y como señaló en la campaña electoral. Quizá con la cobertura militar, de inteligencia y el apoyo popular se atreva al menos a hacer eso que será dar un toque a los jázaros del Deep State. Pero todo son conjeturas claro.

    ResponderEliminar